Miembro de
     
Año III - Nº 167
Uruguay, 03 de febrero del 2006
Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
 

 

Onesio Rocha
"El Solitario"

 

Resulta muy difícil ubicar la fecha en que circularon los primeros automóviles en esta frontera.

Mientras la luz del farol a keroseno ilumina los rostros, Susana interpreta un tema bajo la dirección del Dr. Campos Ross.

Sin embargo podemos confirmar que el ruido causado por los mismos provocaron una sensación de miedo entre los pocos habitantes de la ciudad que miraban asombrados su desplazamiento por las calles de tierra levantando una espesa polvareda.

Se trataba por supuesto de máquinas muy barullentas que recorrían las calles a una velocidad que superaba los 20 kilómetros horarios, provocando la curiosidad de algunos y el temor de otros, aunque en definitiva todos querían verlos circular.

Sin que nadie se diera cuenta estaba naciendo una nueva era para la población, aunque eran muy pocos los que podían acceder a las costosas máquinas y muchos menos los que sabían conducirlas.

Entre los pocos choferes y mecánicos de la época se encontraba Onesio Rocha que disponía de un ford 1937 que al margen de estar al servicio familiar funcionaba como taxi pirata entre ambos países, siendo sin proponérselo uno de los adelantados del MERCOSUR.

Sus conocimientos mecánicos los fue adquiriendo en la medida que los coches iban sufriendo algunos desperfectos, hasta que la demanda determinó la habilitación de un taller con el sugestivo nombre de EL SOLITARIO.

Onesio junto a Samuel y Wagner Priliac, Wilfredo González y Olivera

De esa manera todos los automóviles que alborotaban las calles del pueblo hace 50 años terminaban indefectiblemente y por algún motivo en el taller de Onesio.

Colocó las primeras bocinas melódicas, armaba a nuevo los viejos motores y hasta colocaba las calcamonias multicolores que adornaban los guardabarros o el capot de los automóviles.

Era el taller especializado para todo tipo de reparación o simplemente colocar un arsenal de chirimbolos que colgaban de los vehículos.

Desarmaba en pocas horas el ford 53, el Opel- K 180, el Chevrolet 57, Simcas, Gordini, el DW o la Willys Rural.

Conocía como pocos la genealogía automovilística del siglo pasado, detallando minuciosamente el origen y la fecha en que llegaron al país las principales marcas del automovilismo mundial.

Algunos vecinos fueron adquiriendo los primeros automóviles en Montevideo donde ya se vivía la bella época. De esta manera se fueron incorporando al lenguaje fronterizo los Cadilla, Buick, Impala, Mercury y Galaxie que fueron sustituyendo al ford V8 de don José Regal, al chevrolet 28 de don Carlos Calabuig, al Ford T de Bibi y al Pontiac de la familia Acosta.

Reunión bailable en el Club Social acompañados por el matrimonio Correa- Pereyra.

Los carros y carruajes fueron quedando de lado y la sociedad fronteriza ingresaba al transporte motorizado adquiriendo simultáneamente sus primeros conocimientos sobre motores, cilindros, modelos y promedios horarios.

En las tardes tranquilas del SOLITARIO se daban cita los entendidos para conversar de marcas, diseño, mecánica, comodidad y economía de los fierros que iban llegando a la frontera.

Sabía al milímetro las medidas de la carrocería como así también el campo de visibilidad, las butacas reclinables que significaban una novedad para la época y el tablero de instrumentos donde se destacaban el velocímetro y el termómetro para controlar la temperatura del motor y el nivel del combustible con unas luces suaves que hacían el deleite de los conductores.

En EL SOLITARIO se daban clases gratis de mecánica popular aprendida sobre la marcha, desarmando motores y leyendo mucho sobre tecnología, válvulas, cilindros, árbol de levas, cigüeñales y carburadores.

Nada le era ajeno a Onesio Rocha que también supo cumplir tareas de Sub-Delegado de Policía en Chui y distintos cargos en instituciones sociales y deportivas de esta ciudad.



 
Informe Uruguay se halla Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
Depósito legal No. 2371 deposito Nos. 338018 ley No- 9739, dec 694/974 art. 1 inc A