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Demoledora verdad de un Premio Nobel
por Fernando Pintos
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Una frase lapidaria ha sido pronunciada, poco tiempo atrás, por Jean-Marie Gustave Le Clézio, el más reciente ganador del Premio Nobel de Literatura. Unos cuantos años atrás, nadie hubiera esperado expresiones similares de nada menos que un ganador del Nobel, en cualesquiera de sus ramas… Por entonces, se tenía bien en claro que ese premio incluía también una investidura que debía exhibirse revestida con cierta solemnidad y no poca majestad. ¡Pero sucede que son éstos otros tiempos!… La Posmodernidad… La Globalización… Y esta Humanidad contemporánea, convertida en un cambalache mucho más confuso que el que se describía con acierto y amargura en el famoso tango homónimo de Enrique Santos Discépolo… En fin, que ahí les transcribo la frase:
«…En el mundo actual ,se está invirtiendo cinco veces
más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona
para mujeres que en la cura del Alzheimer. De aquí a
algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos
con pito duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué
sirven»…
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Como es bien sabido, tanto los niños, como los locos, los borrachos y, últimamente también los galardonados con el Nobel, son extrañamente propensos a decir, sin mayor artificio, algunas verdades más voluminosas que una catedral gótica. En cualquier caso, cabría esperar que Le Clézio hubiese empleado una buena parte de ese millón cuatrocientos mil dólares que forma parte del Premio Nobel, para atender a dos asuntos urgentes: el primero, un Extreme Make Over, desde la planta de los pies hasta la punta de sus cabellos. Y el segundo, proceder con urgencia al acopio de una buena provisión de esa droga milagrosa que se ha convertido en la mayor panacea del siglo XXI: el Viagra… Y si tal hubiera hecho, también hubiese debido apresurarse a dar uso inmediato e intensivo, tanto a lo uno como a lo otro… Después de todo, el tiempo pasa volando y se lleva con él la memoria… Si bien es justo agregar que, para hacer tal cosa, cuenta casi siempre con la inestimable colaboración del Alzheimer.
© Fernando Pintos para Informe Uruguay
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