El desafío de la libertad en Bolivia
por Oscar Ortiz Antelo
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¿Existe de verdad la personalidad autoritaria? ¿Hay gente que, de naturaleza, es autoritaria? Por ejemplo, Fufimori, Chávez, Correa o Evo ¿son gente autoritaria?
La pura verdad es que yo entré a la política, para ayudar a construir una sociedad donde la personalidad del gobernante sea lo de menos.
Entré para impulsar un país que no se vea obligado a estar pendiente del ánimo, humor o personalidad de quien detenta el poder. Un país donde las tendencias sicológicas e incluso ideológicas del gobernante, sean para el plano de la anécdota. Porque la sociedad que quiero y postulo es una, donde las conductas de sus miembros, incluida la del gobernante, estén determinadas por la ley. Y donde la ley, está hecha —expresamente— para proteger la libertad.
Ese es el desafío de la libertad en Bolivia: tener una ley, un sistema, un Estado, que la proteja. Que la ley sea la referencia única de la conducta pública. Y desde luego, que la ley tenga tanta fuerza, que llegue a someter al gobernante, su personalidad, su partido, sus amigos y hasta sus ideas y creencias. A este gobernante —el señor Morales— y a cualquier otro.
La preocupación de los bolivianos demócratas no puede centrarse en la personalidad autoritaria de Evo. La preocupación de los demócratas debe centrarse en crear las condiciones para que la personalidad de cualquier autoritario, Evo y Chávez incluidos, acabe sirviendo a la libertad.
Y en occidente —porque es obvio que estoy hablando desde la tradición occidental; la tradición de libertad y democracia en la civilización occidental— esas condiciones para llevar a los gobernantes hacia la democracia y la libertad, no son otras que la ley. Ante la tentación autoritaria —natural en cualquier gobernante sea de izquierda como de derecha— no funciona la reflexión moral, ni el consejo de Lula, ni los seminarios que de la cooperación sobre paz y democracia. Ante la tentación autoritaria, la única esperanza es el derecho.
La mejor y última garantía de los pueblos que quieren ser libres es una ley objetiva, orientada, por un lado a proteger la libertad de los ciudadanos y por otro, a limitar el poder de los gobernantes, sean estos muy demócratas o muy tiránicos.
Eso es lo que hay que hacer frente a Evo y su autoritarismo. Hay que crear la sociedad moderna. Hay que postular y proponer con paciencia, la sociedad fundada en la ley.
La libertad es previa a la ley positiva. La libertad es humana y es natural. Quizá, como creemos los creyentes, hasta sea un don de Dios. Pero hay que cuidarla aquí, en la tierra, en cada barrio, en cada ciudad, en cada país y en cada ocasión. Y el mejor modo de cuidarla es dando fortaleza a la ley que protege la libertad. Esa ley, normalmente es una constitución. En mi entender esa es la misión fundamental de una constitución: proteger la libertad de los ciudadanos y protegerla, particularmente, frente al poder de los gobernantes. O más allá: protegerla, frente a la tentación autoritaria de los gobernantes.
Por tanto, como boliviano y demócrata, no me interesa saber si el presidente Evo Morales tiene personalidad autoritaria o no. No me interesa el pasado medio raro y militar de su ministro de la presidencia. Tampoco me interesa la trayectoria antidemocrática del vicepresidente. Y ni siquiera me interesa la evidente personalidad tiránica de Chávez o la mesiánica de Fidel.
Lo que me interesa es cumplir con el desafío de hacer una sociedad donde mande la ley y donde esa ley mande respetar la libertad y limitar el poder de cualquier gobernante.
En una sociedad donde la ley manda proteger la libertad y limitar el poder, Morales tendrá que ser un demócrata. Y en una sociedad donde no haya una ley fuerte y pensada para la libertad, hasta el más demócrata se convertirá en tirano.
Ante Evo Morales y su obvia tendencia autoritaria, la fórmula tiene dos etapas. La primera, equilibrarlo políticamente. Es decir, tener fuerza política para frenar y equilibrar su tentación autoritaria. La segunda, una vez equilibrado políticamente, hacer la ley que traiga a Morales y a todos por igual, a la causa de la democracia y de la libertad. Es decir, hacer una constitución para la libertad de los ciudadanos.
Las regiones, el parlamento y millones de bolivianos ponen hoy la fuerza política para equilibrar el impulso autoritario de Morales. Y el siguiente paso es convertir esta fuerza política en ley. En ley que garantice la libertad, la democracia y el progreso de los pueblos. Eso, precisamente es el estatuto autonómico.
En efecto, el Estatuto Autonómico es un alegato por la libertad de los bolivianos. Por la unidad en democracia. Un alegato que tiene la fuerza política suficiente, para dar a Bolivia, la esperanza y la confianza de que el futuro será bajo la ley y en libertad.
Por el contrario, la Constitución masista, concentra todo el poder en una sola mano, la del Presidente, eliminando todo equilibrio democrático, todo limite al poder, a los abusos del gobernante y su partido.
El Movimiento al Socialismo no sólo busca construir un Estado de partido único, en realidad, lo que busca es darle todo el poder y la decisión del futuro de todos los bolivianos a unos pocos sectores, los vinculados al MAS.
Por ello, hoy el Movimiento al Socialismo y el presidente Evo Morales, están acorralados en una esquina de la Plaza Murillo. No solo tienen un abierto rechazo en seis de los nueve departamentos que componen nuestro país, sino que comienzan a manifestarse en La Paz, ciudadanos en defensa de la libertad y la democracia, lo cual, marca un despertar ciudadano en el principal reducto del masismo. Son ciudadanos que se rebelan contra las amenazas y los usos autoritarios del MAS, de los ponchos rojos y de otros grupos de choque oficialistas.
Como ciudadano y como Senador de la Republica, lucharé para construir un país que pertenezca a todos y en el cual, estemos protegidos por la ley, en el cual todos tengamos los mismos derechos en todo el territorio nacional, en el cual todos seamos respetados como bolivianos, sin discriminación alguna. En suma, en el cual, todos tengamos oportunidades de brindar a nuestras familias la libertad, el progreso y el bienestar que toda madre y padre anhela para sus hijos.
Esa es la causa que estamos defendiendo, ese es el horizonte que queremos alcanzar.
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