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La reelección y la desintegración
del Frente Amplio
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por Dr. Alberto Volonté Berro |
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Creí que la reelección y en particular la reelección del Dr. Tabaré Vázquez era un tema que había desaparecido de la agenda nacional y del debate de la opinión pública. Tan categórico ha sido el Dr. Vázquez que pensé que nadie se atrevería –y menos dentro de su partido– a agitar el fantasma enterrado por voluntad del propio interesado.
Cuando el Dr. Vázquez le dijo a todos los uruguayos que no aceptaba la reelección presidencial se refirió al estado de "nervios" generalizado que vivía en especial la oposición ante la posibilidad de que el aceptara la postulación que tantos frentistas deseaban. Creo que dentro de los blancos nadie se puso nervioso, sino por el contrario, nos hubiera gustado que el Dr. Tabaré Vázquez aceptara su posible reelección pues, como confiamos en nuestras posibilidades de éxito en las elecciones del 2009, lo mejor sería ganarle al Frente Amplio y al propio Tabaré Vázquez para demostrar que el pueblo uruguayo rechazaba el proyecto frentistas y a quien lideró el mismo.
Hoy creo que hay un gran nerviosismo dentro del Frente Amplio que, a mitad del periodo de gobierno, comprueba que han decaído en intención de votos, en índices de popularidad y que la imagen del presidente, aun siendo positiva, ha caído, en cualquiera de las empresas encuestadoras, en puntajes lo suficientemente altos como para generar "nervios" a diputados, senadores, intendentes y en general quienes dentro del Frente aspiran a retener sus cargos. Ese estado de nervios es fruto de la histórica crisis que tiene la izquierda nacional, que nunca pudo congregarse en un partido político y que apenas logró un conglomerado de diversos orígenes que tuvo como objetivo común una alianza electoral para alcanzar el poder. Lo lograron. Hoy temen perderlo luego de apenas cinco años de gobierno.
En democracias republicanas reconocidas y respetadas como la de Estados Unidos, la reelección –por única vez- funciona perfectamente. Lo mismo pasa en Brasil. La reelección no es mala en si misma. La reelección atenta contra el sistema republicano democrático cuando es utilizada con fines meramente electorales como lo hizo el Partido Colorado en la década de los '70 con la del Sr. Jorge Pacheco Areco.
Los blancos jamás hablamos de reelección y nunca se nos pasó por la cabeza ni aun siendo un buen instrumento electoral. El gran gobierno blanco presidido por el Dr. Luis Alberto Lacalle, llevó a impulsar la reelección del Partido Blanco en el gobierno pero a nadie de la colectividad de Oribe se le ocurrió propiciar la reelección del Dr. Lacalle para asegurarse el éxito electoral.
Si el Frente Amplio, las distintas ideologías que lo componen, los innumerables sectores electorales que lo integran, no se sienten capaces en elegir un candidato único que los represente a todos y que logre la mayoría electoral de los uruguayos, no puede ser excusa para transmitirle una mala señal a la opinión publica. El Frente Amplio está evidenciando que más importante que su partido y sus ideas es el líder de turno que les asegure el triunfo electoral.
La democracia reposa sobre partidos políticos fuertes y que son mucho más que los líderes ocasionales que los conducen. Si a la opinión pública le decimos que los partidos no sostienen más la democracia y que en realidad son personalidades aisladas las que llevan adelante programas y propuestas, estaríamos muy cerca de tentaciones totalitarias antidemocráticas. .
Sinceramente confío que este estado de "nervios" que generan todas las encuestas que coinciden al marcar la caída de popularidad del Frente Amplio y su presidente, se transformen en serena calma. Que se respete la voluntad del señor Presidente de la Republica, Dr. Tabaré Vázquez y no se le haga perder la calma poniendo en duda su palabra.
Deseo que lo que le queda de gobierno a esta administración lo haga de la mejor manera posible y con acierto para mi país, pues los blancos ganarán la elección, no por los errores cometidos por el actual gobierno, sino por sus mejores propuestas, por la confianza que transmiten y porque no recurrirán ni al doble discurso ni a las falsas expectativas para convencer a los uruguayos que el Partido Nacional volverá a garantizar la paz y el buen gobierno a la patria.
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