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Año III - Nº 107 - Uruguay, 03 de diciembre del 2004
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Sigue una firme ilegible precedida por una cruz, y debajo la aclaración: "Reverendo Padre Egidio Esparza. Jefe accidental de la A.I.C.A." Este es uno de los documentos que más enemigos le hicieron ganar al investigador húngaro. Si bien se cree poco probable que la sigla corresponda a la Agencia Informativa Católica Argentina (fue fundada e1 11 de junio de 1956, y el documento se presume habría sido redactado entre 1948 y 1950), el nombre del sacerdote era bastante conocido en la Argentina. Egidio Esparza había nacido en Navarra, España en 1910, y se había ordenado sacerdote en Buenos Aires en 1934. Naturalizado argentino y doctorado en Filosofía, tuvo catorce destinos en la Arquidiócesis porteña y terminó su carrera como capellán del ejercito en el vicariato castrense entre 1966 y 1977. El 24 de febrero de 1964 en las calles de la ciudad de Rosario se registraron violentos enfrentamientos entre sindicalistas de izquierda y miembros de una organización ultraderechista denominada "Tacuara"; como resultado de ello hubo tres muertos de esta última organización. Al día siguiente el cura Ezparza celebró una misa en memoria de las víctimas. Un grupo de hombres que vestían uniformes oscuros y ostentaban insignias con la cruz gamada se reunieron en el atrio del templo para escuchar el oficio y un sermón de corte totalitario pronunciado por el sacerdote, quién permitió que al termino de la reunión los participantes hicieran el saludo con el brazo en alto al mejor estilo nazi. La Delegación de Asociaciones Israelitas en la Argentina protestó enérgicamente ante el cardenal primado, Monseñor Antonio Caggiano. Nunca obtuvieron respuesta. Y ello no es de extrañar. Tres años antes Caggiano había tomado posición sobre los nazis en la Argentina. Refiriéndose al ejecutor de la "solución final al problema judío" Adolf Eichmann, y según consigna el diario "La Razón" del 23 de diciembre de 1960, el cardenal manifestó textualmente que el acusado "había llegado a nuestra patria en busca de perdón y olvido y no importa como se llame, Ricardo Clement o Adolf Eichmann; nuestra obligación de cristianos es perdonar lo que hizo.." ADOLF EICHMANN Sin duda uno de los mayores criminales de la última guerra, Eichmann fue uno de los directos responsables de la "solución final al problema judío", eufemismo con el cual se designó al genocidio organizado de seis millones de personas. Al finalizar la guerra cayó prisionero de los norteamericanos, quienes ignoraban su verdadero nombre ya que se hacía llamar Eckmann. Luego de un tiempo de estar detenido pudo huir del campo de prisioneros y se mantuvo oculto en los bosques cerca de Hamburgo trabajando como leñador. Sin embargo según cuenta Isser Harel -comandante del grupo del servicio secreto militar israelí que capturó a Eichmann- en su libro "La casa de la calle Garibaldi"[1]: "...una vez terminada la guerra Eichmann se había ocultado en un monasterio alemán manejado por monjes católicos croatas". En el mismo documento figura la versión dada por el propio Eichmann de como y de que forma llegó a la Argentina. Esta es la transcripción textual: "..me enteré de la existencia de unas organizaciones que habían ayudado a otros a abandonar Alemania. A principios de 1950 establecí contacto con una de esas organizaciones. Consiguieron que pudiera salir hacia Italia. Un monje franciscano de Génova me facilitó un pasaporte de refugiado a nombre de Richard Klement junto con un visado para la Argentina. A mediados de 1950 llegué a Buenos Aires.". El 15 de julio de 1950 arribó a Buenos Aires a bordo del Giovanni C, el mismo buque que dos años antes habría desembarcado en el mismo puerto a Martin Bormann. Su pasaporte de la Cruz Roja Internacional estaba correctamente visado por el cónsul argentino en Génova. JOSEF MENGELEEl escritor argentino Tomás Eloy Martínez, en agosto de 1985 en la revista El Periodista de Buenos Aires, evocando una conversación que tuvo con Perón en setiembre de 1970 cuenta que el general recibía a menudo en su palacio presidencial la visita de un genetista que trabajaba sobre el mejoramiento de los animales en una propiedad del Paraguay y hacía maravillas. Cuando