JORGE DREXLER NOSOTROS LOS URUGUAYOS
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Para entenderlo mejor tendríamos que transcribir textualmente un texto del escritor Marciano Duran donde hace referencia al tradicional comportamiento de los uruguayos y sus arraigadas costumbres. Como resulta imposible por su extensión compartiremos algunos fragmentos que representan sin ninguna duda la idiosincrasia uruguaya que tanto nos enorgullece.
SOMOS NOSOTROS LOS ORIENTALES
Somos tan nosotros, que aún en el sitio más bajo
en la cumbre más alta, en el pozo más hondo
hay algo que delata la presencia yoruga.
Es que somos nosotros&se nos ven las hilachas
seguiremos partiendo el refuerzo de fiambre,
seguiremos cediendo una parte de él.
Es que somos nosotros, los que siempre tenemos
matemáticamente la chance necesaria
para dar otro paso e intentar acceder
al lugar que hace tiempo ocupan los demás.
Es que somos nosotros, los que el lunes que viene
arrancamos la dieta o tiramos el pucho.
los de bajo perfil, los que como banderas
levantamos los mates.
Los de siesta estival, de veredas baldeadas
Somos nosotros los uruguayos
Los que miran por la tele y a la vez ponen la radio
para escuchar el partido.
Somos el dulce de leche, los chivitos los chaná
los churrascos, chinchulines, somos bagayos del Chuy
choripan, postre chajá, somos charrúa, Inchalá..
Somos nosotros los Orientales
Valientes e ilustrados, de Santas semanas y de criollas vueltas
de Moglias dobles, de araca que viene la cana,
de Alfredo, Daniel, de Braulio y del Pepe
esperando la lluvia para hacer tortas fritas
Los versos de Duran nos llevan directamente al Oscar de Drexler sin comprender siquiera como llegó si era un desconocido, que vivía a la vuelta y no del otro lado del río.
Sin embargo llegó a la cima sin bocinarlo a puro silencio. Vinieron las giras, los reportajes y las conferencias para contar su experiencia.
Carga por todos lados la famosa estatuilla con sus 4 kilogramos de oro que le pesan al cuerpo pero no a su personalidad. Lo dijo y no dudamos que se trata de un simple reconocimiento.
Ya dirán nuestros hermanos argentinos que nació en Francia, pero que se vino muy joven a trabajar en un frigorífico de Avellaneda.
Dentro de algunos meses compartirá los almanaques con Obdulio, Gardel o el Pepe Mujica.
Circula en Internet una propuesta para que una calle céntrica de Montevideo lleve su nombre y que el Grupo Casal estaría interesado en comprar todos los derechos para vender sus discos en el exterior y también que la Asociación Uruguaya de Fútbol lo pondría al frente de la selección con la esperanza de que junto a Forlan y el Chengue Morales nos ayude a clasificar para el próximo mundial.
Y por supuesto que si Lula le otorgó el Ministerio de Educación Cultura a Gilberto Gil, como es posible que Tabaré se olvide Jorgito.
Le negaron la posibilidad de cantar su canción pero supo aprovechar los 30 segundos para regalarle al mundo dos estrofas del tema.
Clavo mi remo en el agua
llevo tu remo en el mío
creo que he visto una luz
al otro lado del río&
¡MACHO... ESE URUGUAYO!
Bajo este título el periodista brasileño David Coimbra escribía recientemente su columna para el influyente diario ZERO HORA.
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La expresión del rostro del uruguayo Jorge Drexler mientras observaba a Antonio Banderas ejecutar su música en la ceremonia del Oscar. Aquí en ultramar era posible sentir la angustia del uruguayo. Era la música de Jorge Drexler que Banderas cantó con entusiasmo sin duda, pero de forma grotesca, cero en ritmo y armonía. Al lado de Banderas, el guitarrista Santana deliraba en su guitarra de la forma que los virtuosos tocan sus instrumentos, que es la misma de algunos jugadores muy habilidosos y sin dar importancia para el conjunto. Y el uruguayo allá abajo sufriendo, pues estaba impedido de cantar su propia canción. Pero cuando recibió el premio Drexler actuó como un auténtico uruguayo; no lloró, no le agradeció a nadie, no saltó de alegría ni habló en inglés. Se curvó sobre el micrófono y cantó un trecho de su música. Un trecho solo, sin acompañamiento alguno, a capela, mostrando como la música debería ser cantada. Terminada la lección simplemente dijo chau y se fue orgullosamente. Drexler encarnó a Gumersindo Saravia, encarnó a Obdulio Varela en Hollywood . Enfrentó la arrogancia de los dueños del mundo. No tembló ante las luces, ni la audiencia de millones, como tembló por ejemplo el experimentado Caetano Veloso. Drexler estaba solo, presionado por la torcida adversaria y por las reglas anglo-sajonas de la academia. Sin embargo salió con elegancia y audacia. Salió uruguayamente. Por Dios!!! Si la celeste olímpica juega así, tendremos problemas en marzo por las eliminatorias del mundial de fútbol&..-dijo finalmente el periodista brasileño.