Los amigos del mono bananero
	A los que el dictador venezolano vincula con regímenes que el resto del mundo, y sus propios compatriotas, evitan.
	por Alvaro Kröger

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            Las últimas encuestas de actitudes globales hechas por la Fundación POW contienen muchas noticias malas para los Estados Unidos, pero habría una causa del optimismo relativa en América Latina: Venezuela. Según POW, el 56% de los venezolanos dice que ellos tienen una opinión favorable a USA, un número más alto que en Gran Bretaña o Canadá. El 71% dice que les gustan la televisión americana y sus películas y un enorme 84% piensa positivamente sobre los americanos. Aunque sólo el 23% diga que ellos tienen confianza en George W. Bush, la posición presidencial americana  es casi el 50% más alta en Venezuela que la del presidente ruso Vladimir Putin o el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad.

            Aquellos números echan una interesante luz sobre la política exterior del dictador venezolano Chávez, que describe a USA como un imperio malo y diabólico y a Bush como " el diablo",  y quien recién completó un viaje a tres países que él ve como aliados cercanos y confiables en una alianza global antiamericana: Rusia, Irán y Bielorrusia. Él se dirigió  a cada uno de sus líderes como " hermano" y pidió obligaciones económicas y militares más estrechas entre sus gobiernos. Esto lleva a una pregunta obvia: ¿Para quién hablaba el mono bananero?

             Sus anfitriones claramente tenían algo para adelantar. Bielorrusia, conocida como la última dictadura de Europa, es tan paria que su jefe, Alexander Lukashenko,  es evitado por su antiguo patrón de muchos años, Mr. Putin; está encantado de ser visitado por cualquier jefe de estado que ande por la vuelta, siempre y cuando no sea un demócrata. Bielorrusia y Venezuela "  son absolutamente idénticas " proclamó Lukashenko vertiginosamente, antes que alguien se diera cuenta de lo que escuchaba.

             En Moscú, donde el Mono bananero  hizo escala después, el interés de Putin es sobre todo pecuniario, Rusia quiere vender, importándole poco a quién.  Putin ha vendido al Mono bananero 3.5 mil millones de dólares en armas  años pasados y está impaciente para venderle más. Mientras en Rusia, el Mono habló de comprar submarinos (y lo hizo) y viajando a una fábrica de aviones MIG, inspeccionó el último helicóptero de ataque desarrollado por los rusos e irritado preguntó por qué no se lo habían mostrado antes de que él comprara los 53 helicópteros avanzados rusos el año pasado (que ya están obsoletos). Entonces  presentó un muy largo discurso lamentando la destrucción de la Unión Soviética, y haciendo una apología de los logros económicos y sociales (sic) de tal país.

            El  persa Ahmadinejad también tenía buenas razones para dar la bienvenida al Mono  cuando su gobierno afronta una nueva serie de sanciones por el Consejo de Seguridad de la ONU. Su visitante venezolano defendió el programa nuclear de Irán y comprometiéndose a " unir el Golfo Pérsico y el Caribe. "(sic, sic, sic.) “Agradezco a Dios que Irán y Venezuela están juntos siempre, " dijo el Mono, sin especificar a qué Dios agradecía, si al de Roma o al de la Meca.

            Según la Fundación POW, el 81% de venezolanos se opone la fabricación por parte de Irán de un arma nuclear, pero el Mono mira más allá de su país, esperando hacerse el líder de la oposición global contra USA. Como la revisión de la Fundación POW muestra, hay mucho de esto, pero el Mono no es el beneficiario. En sólo 3 de los 47 países inspeccionados por la Fundación POW dicen que él inspira confianza en el 50% o más de aquellos encuestados: Venezuela, Malí y Costa de Marfil. En Rusia su posición es el 21%. En Perú, Chile y México, los números del Mono está muy por debajo de aquellos del  despreciado Bush. La respuesta a la pregunta de a quién el dictador de Venezuela representa surge de los datos: A nadie, más que a él mismo.