El Sistema Nacional de Salud
	por Francisco Gallinal

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            El anuncio lanzado por algunos legisladores del Frente Amplio de promover un aplazamiento de la aplicación de la Reforma de la Salud, que se encuentra a estudio del Senado y próxima a ser tratada en Sala, demuestra una primera reacción de la coalición que hoy ejerce el gobierno respecto a la enorme preocupación que existe a nivel de la ciudadanía por los cambios que se vienen.

            Este gobierno que ha prestado oídos sordos a las reclamaciones de la gente, y que por supuesto no escucha a los planteamientos que, de buena fe, les realizamos desde la oposición, empieza a sentir el desgaste dentro de sus propias filas a tal punto que esos mismos legisladores sostienen que, hasta tanto no se conozcan los efectos de la reforma tributaria, no es sensato avanzar con una nueva reforma.

            Nos resulta lógico el planteamiento, aún cuando la propia Ministra de Salud Pública ya se adelantó a decir que acepta algunos cambios pero no postergaciones. Más aún, creemos que esta idea de no aprobar la reforma de la salud va a seguir ganando adeptos a nivel del gobierno y muy probablemente, no sea este el año de su puesta en vigencia. Por una razón muy sencilla; todos los días aparece una nueva reclamación contra el IRPF, todos los días algún miembro del gobierno se muestra arrepentido de lo que apoyó. ¿Además van a introducir una reforma de la salud?

            El Partido Nacional en su sesión del Directorio del lunes pasado, y luego de un excelente trabajo realizado por una Comisión designada con el propósito de estudiar a fondo el proyecto de ley, se pronunció unánimemente en contra de la reforma de la salud. Así lo hizo porque significa un nuevo fiscalazo contra los ingresos salariales en tanto duplica las retenciones que por este rubro ya se vienen realizando llevándolas, por los menos del 3 al 6%. Y de esa manera se suma al impacto que ya en los próximos días va a generar en el ingreso de los trabajadores y jubilados la reforma tributaria.

            El centralismo que la reforma supone, fue otro de los motivos fundamentales del pronunciamiento. A través del proyecto de ley, se conforma una Junta Nacional de Salud con potestades excesivas que va administrar el total de los recursos que, tanto del sector público como del privado, se destinan a ese efecto. Más de 1500 millones de dólares anuales administrados por un Fondo que por su etatismo y centralización supone una amenaza de proporciones para la viabilidad del sistema. No por casualidad, prácticamente la unanimidad de los sectores vinculados al área de la salud se han pronunciado en contra del proyecto.

            De allí que nuestra colectividad decidiera, además, que el tema central de la Convención Nacional a celebrarse el próximo sábado 11 de agosto, sea la reforma de la salud. De manera  que los técnicos realicen un informe en profundidad de los alcances de la reforma, y el Partido Nacional esté en condiciones de realizar una declaración con contenido político, de por qué nuestra colectividad está en contra de ésta reforma.

            Credenciales para un pronunciamiento de éstas características nos sobran. Wilson Ferreira Aldunate fue el primer en plantear la idea de un Sistema Nacional de Salud, que se tradujo en un proyecto de ley presentado por el Partido Nacional en el año 1986. Ahora vamos a recorrer un camino de características similares; fundamentando las diferencias con lo que pretende el gobierno, pero presentando una propuesta alternativa.