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Año III - Nº 133 - Uruguay, 03 de junio del 2005

 

 

 

 
 

 

Había un hombre que vendía un loro, se acerca un hombre y le pregunta: " ¿Qué hace de especial este loro? "
A lo que el vendedor responde: " Si le jala la pata derecha habla español y si le jala la izquierda habla inglés "
El hombre pregunta: "¿ Y si le jalo las dos a la misma vez ?"
Y el loro contesta: "¡ Pues me caigo imbécil !"

Un obispo echándole la bronca a un cura de pueblo:
- ¿Qué te pongas vaqueros en vez de sotana? vale.
- ¿Qué te pongas camisas hawaianas? vale.
- ¿Qué te pongas un zarcillito en la oreja izquierda? vale.
- ¿Qué te hagas una coleta con el pelo que tienes? vale.
Pero que en Semana Santa pongas un cartel de "Cerrado por defunción del hijo del Jefe" eso si que no.

Dos locos se encuentran en el patio de un manicomio; uno de ellos le enseña el puño cerrado al otro y le dice:
- Oye, ¿a que no adivinas que es lo que tengo en la mano?.
- Hmmm... ¿un elefante?.
El del puño cerrado pone cara de fastidio y replica:
- Si, bueno, ¿pero de que color?.

 

 

En los momentos de crisis la imaginación
es lo que nos salvara!!


Anoche me invitaron unas amigas a una "reunión".
Yo le dije a mi esposo que seguro regresaba a la casa a las 12 en punto. Te lo prometo, le dije.
Pero la reunión estaba muy buena, y habían muchos tragos, por lo cual obviamente se me fue la hora.
Resulta que llegué a la casa a las 3AM., completamente borracha.
Apenas entré y el reloj cucú hizo 'cu-cu' tres veces.
Al darme cuenta que mi esposo se iba a despertar por ese sonido, grité 'cu-cu' otras 9 veces. Me quedé tan orgullosa y satisfecha por haber tenido de pronto, aunque borracha, una idea tan buena para evitar problemas con mi esposo....
Me acosté de lo más tranquila pensando en lo inteligente y lista que soy.
Temprano por la mañana, durante el desayuno, mi esposo me preguntó a qué hora yo había llegado! y le contesté que había llegado a las 12 como le había prometido.
Él, de momento no dijo nada, ni me pareció desconfiado.
Qué bueno! ¡Qué salvada! -pensé yo. Entonces él me dijo:
- Debemos cambiar nuestro reloj cucú.
Le pregunté
- ¿por qué mi amor?
y me dijo:
- Bueno,... anoche el reloj hizo 'cu-cu' tres veces, luego no sé como, gritó "mierda"... después hizo 'cu-cu' cuatro veces más, y tosió luego hizo 'cu-cu' otras tres veces... se cagó de la risa, y otra vez hizo 'cu-cu' dos veces. Salió corriendo, pisó el gato, quebró la mesita de la esquina del living, se acostó, se tiró un pedo y se durmió...!!!