El baldío que creó el FA
por Raquel Trobo
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Cuando el doctor Enrique Beltrán usó de la palabra en el Directorio del Partido, como protagonista del homenaje que allí se le tributara al cumplir años, dijo algo que hoy recogemos: “Este gobierno se cree, que todo comenzó con ellos; toda obra, todo bien; parece que antes de su llegada, esto era un baldío”. Recuerdo que sonreímos por la precisión de su ironía, ya que es algo que a cada rato, volvemos a comprobar.
Días pasados, la inefable ministra del Interior, en ocasión de visitar una sede de la Guardia de Coraceros, expresó a esos uniformados: “Yo los conocí desde otro lugar, de otra manera”. Como si las fuerzas del orden decidieran cambiar su actitud por sí solos. Todas las policías del mundo, pasan de la amabilidad a la prepotencia, según las directivas que les imparta el gobierno al que sirven. (¡Vaya novedad!) .Sucede que la jerarca, como todos los de su grupo gubernamental, diciendo estas cosas, van corriendo la voz de que son únicos, y salvadores del pueblo.
Nos remitimos a esta pequeña muestra: el cronista que realizó la nota de marras en El Observa, (el 23 de julio) apoya –convencido, o para convencernos- los dichos de Daisy, cuando a renglón seguido escribe:”Es que la ministra, estuvo del otro lado o en frente de los Coraceros durante las manifestaciones contra la dictadura, algunas brutalmente reprimidas”.
Nosotros replicamos, que nada tiene ello de particular, en un país en que se supo rechazar de plano la época de facto, e incluso nosotros estuvimos en estado de detención varias veces. Sin embargo la ministra encontró, allí nomás, quién le hiciera gordo el caldo.
Más adelante la Jerarca señalaba: “Sin embargo, frontal y sincera, como saben que soy, (agregamos y soberbia, como todos los frenteamplistas) “quiero decirles que me siento orgullosa de que este regimiento, hoy sea reconocido por la ciudadanía, lo que significa un cambio notorio, un salto en la calidad.”.
¿Es que no sabe la ministra que desde 1985, todas las fuerzas policiales y las de las tres armas del país, dejaron de reprimir; que no es su obra, ni la de este gobierno? Sí que lo sabe, pero es su táctica.
Y continúa, reafirmando lo expresado: Es frecuente para mí y los integrantes del comando del Ministerio, recibir muy buenas señales del pueblo uruguayo, respecto a ustedes.”(Nuevamente insiste en usurpar agua para su molino).
Pero cuando finaliza sus expresiones, incurre ya en una falacia argumental: “La verdad, es un verdadero orgullo para mí, que desde que asumí me propuse, entre otras cosas, lograr que el pueblo, los ciudadanos, quieran y confíen en la policía”. ¡Tomá!
Fuera de la alharaca, la Tourné falta a la verdad. Nadie que viva hoy aquí, puede confiar en la policía, porque (entre otras cosas), sus efectivos están tan magramente pagos, que hasta hemos llegado a comprender su inacción, o su mirar sin ver –tan común- porque ¡quién se va a jugar la vida por 5 o 6 mil pesos mensuales! ¡Si hasta Mujica,-que es un hombre claramente de partido- salió a decir que había que aumentar esos sueldos, causando la correspondiente iracundia de Daisy!.
En realidad con justificación (de los policías) o sin ella, el incremento vertiginoso de tantos delitos, genera tal sensación de inseguridad, que su rango aparece señalado en guías turísticas extranjeras. Nuestro país ya no goza de aquella tranquilidad que hizo época y así se les informa a quienes nos visitan, para se guarezcan de rapiñas, especialmente en las calles y en el transporte colectivo.
Pero la ministra, muy “jarifa”, dijera mi amigo Gonzalo Aguirre, ostenta lo contrario sin conmoverse en absoluto.
Reparemos en estas aparentes cosillas, que logran propósitos enormes. Se trata de un labrado paciente y conjunto de todos los jerarcas gubernamentales, que diseñan la marca del zorro del frenteamplismo: huir de lo que los inculpa, y adjudicarse méritos que nunca tuvieron.
Muy bien el doctor Enrique Beltrán con la imagen del baldío.
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