Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago…
Modelo de hipocresía argentina
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El presidente argentino, vencido por la contundencia internacional y cada vez más aislado mundialmente ha aceptado, a regañadientes, que la posición uruguaya en el conflicto iniciado por los terroristas entrerrianos es la correcta.
Sin embargo, y en los últimos estertores de su gobierno sigue ladrando por la contaminación ambiental que la planta Orión de Botnia generará, en su alienada mente, al río Uruguay.
Sin embargo, la hipocresía argentina es un ejemplo de lo que nos espera en el futuro, y este artículo publicado por el diario Perfil lo refleja claramente.
EXCLUSIVO DE PERFIL
Revelan otro informe que cuestiona la falta de seguridad en Atucha II
Mientras se sigue inyectando fondos a la tercera central atómica del país, los técnicos nucleares argentinos insisten en manifestar su inquietud por las graves fallas con las que se está construyendo. Este diario tuvo acceso a un nuevo documento que clama por el rediseño de la obra. La responsabilidad política y los intentos de silenciar a los científicos.
Por Alfredo Ves Losada / Martin de Ambrosio
Después de la nota en la que PERFIL reveló que el Gobierno tiene decidido seguir invirtiendo millones de dólares en una central atómica como Atucha II, a pesar de que no cumple con las normas de seguridad internacionales que se exigen después del accidente nuclear de Chernobyl, la orden fue guardar silencio.
El lunes 10 de septiembre, ocho días después de la publicación, en una especie de comité de crisis, Julio De Vido reunió a los máximos responsables del área nuclear, para unificar líneas de acción a partir de la revelación de los puntos débiles de Atucha II. “No se habla más hasta después de las elecciones”, fue el mensaje que transmitió, por orden del Presidente, el ministro de Planificación en el encuentro. Y nadie más habló.
Pero, a pesar de los temores a castigos laborales (práctica que es común en el área, según se quejan los empleados), salió a la luz un nuevo informe técnico que clama por detener la obra, conseguir a alguien apto para encargarse del rediseño e iniciar la construcción con los estándares de seguridad necesarios. PERFIL tuvo acceso en exclusiva a ese documento que solicita modificaciones urgentes.
Textuales. En los puntos centrales del memorando, elaborado por la División Diseños Avanzados y Evaluación Económica de una de las dependencias de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), se observan quejas respecto del diseño y de la seguridad de la obra. “La base actual de diseño ante accidente severo de la central no es aceptable (...) se debe basar en prácticas aceptadas internacionalmente y coherentes con las tendencias internacionales en materia de seguridad nuclear”, enfatiza. La clave es que Atucha II es una central prototipo y por ende única en el mundo, que fue diseñada en la década del 70 por los alemanes de Siemens. Nunca volvió a diseñarse según las actualizaciones de seguridad que hubo en el medio. Y en el medio pasó Chernobyl, que marcó a fuego y para siempre la actividad nuclear pacífica.
“El cambio a una base de diseño coherente con las prácticas aceptadas internacionalmente es posible, pero requeriría de un análisis urgente y profundo de las diversas alternativas de solución, que deberían ser tomadas a la mayor brevedad posible”, señala el informe que el 20 de julio de este año fue recibido en Buenos Aires por un directivo de la CNEA y remitido a sus superiores; por ahora, nadie se hizo cargo de darle la debida atención.
El presidente de la CNEA, José Abriata, no quiso hablar del tema con PERFIL. Y cerca de él, argumentan que la Comisión “sólo” presta colaboración en el proyecto Atucha II, como si la CNEA se dedicara a plantar repollitos de Bruselas en Tafí del Valle. Y derivan todo hacia NaSa (Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima), empresa estatal que opera las centrales nucleares del país pero que jamás diseñó una, y a la que todos los expertos señalan como incapacitada para semejante tarea. Sus responsables tampoco respondieron las consultas de este diario. Gustavo Bianchi, miembro del directorio de INVAP Ingeniería y del equipo técnico de Roberto Lavagna, aseguró que es un disparate que NaSa se haga cargo de la finalización de la central. “Es como si alguien que tiene un registro de conducir fuera obligado a fabricar un auto”, graficó.
El informe confidencial, que juzga a Atucha I y a Embalse como más confiables, concluye señalando los costos de la demora: “Cuanto más se retrase el cambio de la base de diseño, y el estudio de alternativas en particular, mayores serán las consecuencias en sobrecostos y retrasos posteriores”.
La situación es tan delicada dentro de la CNEA que algunos científicos se animan a compararla con la que se vivía cuando quien manejaba a la Comisión era el almirante Carlos Castro Madero, durante la última dictadura: la única diferencia, aclaran, es que hoy no hay desaparecidos. “Es una situación tremenda, impera el terror”, se lamentan.
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