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TIFA: O cómo diluir una decisión por Raúl Seoane |
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La escaza información suministrada por el gobierno sobre el Tratado Marco de Comercio e Inversión, TIFA según sus siglas en inglés, ha dado lugar a muchas especulaciones en cuanto a las posibilidades de Uruguay de incrementar sus intercambios comerciales con los Estados Unidos.
Desde la vecina orilla, donde se ve que nos tienen entre ojos por el conflicto de las papeleras, algunos medios de comunicación argentinos publicaron que Uruguay tendría que ser echado del Mercobluff al haber firmado el TIFA con Estados Unidos.
Un artículo publicado por América Económica dice que la firma del acuerdo ha generado un creciente malestar en el seno del Mercosur. El presidente uruguayo ha señalado insistentemente que esta unión aduanera, tal y como está, no le sirve a Uruguay y ha abogado por un proyecto de "regionalismo abierto" y la posibilidad de firmar acuerdos comerciales con otros países.
Ni lo uno, ni lo otro
El TIFA es un acuerdo amorfo que es “ni muy, muy, ni tan, tan”, y es probablemente la mejor forma que tiene el gobierno de Tabaré Vázquez de diluir la decisión de plantearle a la sociedad cuál es el proyecto país que necesitamos los uruguayos.
Si se desea que un tema jamás sea resuelto, hay que crear una comisión para tratarlo, ya lo había dicho el general Juan Domingo Perón desde la otra orilla. Y el TIFA es eso, un Acuerdo Marco de Comercio e Inversiones, que nunca llegará a nada con este gobierno.
Si uno se toma el trabajo de leer atentamente el Acuerdo Marco firmado (ver TIFA en PDF – ver TIFA en WORD) apreciará que lo firmado no representa ningún beneficio y perjuicio para nuestro país. Simplemente es una expresión de deseos y un marco regulatorio de futuras negociaciones.
En un reportaje efectuado por el programa En Perspectiva de El Espectador, el experto en economía internacional, Isidoro Hodara, recordó que Estados Unidos tiene firmados veintinueve TIFA’s en todo el mundo, inclusive tiene uno firmado con el Mercobluff.
Según la opinión de Hodara, el Senado norteamericano es proclive a firmar un TLC con nuestro país. En una consulta efectuada en el recinto, se presentó un proyecto, avalado por el 22 % de los senadores, en el que le expresa al Ejecutivo norteamericano que “sería interesante que el PE pensara en firmar un acuerdo de comercio con Uruguay”.
Si bien este proyecto de ley norteamericano son simples deseos, el TIFA también es una expresión de deseos, y no existe ninguna cláusula que indique que nuestro país va o debe comerciar con los Estados Unidos.
La estupidez tiene cara de izquierda
En lugar de buscar los medios para engrandecer nuestro país y darle medios lícitos de trabajo a nuestro pueblo, la Mesa Política del Frente Amplio se enreda en una bizantina discusión sobre anacrónicas ideas de “imperialismo sí, imperialismo no”, ó “patria libre o muerte”.
Las pocas neuronas de los miembros que componen esa Mesa Política, no les permitieron averiguar o consultar lo que significa un TIFA, ya que Estados Unidos, como mencionamos en el capítulo anterior, tiene 29 Acuerdos Marcos firmados, y por lo tanto, existen los suficientes antecedentes para consultar y asesorarse en la materia.
El Tratado de Protección de Inversiones, (ver Tratado en PDF – ver Tratado en WORD) firmado y refrendado el año pasado con los Estados Unidos, es un acuerdo de muchísima mayor envergadura que el mísero TIFA firmado la semana pasada, ya que compromete y obliga a ambos países firmantes. Y una de las enormes ventajas de este acuerdo, es que estimulará el movimiento de capital privado y el desarrollo económico de ambos países.
El senador Rafael Michelini, que vive a la sombra de la grandeza de su difunto padre, dijo que en los debates en la Mesa Política se tomó la decisión de "dejar que el gobierno actuara", aunque él "hubiera esperado una resolución que pusiera los límites".