le preguntó el nombre del científico prodigio, Perón sacudiendo la cabeza le contestó: ”¿Quién sabe?, era uno de los bávaros cultivados y orgullosos de sus orígenes. Espere, si yo recuerdo bien, se llamaba Gregor. Era el Dr. Gregor". El 20 de junio de 1949, Helmut Gregor -un italiano nacido en Trento- llegó a la Argentina exhibiendo el pasaporte N°100.501 de la Cruz Roja Internacional. En realidad este era el alias bajo el cual se escondía el más sádico de los criminales de guerra: el "ángel de la muerte" Josef Mengele, y del que no pondremos su curriculum por motivos de espacio y por ser ampliamente conocido. Mengele llegó a Sudamérica por Argentina, donde vivió hasta 1954 como el Dr. Helmut Gregor. El 25 de febrero de 1954 obtuvo sus documentos argentinos y el 25 de julio de 1956 se casó en Nueva Helvecia, departamento de Colonia, Uruguay, con su verdadero nombre españolizado como José Mengele con Martha María Will, viuda de su hermano Karl. A fines de 1959 o principios de 1960 escapa de la Argentina probablemente al Paraguay vía Uruguay y Brasil. Sobre esta huida del "ángel de la muerte" queremos detenernos un instante, porque aquí aparece nuevamente la iglesia católica mezclada en esta siniestra historia. Existe un documento exhumado en diciembre de 1985 por el periodista argentino Horacio Verbitsky, que hecha luz sobre la relación de los nazis con el general argentino Osiris Guillermo Villegas, de conocida militancia ultraderechista. El "paper" -fechado en mayo de 1964- está agregado al expediente que sobre el criminal de guerra tenía el Consulado de Alemania en Buenos Aires y lleva la firma del Dr. Orestes Frondizi. Allí se dice que luego de la captura de Eichmann, miembros de la colonia nazi le pidieron a Villegas un juego de documentos para que Mengele pudiera salir del país. La tarea le fue encomendada al ex capitán de la Wehrmacht Otto Kempe, que estaba conectado con el referido oficial argentino, a quién recibía habitualmente en su casa de Acassusso. A los pocos días Villegas consiguió una cédula de identidad falsa con el número 4.039.316 a nombre de Alfredo Mayen, y ese fue el documento que usó Mengele para salir del país. La cédula y el pasaporte correspondiente fueron confiados -para que se las hiciera llegar a Mengele- a la hermana del ex-general de las SS Wilhem Lohmann, quién había sido jefe de la policía de Hitler en la Polonia ocupada, siendo posteriormente detenido y acusado en Bonn, en marzo de 1960 por el asesinato de mas de 300.000 personas en el campo de concentración de Kulm. Esta mujer que se llamaba Hedwig Theresa Lohmann, se había ido al Argentina en 1952, trabajó en un estudio jurídico de la calle Lavalle al 1473, luego en la gerencia de Schering Argentina y posteriormente en la sección administrativa de la Mercedes Benz Argentina, donde también había trabajado también Adolf Eichmann. Ya en poder de los documentos falsos, Mengele viajó a Uruguay vía Colonia. Una vez allí, y según se puede leer textualmente en el semanario "El Periodista" de Buenos Aires, de fecha 22 de noviembre de 1985, donde se relata detallada y documentadamente la fuga del "Angel de la muerte" de la Argentina, "...un primo de los Lohmann, el cura católico Ahrens, sacerdote redentorista con residencia en Montevideo, fue quién esperó a Mengele en el puerto de Colonia, y lo acompañó después hasta la ciudad de Rivera, donde pasó clandestinamente al Brasil" KLAUS BARBIE Nació el 25 de octubre de 1913 en Bad Godesberg, Bonn. En abril de 1933 ingresó a las Juventudes Hitlerianas y a principios de 1935 comenzó a trabajar en los servicios de seguridad que controlaba Heinrich Himmler e ingresó a las SS. Después de una vertiginosa carrera en 1942 pasó a comandar el Departamento IV de la Gestapo de la ciudad de Lyon en Francia. El 9 de noviembre de 1943 fue condecorado con la Cruz de Hierro de 1°.Clase con Espada. Su mérito fue haber detenido, torturado y asesinado al jefe de la resistencia francesa Jean Moulin. Tras la derrota fue juzgado y condenado a muerte en rebeldía por el tribunal de Lyon el 25 de noviembre de 1954. Fue encontrado culpable por el asesinato de 4531 personas, por el envío a campos de muerte de 7591 judíos, y por la detención de 14311 miembros de la Resistencia Francesa, a muchos de los cuales torturó personalmente.
