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La Policía y el Titanic
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Hace tiempo que venimos analizando nuestra performance con respecto a las informaciones que brindamos en esta Columna.
De la autocrítica surge que generalmente en la mayoría de las notas también tratamos críticamente la actual situación de la Policía.
Lo primero que analizamos es que nos hemos transformado como la mayoría, en “diagnosticadores” de la problemática policial. Y si bien hemos realizado importantes aportes aportado soluciones, también tenemos claro que muchas han caído en saco roto.
Hemos hecho el esfuerzo de intentar dar un mensaje optimista, “darle para adelante”, y convencernos de que la cosa iba a mejorar. Pero no ha sido así, realizado el esfuerzo y analizados todos los factores, llegamos a la conclusión que no hay otra que seguir luchando para mejorar la situación, la que cada día es más sombría.
Se podrá preguntar, pero como: ¿no hay nada positivo hoy en la Policía?
Y sí, algunas cosas hay. El sacrificio de todo el personal policial para cumplir su deber, los éxitos profesionales, la honestidad de la mayoría de los policías, aunque de motivación no podemos hablar.
No hay motivación institucional, ya que no sabemos hacia dónde vamos, eso sí, sabemos que vamos de ojos vendados.
No hay seguridad jurídica, no se respeta la actual Ley Orgánica, y se está haciendo otra a espaldas de las instituciones sociales.
Las rígidas normas legales, en nuestra policía parecen de mimbre y se tuercen para un lado o para otro según se acomoden unos u otros.
Se ha perdido el sentido de pertenencia, porque no se respecta a los mandos policiales, y las decisiones profesionales las toman los políticos.
Esperamos que los cambios anunciados propicien un golpe de timón, y un cambio de rumbo, que redunde en beneficio de la Policía y de la Sociedad.
Esperamos actitudes pragmáticas en los decisores, y un cambio de actitud con respecto escuchar otras opiniones sin enojos, ni prejuicios que no permiten el entendimiento.
Hoy todo es un lío, se ha hablado de “cambios” y todo sigue igual, cuando no peor. Lo único que ha cambiado son los actores, pero el sistema es el mismo.
Sinceramente esperamos que esta la nueva tripulación encuentre el rumbo, ya que como dijo oportunamente un destacado camarada: “la Policía ha sido como un gran barco a la deriva”. Y nosotros, nos sorprendemos cuando logramos vislumbrar su nombre… “TITANIC”.
La Comisión
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