Los grandes supermercados consideran que los comercios más pequeños no respetan la ley, porque no se limitan a alimentos Unos 180.000 públicos los usan desde hace una semana. Se duplicó la cantidad de comercios adheridos El reparto masivo de tickets alimentación entre miles de empleados públicos, generó un aumento exponencial del uso de estas herramientas a las que cada vez más recurren empresas privadas y ahora también organismos públicas. Al mismo tiempo el reparto entre los públicos significó para las dos empresas que emiten los tickets, Ticket Total y Luncheon Ticket, un gran aumento en la cantidad de comercios adheridos, en los cuales pueden usarse los vales. En el caso de Luncheon Tickets ya son más de 3.000 negocios de casi todos los rubros que se relacionan con la alimentación. Ticket Total pasó en poco menos de un mes de 1.500 a 3.000 comercios que aceptan este servicio. Por otra parte, los supermercados y almacenes han visto crecer la cantidad de personas que utilizan los tickets. Se estima que unos 180.000 a 190.000 empleados públicos pueden estar haciendo uso de este sistema, luego que el gobierno decidiera que, además de un ajuste salarial del 3%, se les otorgaría dos partidas fijas de tickets alimentación en febrero y abril. El mecanismo es voluntario, de manera que cada empleado decide si lo acepta o no. "Más allá de la cantidad de gente, evaluamos como muy positivo la difusión del sistema, de que existimos", opinó el gerente de Comercios de Ticket Total, Roberto Berrondo. Su empresa provee cerca del 50% de los tickets que se ofrecen a los empleados públicos, lo que implica un monto cercano a los 80 millones de pesos por entrega. "El sistema no está mal y para ir tirando, sirve. Lo único es que en algunos lugares todavía insisten en que sólo sirve para alimentos y no para otros artículos también de primera necesidad, como productos de limpieza", explicó Elena Santos, maestra de profesión que usó los tickets poco después de que se los concedieran. Para ella y para otras personas los tickets alimentación son una novedad, no siempre del todo comprendida. Para obtenerlos, los empleados públicos debieron firmar un vale a favor de la repartición Crédito Social del Banco de la República. Esta oficina tiene por ley la potestad de retener parte de los haberes de los funcionarios públicos por préstamos concedidos. El vale se suscribe por un monto de de 1.000 pesos, que son adelantados a cuenta de futuros aumentos que se darán al sector público. En una de sus cláusulas, sin embargo, establece que ese descuento futuro no podrá implicar para el funcionario recibir un salario líquido inferior al que percibe actualmente. HERRAMIENTA. Los tickets alimentación son órdenes de compra que habilitan a quienes los tienen a pagar comidas en restaurantes o comprar alimentos en diferentes locales comerciales. Desde hace ya varios años, las empresas privadas compran tickets para darle a sus empleados como beneficio de alimentación dentro de sus políticas de recursos humanos. Tal como explicó Gabriela de Sanctis, directora de marketing de Luncheon Ticket, "suele manejarse como una partida motivacional que le asegura al trabajador el almuerzo diario o un surtido de alimentos". Es además una forma de eliminar los comedores de empresas e industrias. Por otra parte, como en otros países, en Uruguay el Estado fomenta estos mecanismo para lo cual exonera de cargas sociales al monto de sueldo que se entrega en forma de tickets de alimentación, si bien no pueden superar el 20% del total salarial. Además, se entiende que con los tickets se fomenta la compra de alimentos en los circuitos formales de la economía, ya que un comercio debe tener papeles de la DGI y BPS al día, entre otros, para ser aceptado como receptor de estas órdenes de compra. Si bien en el mercado existen diferentes tipos de tickets —para restaurantes, para comercios o para el transporte—, los empleados públicos que ahora hacen uso del adelanto establecido, solo pueden optar por los tickets alimentación o para el transporte. El sistema de tickets no implica costos para el Estado, más allá del adelanto de dinero que se ve obligado a realizar. Las empresas que los emiten cobran un porcentaje variable a los comercios, que se ubica entre el 4 al 6% dependiendo del rubro. Para el área comercial los tickets no son "ni favorables ni desfavorables. Son lo que hay y hay que aceptarlos", dijo el subdirector del Grupo Disco, Hugo Avegno. En estos supermercados el uso de los tickets aumentó "sensiblemente", agregó, al punto que incluso ha complicado la operativa de arqueo de caja. Para Avegno, entre los temas más preocupantes que introduce la masificación de este sistema es que muchos comercios, contrariamente a lo que marca la ley, también venden productos que no son alimenticios. "Nosotros cumplimos 100% con la ley y solo expendemos alimentos, al punto que tenemos un software en las cajas que imposibilita el pago de un detergente, por ejemplo, con estos tickets. Otros comercios sí los aceptan para todo y entonces Disco —y otros comercios que también cumplen con la ley— quedan en desventaja", dijo