La proyectada Tasa de Circulación de Montevideo
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por Jorge Ciasullo |
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En el último Congreso de Intendentes, celebrado a mediados de setiembre, el Presidente Tabaré Vázquez manifestó que, si bien “no quería poner el dedo en la yaga, el tema de la patente única era un asunto a solucionar”, dando a entender que ello se realizaría antes de fin de año.
Sin embargo, pocos días después, la Junta Departamental de Montevideo aprobó con la Rendición de Cuentas y Mensaje Presupuestal del Municipio, la inclusión de una tasa de circulación, a ser aplicada a los vehículos empadronados en el interior del país y que circulen por Montevideo. Dicha tasa sería variable y su cálculo respondería a la diferencia entre lo que pagó el vehículo en concepto de patente en el interior y lo que debería pagar en Montevideo por el mismo concepto.
En primer término —y para significar el atropello que significa esta medida— debemos remitirnos a la Constitución de la República. Ella protege y asegura, entre otros derechos individuales, el de la libertad personal y el de la propiedad. En el primer caso, incluye, obviamente la libertad de circulación vehicular y, en el segundo también, obviamente, el derecho a la propiedad de un vehículo.
En segundo lugar, cabe recordar que, ante una medida similar por parte de la Intendencia de Cerro Largo, el Tribunal de Cuentas la cuestionó, entendiendo que era una forma de presión indebida de un Intendente sobre sus pares. Es de suponer que el Tribunal de Cuentas procederá de igual forma sobre la Intendencia de Montevideo.
En tercer término, está claro que lo que pretende la administración municipal de Montevideo es aumentar sus recursos. Ya no es suficiente con realizar un nuevo catastro sobre las propiedades en Montevideo —lo que traerá sin duda un aumento en la contribución—, así como aumento en tasas y tributos municipales, nada es suficiente. Tiene razón el Intendente Ehrlich: las diversas administraciones frentistas han creado un Municipio con 10 mil funcionarios —cifra que supera a municipalidades del Primer Mundo, comparado con el número de habitantes—, por ello de cada 100 pesos que recauda, 90 son destinados a remuneraciones y beneficios. Sin considerar, acuerdos salariales anteriores —administración Arana— que quedaron como herencia para la actual administración y los sufridos habitantes de la ciudad.
En definitiva, de aplicarse esta tasa de circulación, los propietarios de vehículos empadronados en el interior estarían pagando una doble tributación, olvidándonos de la violación de sus derechos.
Además, ¿como se controlaría? Porque, muchas veces, un residente en el interior tiene que viajar necesariamente a Montevideo para efectuar trámites ante entes autónomos, ministerios, etc., o simplemente por motivos personales. Estaríamos actuando como si tuviéramos aduanas interiores, lo que es ridículo por donde se lo mire.
Hace algunos años, un alto funcionario uruguayo de una multinacional de informática regresó al país y fue invitado a dictar una conferencia. La inició con esta frase: “Me fui del Uruguay hace 10 años. Al volver veo que el tema de entonces, la ‘guerra de las patentes’, continúa. Esto es inimaginable en el Primer Mundo”.
Tenemos la esperanza que, tal como lo anunció el Presidente, se llegue de una buena vez a la patente única nacional. Todo lo demás es absurdo.
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