Para el senador comunista Eduardo Lorier, “resulta evidente que lo que se buscó fue respaldar al presidente de la República”, y consideró, que el hecho de que el texto del Tifa fuera enviado a la Mesa Política tres días antes de su rúbrica “atenta contra el correcto funcionamiento del FA y perjudica el relacionamiento del mismo con su gobierno. Entendemos que lo acontecido es muy negativo para las bases, cuyo peso es muy importante dentro de la fuerza política, y, como ha venido aconteciendo a lo largo de la historia del Frente Amplio, debieron ser tenidas en cuenta. Es un retroceso sobre algo que todos nos comprometimos a fortalecer en nuestra campaña de las recientes internas, o sea, a la fuerza política y su funcionamiento”, agregó.
Si un país tiene que tomar sus decisiones previa consulta a la Mesa Política y a las bases de su partido, de acuerdo a lo que se desprende de las declaraciones de estos dos “pelotazos en contra” como son Michellini y Lorier, la burocracia estatal sería un cuento de niños frente a la burocracia política gobernante.
Si para discutir un acuerdo de tan solo seis artículos y un pequeñísimo anexo necesitan más de tres días, según declaraciones de los neurónicos de la Mesa Política, quiere decir que las pocas neuronas que les quedan están sumergidas en alcohol etílico.
Componedor y rezongón, el ministro José Mujica dijo que "El Frente Amplio tiene contradicciones. Agregando que “hay que fortificar a la Mesa Política porque los gobiernos pasan y la Mesa Política queda y tenemos que aprender lo que les pasó a otros". A buen entendedor, pocas palabras bastan.
¿Lobo Gagáno está?
El odio visceral que tiene el canciller Gagáno por el imperio del norte, no le permitió estar durante la firma del TIFA en el Edificio Libertad, por lo que el senador Carlos Moreira dijo que “Tenemos una Cancillería que estuvo ausente en la firma del TIFA, que ha estado ausente en los momentos más cruciales de la negociación con Argentina, que aparece, desaparece y reaparece, y no siempre con tino”, agregando que “Alguien se tiene que ir del gobierno” en indiscutible referencia a Gagáno.
En el manejo del conflicto con Argentina por la instalación de dos plantas de celulosa en nuestro país, el mayor avance se logró cuando “fletaron” a Gagáno a Rusia y se hizo cargo de la negociación la vicecanciller Belela Herrera.
Gagáno es una simple figurita, a cargo de un ministerio que hoy tiene una importancia capital, no sólo en el conflicto con Argentina, sino también en la definición de un perfil económico del país para su inserción en el mundo.
No por nada, en el conflicto de las papeleras, el presidente argentino volvió a insistir la semana pasada que él quiere una negociación directa con nuestro país, de presidente a presidente, sin la intervención de los Ministerios de Relaciones Exteriores. Es la segunda vez que el Gallotero pide que Gagáno no esté en la mesa de negociaciones. ¿Será porque Gagáno es un duro, o porque es un flan?
¿Una extorsión al Mercobluff?
Si el lector ha leído, aunque sea rápidamente, el texto del TIFA firmado por nuestro país con EE.UU., habrá comprendido que es un simple papel con buenas intenciones.
Si esto es así, ¿Cuáles fueron las intenciones de este gobierno para firmarlo?, porque hay que reconocer que firmar un acuerdo mayor como lo es un TLC, va a costar “sangre, sudor y lágrimas” (Churchill dixit), según lo que se desprende de todas las declaraciones vomitadas por distintos representantes del comunismo uruguayo.
Si la intención de nuestro gobierno al firmar el TIFA es obligar al Mercobluff a modificar su política hacia los socios menores, están totalmente equivocados y es una pésima estrategia que ilusiona a nuestro pueblo con posibilidades que pueden llegar a ser concretas con un acuerdo de libre comercio ampliado. El Mercobluff, salvo los siempre amarillistas diarios argentinos, ni se dio por enterado y está a la espera de la próxima jugada.
Es increíble e inconcebible que diez o veinte “iluminados” traten de frenar el desarrollo de tres millones de uruguayos.
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