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El IVA, el Impuesto a la Renta (sueldos) y…
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por Jaime Mario Trobo |
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Justicia tributaria es precisamente lo que no tiene la gran reforma que la izquierda ha puesto en práctica, luego de resolver hasta sus más mínimos detalles en componendas políticas en las que participaron todos, absolutamente todos los sectores del Frente Amplio. Debe tenerse bien presente que la aprobación de la Ley de Reforma Tributaria se aprobó exclusivamente con los votos de la izquierda, porque si no la hubiesen votado todos sus grupos no habría salido. Esto debe ser repetido hasta el cansancio, desde el momento que con la práctica demagógica más inaceptable empiezan a escucharse las excusas de dirigentes y sectores de la izquierda con el clásico “…yo no fui, yo no voté ese impuesto…”
La aplicación del Impuesto a los ingresos de los trabajadores y empresarios, especialmente los miles de pequeños empresarios del Uruguay, constituye un gravamen al trabajo, al riesgo, a su capacidad productiva, a su calidad de vida, al consumo elemental para la vida de una familia. Está diseñado desde las necesidades de un estado mal gestionado, de proporciones inadecuadas, que brinda malos servicios muchos de los cuales quienes no quieren resignarse a aceptarlos deben además de pagar impuestos, adquirirlos, pagándolos como la educación privada, la seguridad privada, la salud privada y otros tantos.
Este impuesto regresivo, porque detrae de los ingresos familiares una cantidad para cuya satisfacción es necesario dejar de lado mínimos niveles de confort, cuando no recursos para la propia subsistencia, solo se explica en la necesidad de conseguir recursos a como sea para justificar el exceso del gasto que ha crecido por encima del crecimiento de la economía en general. El estado se pasó de rosca y la van a pagar los trabajadores y pequeños empresarios.
Resulta folklórica la discusión de estos días sobre que está y no esáa gravado por este impuesto, como resultado de lo cual el Ministro Astori termina diciendo por ejemplo que “… la alimentación de los soldados está gravada pero como tienen sueldo tan bajo y no superan el mínimo no imponible no pagarán…”.En realidad es una afirmación frívola que confirma el grave impacto sobre centenares de miles de empleados y trabajadores.
Además del IRP, el IVA.
Como si esto fuera poco pagarán este impuesto todos quienes perciben un salario o una jubilación y además pagarán cuando gasten lo que les sobra a través del IVA en la compra de cualquier producto ó servicio. La generalización del Impuesto al Valor Agregado, el “maldito impuesto al consumo” que la izquierda siempre reprobó se mantiene en sus niveles históricos (porque es una burla llamar caída a una baja de 1 punto en algunos casos cuando suben 10 en otros), y constituye una fuente más de recaudación para satisfacer la cuenta del “gasto”. Cada vez que consumimos energía, combustibles, agua, leche, salud, transporte o lo que sea lo pagamos.
Estos dos impuestos someterán a los empleados, jubilados y pequeños empresarios del Uruguay, la infinita mayoría de los orientales, a un menor ingreso, a un menor consumo, a una menor actividad económica, en fin a una mayor pobreza.
La izquierda no ha escatimado ningún instrumento para fortalecer las arcas del gobierno que habrá que ver en que proporciones se dedica a diferir los compromisos internacionales lo que ya ha ocurrido, y cual a financiar el jubileo que preparan para el año preelectoral en 2009. Qué joven compatriota, ante esta cruda realidad futura no se conmueve y razona sobre irse del país, en otros lares, con mucho mejores ingresos, con mucho mejores servicios, con mucho mejor calidad en los estados, paga impuestos que le permiten vivir, desarrollarse y crecer personal y familiarmente y …… tener esperanza.
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