¿Por qué no? ¡NUNCA MAS!
	por Helena Arce		Email

            Nuestro Presidente, el democráticamente electo por la mayoría absoluta de los votos emitidos,  entre los que por cierto no se encontró el mío, lo anunció en su emocionante discurso el día de su asunción: “NUNCA MAS URUGUAYOS CONTRA URUGUAYOS; NUNCA MAS”

            Hoy propone realizar un acto, el 19 de junio, una fecha que no lastima a nadie, más bien nos enorgullece, pues ese día de 1764, nació aquel a quien dimos el nombre del “Padre de la Patria”.

            Es cierto que no era tal cual es hoy nuestra patria, que Artigas la soñaba, pero si es cierto que nació en nuestra patria y nos dejó un legado que lamentablemente estamos terminando de perder. .

            Sus frases imborrables como aquella que reza: “Clemencia para los vencidos”, luego de la Batalla de Las Piedras”;  las sublimes “Instrucciones del año XIII”, entre las que se encuentra, la para mí, más conmovedora: “Promoverá la libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginable”

            Su preclara visión de la verdadera democracia: ” Así este como aquel se dividirán en poder legislativo, ejecutivo y judicial."  “Estos tres resortes jamás podrán estar unidos entre sí y serán independientes en sus facultades."

            Y las  que para mí reafirman su visión de la identidad de la Provincia Oriental, nuestra querida República: “Que esta Provincia retiene su soberanía, libertad e independencia, todo poder, jurisdicción y derecho que no es delegado expresamente por la Confederación a las Provincias Unidas juntas en Congreso."” Que esta Provincia tendrá su constitución territorial; y que ella tiene el derecho de sancionar la general de las Provincias Unidas que forme la Asamblea Constituyente."

            Es cierto que Artigas pensaba en esos momentos, que sería posible unir a las Provincias, lo que  no se dio, pero el tenía claro que la Provincia Oriental debía ser soberana y unida a los demás por lazos fraternos de asistencia recíproca., pero con identidad propia.  

            También es cierto que no fueron esta de su autoría exclusiva, que se acepta por los historiadores la influencia en ellas de Dámaso Antonio Larrañaga , de Miguel Barreiro y de Felipe Santiago Cardozo. También que se traslucen en dichas instrucciones la influencia de las ideas que se promovían en la Constitución de los Estados Unidos, y en la Declaración de los Derechos del Hombre. Pero el las hizo suyas, las entendió y compartió.

            Todo el accionar de Artigas, en estos tiempos cuestionado, nos dejó una identidad, unidos o no a las demás  provincias, pero por sobre todo nos dejó su integridad, su ideario de cómo debía ser una sociedad. Su frase: “Mi autoridad emana de vosotros y cesa ante su presencia soberana”, también repetida en el discurso de la asunción de nuestro Presidente. Afirma sin lugar a dudas su incuestionable devoción democrática.

            El titular de nuestro gobierno propone, que festejando el día de su nacimiento, los uruguayos nos demos un abrazo fraterno, superando de una vez por todas, los horrores del pasado.

            Y este pueblo que tal vez hoy,  no se merezca el honor de llamar a José Gervasio Artigas su héroe nacional, se resiste a ello.

            No estamos dispuestos a mirar hacia delante, sin olvidar, pero sin rencores, perdonar, manteniendo viva en la memoria los yerros cometidos,  para no volver a pelear hermanos contra hermanos.

            “Nunca más”, decía Vázquez, el día de su asunción, y hoy nos lo pide. Es un gesto, que nos honraría como seres humanos, que tal vez rescatará lo mejor que supimos tener los uruguayos, alguna vez.

            Acaso hoy, los uruguayos seremos los Sarratea de Vázquez, ¿Lo traicionaremos en su intento de reconciliarnos, de legarles a nuestros hijos,  un Uruguay sin enconos?   

            El Comandante en Jefe del Ejército, un joven teniente general, dice con razón que el ejército no quiere que la Institución como tal, sea juzgada por el accionar de unos pocos. Y se le tiran encima desde la Ministra de Defensa, hasta los viejos militares a quienes junto a los tupamaros,  les debemos 10 años de oprobio.

            Sra. Ministra de Defensa Dra. Azucena Berruti, ¿es posible que su odio no le permita ver lo justo del reclamo que hace el Teniente General. Rosales?  ¿O serán tal vez sus años, que no la dejan ya razonar? ¿No eran militares Seregni, y la Armada  Nacional que intentó en aquellos aciagos días,  resistir el Golpe de Estado, no lo eran tantos militares que por oponerse al accionar de la dictadura fueron defenestrados? ¿Cree que alguno de ellos haya sentido vergüenza alguna vez, de haber elegido esa carrera? ¿No cree que ellos también querrían  sanear al Ejército Nacional, al que amaban, y se sentían orgullosos de pertenecer a sus filas, de los crímenes cometidos por una fracción de sus integrantes?

            Y los militares que si nos quitaron las libertades, los que mataron impunemente, los que avergonzaron el juramento de honor al que se sometieron al recibirse, por propia voluntad, ¿No les parece que es hora de dejarnos seguir en paz? ¿No se les pasa por la cabeza que los hoy jóvenes militares, deben liberarse de una vez del oprobio de sus crímenes? Sr. Dictador Gregorio Alvarez, ¿No se siente un  ridículo, repitiendo como un loro: “son los comunistas, son todos comunistas”?

            Y los Irmas Leites y compañía, que pretenden volver a usar niños como carnes de cañón, envenenándolos con su odio, ¿no queda un resquicio de pudor en sus almas, para terminarla de una buena vez?

            Yo puedo entender a las familias de los caídos, de un lado y del otro, es difícil superar perder en esas condiciones a los seres amados. Pero si seguimos fomentando el odio, lo único que lograremos es repetir la historia. Volver a pelearnos entre hermanos. Y como bien lo dijo José Hernández, a través del “Viejo Vizcacha” : “Si los hermanos se pelean, los devoran los de afuera”

            Acompañemos a nuestro Presidente, él tiene razón, debemos dejar el odio atrás, debemos decir todos juntos en una “gran abrazo de unión de amor fraternal”: ¡NUNCA MAS!