Avegno. En su opinión si no hay controles entonces debería pensarse en cambiar la ley. Las empresas que expenden los tickets establecen que estos no pueden utilizarse para otra cosa que no sean comestibles, pero no les corresponde controlar este aspecto. "Los tickets dicen claramente que son sólo para productos alimenticios, pero en este volumen, a lo que a veces se agrega falta de información, la gente intenta meterlos para gastar en cualquier cosa. Nos han llamado hasta de estaciones de servicio", explicó Berrondo, gerente de Comercios de Ticket Total. Por su parte Daniel Fernández, vicepresidente de Cambadu (Centro de almacenes minoristas, bares y afines), admitió que si bien es claro que los ticket sólo son para comprar comida, "todo depende de la voluntad del comerciante, que ante la necesidad de vender a veces cede". La progresiva utilización de estos tickets ha sumado a muchos pequeños comercios al sistema. "Es una realidad y no podemos ir contra ella. En un mercado tan deprimido que le vuelquen de repente 200 millones de pesos en un bimestre, es muchísimo dinero", explicó Fernández. Sistema de toma y daca El sistema de tickets alimentación no tienen costo para quienes lo contratan, ya sea la empresa o el Estado. Las compañías que venden estos servicios en Uruguay, Luncheon Ticket y Ticket Total, cobran un porcentaje del ticket al comercio que lo recibió. Este porcentaje varía del 4 al 7%, dependiendo de la empresa y del rubro. El comerciante deposita los tickets en un banco "pagador", previamente elegido por él, y puede realizar el cobro luego de siete días hábiles. En el caso del Estado, el sistema se regula a través del Banco República. Para lograr rebajar estos porcentajes variable que deben pagar a las empresas, Cambadu había ideado un sistema por el cual pretendían canjear los tickets recibidos por los comercios socios de la asociación, por cheques de trueque, que luego pudieran ser canjeados por mercadería en almacenes mayoristas. Cambadu había logrado un principio de acuerdo con Luncheon Ticket, para que en esos casos la empresa rebajara al 2,5% el porcentaje de 5% que usualmente le cobra al comerciante. Ayer la negociación fracasó, ante la negativa de Luncheon, explicó Daniel Fernández, vicepresidente de Cambadu. guia del usuario Los tickets alimentación son órdenes de compra que suele utilizar las empresas para proveer de almuerzos o de surtidos alimenticios a sus empleados. En Uruguay, como en otros países, están exentos de pagar aportes sociales. Según la ley 16713/95 en su artículo 167, "la alimentación de los trabajadores en los días trabajados, sea que se provea en especie o que su pago efectivo lo asuma el empleador", no constituye ni materia gravada ni asignación computable. Estas partidas no pueden sumar más del 20% de la retribución que recibe el trabajador. La primera partida de tickets para empleados públicos, por valor de 1.000 pesos, fue entregada en la segunda semana de febrero. Los públicos recibieron diez tickets de 100 pesos cada uno. Los comercios aceptan estas órdenes de compra pero debe gastarse el monto justo o mayor al establecido, porque no se da vuelto. En el caso de Luncheon Tickets, hay más de 3.000 comercios adheridos al sistema, que incluyen desde grandes supermercados hasta pequeños almacenes, pasando por panadería, carnicerías, pollerías y autoservicios. Ticket Total, otra de las empresas que brinda el servicio, ya tienen 3.000 comercios adheridos, luego de un aumento exponencial que se produjo luego de la incorporación de los empleados públicos al sistema. La empresa recibe cerca de 250 consultas por día. Debido al aumento de la inflación, los ajuste de los salarios públicos volvieron a ser cuatrimestrales. Los incrementos deben hacerse por el mismo valor de la inflación, aunque también están atados a las posibilidades de la tesorería. En este caso fue de 3%. En el mismo contexto el Ministerio de Economía decidió habilitar la posibilidad de un "adelanto" a cuenta de futuros ajustes salariales, que se hizo efectivo a través de dos partidas de 1.000 pesos cada una en tickets alimentación. Para obtenerlos, los empleados públicos debieron firmar un vale a favor de la repartición Crédito Social del Banco de la República. Esta oficina tiene por ley la potestad de retener parte de los haberes de los funcionarios públicos por préstamos concedidos. El vale se suscribe por un monto de 1.000 pesos, que son adelantados a cuenta de futuros aumentos que se darán al sector público. En una de las cláusulas se establece que ese descuento futuro no podrá implicar para el funcionario recibir un salario líquido inferior al que percibe actualmente. Existen tres tipos de tickets; los primeros permiten comprar almuerzos, meriendas o cenas en diferentes restaurantes. También están los tickets alimentación propiamente dichos, que sólo permiten la compra de comestibles en los comercios adheridos al sistema. Por último puede optarse por los ticket transporte, con los que se compran boletos en la mayor parte de las empresas de plaza. Los empleados públicos no acceden a los tickets para restaurantes. |