Marcha atrás
	por Luis Alberto Lacalle Herrera

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            Más de una vez lo hemos dicho, uno de los dramas del Uruguay es estar gobernado por una izquierda conservadora y retrógrada. Por una fuerza política que se cree progresista y de avanzada y es en los hechos un lastre para el avance del país, un muestrario de lo antiguo y caduco, de lo que era moda hace treinta años. Pocas veces se ha visto una colección de opiniones y de decisiones, de actitudes y de posiciones más alejadas del mundo real, aun de lo que piensan y hacen los propios compañeros socialistas de otras partes del mundo. Gente tan acostumbrada a regirse por lo que se haga en el extranjero, tan proclive a seguir las modas de otros países, no ha conseguido entender a sus propios correligionarios de Chile o de Europa. Al elegir modelo siguen atados a Fidel y ahora se enamoran de Chávez. Algunos añoran a Mao.

            Ejemplo claro de estas actitudes es el Ministro Mujica. Este peculiar personaje no ha logrado aún convencerse de que ha dejado de ser candidato y que es un gobernante, al cual le queda solo la mitad del mandato – si no deja antes el Ministerio – para hacer en lugar de conversar. La izquierda vernácula es discursiva por excelencia, ama la conversación sin fin, el discurrir hasta la madrugada, agotando sus esfuerzos en el razonamiento circular, mediocampistas sin noción de la ejecutividad, cultores del diálogo como sustituto de la responsabilidad del hacer.

            Mujica ha dicho que la granja (se supone que de eso sabe) no debe de preocuparse por la exportación, que debe limitarse a producir para el consumo. Ha afirmado que él sabe qué es productivo y qué no lo es, y por ello reparte - mal-  beneficios de rebaja de gas oil que dejan afuera a mil actividades dignas y productivas como los servicios, la salud, la enseñanza, la asistencia técnica, la venta y los comisionistas y rematadores sin los cuales no funciona la economía.

            Ahora siguiendo el ejemplo de Mao, quiere que usemos caballos para traccionar sembradoras de semilla fina. Incluso menciona que un herrero, amigo suyo, ha diseñado una máquina muy buena para ello. Veinte mil caballos según sus datos serán necesarios para esta patriada agraria.   Y sigue tan campante… Adiós extensión agropecuaria, CREA y Plan Agropecuario. Fuera con los tractores y vengan los percherones. Si no fuera patético , daría para una sonrisa ante tanta nostalgia de lo poco pero nuestro, de la pobreza como objetivo y de la mediocridad como norma. ¿Nadie le ha dicho a este ciudadano que es mejor fomentar que en la campaña existan más contratistas de maquinaria que en cuatro horas hagan una pradera de diez hectáreas, cobren y se vayan? Que si lo que se quiere, y está bien, es que los predios chicos mejoren sus pasturas, hay que darles crédito para que lo hagan y asistencia técnica para que manejen esa mejora y no volver atrás el reloj.

            La última de este personaje. Hoy jueves, ha dicho que proyecta poner detracciones a la exportación de carne para que bajen los precios. No sólo no se puede porque la facultad de ponerlas se derogó, sino que es volver a un tiempo que por suerte superamos .

            Alguien tiene que recordarle al Ministro  que está en el cargo para defender la producción, que ya no es candidato sino gobernante. Y que si quiere ser de nuevo candidato, que deje el cargo. Que entretanto deje en paz a los caballos y a su amigo el herrero.