Un psicólogo se dedica a hacer tests psicoptécnicos para estimar el coeficiente intelectual de la gente. Una de las preguntas en el test es contar de uno a diez. Llega el primer entrevistado:
- A ver, cuenteme de uno a diez.
- Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
- ¿Qué?!
- Huy, perdón, es que verá, como yo trabajaba en la NASA, me acostumbré a contar al reves y...
Este tío acaba el test y aparece el segundo:
- A ver, preste atención porque esta pregunta es muy fácil pero le puede hacer perder puntos; cuénteme de uno a diez.
- Uno, tres, cinco, siete, nueve, dos, cuatro, seis, ocho, diez.
- ¿Qué?
- Ay, lo siento, verá, es que yo trabajaba de cartero, y claro, acostumbrado a ver los números pares a un lado de la calle y los impares al otro... pues...
Y finalmente entra un tercer individuo:
- Bueno, y ahora llegamos a una pregunta un poco delicada... Porque usted sabra contar, ¿verdad?
- Hombre, por supuesto. Sepa que yo soy funcionario y que para conseguir mi trabajo tuve que pasar unas oposiciones muy duras para las que tuve que estudiar mucho.
- Ajá, me alegro. Bueno, pues cuénteme del uno al diez.
- Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota, caballo, rey.
En el consultorio el paciente le muestra a su médico los resultados de sus análisis.
-El médico los analiza con cara de preocupación y le dice al paciente:
-Van a tener que mandarle hacer una plaquita
-¿De tórax, doctor ?
-No , de mármol
Entra un tío en una tienda y dice:
- Hola, me llamo Juan, tengo cuarenta y tres años, una hija de siete y un hijo de tres, estoy separado, y tengo un canario que baila sardanas...
El dependiente le interrumpe y dice:
- ¿A mí que me cuenta?, ¡Esto es una tienda de fotografía!
Y el individuo contesta:
- No sé, como en la puerta hay un cartel que pone: "Entre y revele su rollo..."
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