El gobierno y el azar
por Michael S.Castleton-Bridger
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Hay gobiernos con suerte. Hay gobiernos sin suerte. El gobierno divertido de Batlle fue notoriamente desafortunado.
El gobierno del frente amplio ha tenido una suerte formidable conglomerado de gobierno está viviendo una bonanza cómo no se ha visto desde el final de la guerra de Corea.
Hasta ahí todo bien. Diría aún más, fenomenalmente bien. El lector podrá preguntarse entonces,¿ cuál puede ser el problema?
El problema es que no hemos hecho nada, absolutamente nada para merecer esta bonanza. El Uruguay es como una familia que recibe por única vez una herencia o saca una lotería. Si esta plata se invierte bien, se puede sostener un cambio en el nivel de vida de la afortunada familia. Ahora, si la plata no se invierte bien, sino que se gasta, entonces es pan para hoy y hambre para mañana. Esto es precisamente lo que ha hecho el gobierno del frente amplio. Más gasto, más empleados públicos, igual ineficiencia, igual burocracia, igual estado paquidérmico interfiriendo cada vez más en la vida de la gente.
Las bonanzas traen las semillas de las crisis porque no se aprovechan y se asume que continúan indefinidamente.
Las bonanzas deben aprovecharse mientras duren, acumulando riqueza, para los tiempos de vacas flacas que inexorablemente las siguen. No hay que ir muy lejos para ver como Chile, aprovechando el alto precio del cobre, hoy tiene un fondo de reserva que ronda los quince mil millones de dólares. La empresa Microsoft maneja un fondo de reserva anti- crisis igual a dos años de facturación bruta. Es una pena que los neo-marxistas que están en el gobierno acá no tengan una política similar.
Como bien dice la sabiduría popular, la plata no hace la felicidad, pero, cómo calma los nervios. Esto es verdad incluso para los países.
Lamentablemente de seguir en este derrotero los uruguayos hemos de pasar muchos nervios cuando las situación internacional cambie como inexorablemente lo hará, y más antes que después.
En épocas de bonanza todos los números dan. En épocas de crisis la sábana es siempre corta. Siempre hay gente que paga los platos rotos, casi siempre la misma. Los de ingresos fijos o de ingresos más bajos.
Es un gran picardía que no estemos aprovechando esta coyuntura tan favorable para preparar el país para tiempos difíciles. Estamos gastando pero no invirtiendo. Esta política errada la pagaremos todos los Uruguayos en algún momento. Es una pena, ya que fácilmente y con pragmatismo las cosas podrían ser bien distintas.
Distintos paradigmas, distintas concepciones de país.
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