La música en la piel de toro * Fernando Quiroga

Si ustedes quieren estudiar música en España pueden hacer como en todos lados: o ir a un centro oficial o a uno privado. Ningún descubrimiento.

El descubrimiento consiste en que si uno va a un centro oficial los estudios son reglados por el Ministerio de Educación, y que éste controla que se cumplan TODOS los requisitos legales.

En las autonomías como la de Catalunya las potestades están transferidas a la Generalitat de Catalunya, pero la mayoría de conservatorios de música dependen de los ayuntamientos.

Los Ayuntamientos son como las Intendencias de Uruguay, pero con mucha más guita, la prueba es que hay hasta las escuelas de primaria que son municipales acá en la piel de toro.

Uno si quiere optar a una plaza de profesor en un centro oficial, se va al ayuntamiento y pregunta si hay alguna convocada, se presenta y si tiene suerte, es empleado municipal pero con guitarrita, en mi caso.

Es un poco raro, porque cuando hacen la revisión médica anual resulta que estás ahí con los policías municipales, que no son los mismos que los de la guardia civil ni que los nacionales.

Uno entra a un ambulatorio, que es como un sanatorio, y le toman la presión y todo eso, y al lado en la sala de espera puede haber un barrendero, un jardinero o el alcalde, que también me lo he encontrado en eso.

Bueno, la cosa es que acá los alumnos hacen más horas que un reloj en los conservatorios, los chiquitos hacen como dos horas de teóricas, una de instrumento, otra de canto coral y de audición.

Los más grandes generalmente tocan dos instrumentos, cuando llegan a grado medio que tienen unos doce años, eligen un instrumento complementario, o hacen informática musical o cualquier otra optativa.

Como ya en el instituto, que es el liceo nuestro, hacen como seis horas diarias, las horas que pasan en el conservatorio se las convalidan como créditos de libre elección.

Por eso y con ese procedimiento hacen menos horas en el instituto o liceo que un alumno que no hace música.

Los alumnos de grado medio hacen además de una optativa canto coral, audición, y grupo instrumental, o sea tocan en una orquesta.

Estos alumnos llegan normalmente a las nueve de la noche a su casa, y se han ido a las ocho de la mañana.

Trabajan más que los mayores.

Una plaza de grado medio de un nene de 12 años puede costar unos 1800 euros al año, de las que el padre del nene paga una tercera parte, el gobierno autonómico otra tercera parte, y el municipio la otra tercera parte.

Si ustedes tienen un conservatorio de 500 alumnos como en el que trabajo yo, sólo del valor de las plazas de éstos el ayuntamiento paga 150 000 euros al año, a esto hay que sumar el sueldo y la seguridad social de los profesores y personal administrativo, de limpieza y de
conserjería, el mantenimiento del edificio y todo eso.

O sea, un montón de guita.

Cuando pienso que un grupito de alumnos de Abel nos juntábamos en un apartamento de la calle 25 de mayo, subíamos a un altillo que debía medir unos treinta metros cuadrados y allí Carlevaro nos enseñaba lo que hoy sabemos (más algunas cosas que fuimos aprendiendo por ahí) que Turriziani o Balzo nos hacían clases de Historia de la Música en el despacho del director, me pregunto siempre si al amor de la guitarra carlevariana no se han conseguido más cosas que en un armatoste económico y humano tan grande como éste, que a veces parece que se nos cae encima.