Detenido por los americanos logró convencerlos que les podía ser útil colaborando con los servicios de inteligencia militar. A principios de 1951 semejante "colaborador" se transformó en un verdadero problema, por lo que en marzo de ese año la "Central Intelligence Corps" decide deshacerse de Barbie, quién procura la forma de escapar hacia Sudamérica, logrando finalmente, con ayuda católica, abordar el vapor "Corrientes" -con destino a Buenos Aires- en el puerto italiano de Génova. La última gestión la hizo el obispo Krunoslav Draganovic. Según contara el propio Barbie, él y el prelado católico visitaron el consulado argentino en Roma, en el 38 de la Vía Albaro, donde los funcionarios lo saludaron con un inesperado "Heil Hitler" que el nazi no contestó pues temía que fuera una trampa. El 22 de marzo embarcó finalmente con una visa argentina a nombre de Klaus Altmann acompañado por su esposa Regina Margareta y su hijo Klaus Georg. De Buenos Aires viajó a La Paz, Bolivia donde vivió hasta 1983, año en que fue extraditado a Francia, donde fue sometido a juicio y finalmente condenado -en julio de 1987- a la pena de cadena perpetua. HEINRICH "GESTAPO" MÜLLER Nació el 24 de abril de 1900 en Bavaria, en 1919 ingresó como asistente al departamento de policía de Munich, en 1934 fue transferido a la Gestapo, en 1937 fue ascendido a coronel y en 1938 ingresa a las SS. Un año mas tarde llegó a la cima: fue nombrado jefe máximo de la tenebrosa Gestapo y desde entonces reportó directamente al reichführer Heinrich Himmler. Fue el directo responsable de los millones de personas que sufrieron la cárcel, la tortura y la muerte en manos de la policía política de Hitler. En 1944 después del atentado contra el führer, se encargó personalmente de la investigación y como consecuencia de ello mandó fusilar siete mil personas. El 27 de abril de 1945, tres días antes de la muerte de Hitler y Eva Braun, fue visto por última vez en el bunker de la cancillería. Había borrado cuidadosamente sus rastros: había destruido los legajos donde estaban las fichas con sus huellas dactilares y había ordenado perfectamente los archivos que habría de llevarse consigo en una fuga cuidadosamente planeada, a tal punto que simuló su propio entierro con lápida y todo. Cuando los aliados exhumaron los restos del supuesto Müller, estos correspondían a los huesos de dos mujeres y un niño. Ello provocó que fuera uno de los fugitivos más difíciles de rastrear. Sin embargo con el tiempo múltiples y pacientes pesquisas han logrado reconstruir los detalles de parte de su fuga, que habría sido de esta manera: En los primeros días de mayo de 1945, vistiendo uniforme de soldado raso, Müller consiguió llegar hasta Kassel en compañía de su asistente Hans Scholtz, desde allí cruzó la frontera austríaca el 16 de mayo en las cercanías de Mittenwald, en las montañas de Sattelberg. El 27 fueron escondidos en una granja cerca de Worgl, en el Tirol austríaco, por el SS Walter Brünner, también buscado por los aliados por el asesinato de 730 judíos en la Unión Soviética. Desde allí tomaron la "Ruta de las ratas" que los llevó hasta Merano y de allí a Roma. En la capital italiana estuvieron escondidos en un convento católico croata, y allí Müller consiguió su primer documento falso a nombre de "Jean Belinsky", polaco de Lodz. Desde allí su rastro se vuelve difícil de seguir. Se cree que habría viajado a la Argentina a mediados de los años 50. ANTE PAVELIC Y LA BANDA DE LOS CROATASEn una publicación editada por la comunidad croata en la Argentina denominada IZBOR (Selecciones), en su número 8, año II, de fecha mayo de 1954, ellos mismos se encargaron de contar como se produjo su llegada al país tras la huida de Yugoslavia recuperada: "...fuimos peregrinando por los países de Europa, hasta que nuestro dolor golpeó la puerta del corazón más noble que entonces latía en el mundo: el de Eva Perón, quién llegó a visitar Roma (...) Y no tardó mucho el ilustre presidente de la Nación Argentina, don Juan Domingo Perón en abrirnos las puertas de esa tierra bendita.." La aludida visita de Eva Perón a Roma formó parte de un viaje que realizó entre el 6/junio y el 23/agosto/1947. Había llegado a Europa como invitada personal de Francisco Franco. La estadía en Roma incluyó también una reunión a solas en la biblioteca privada del Vaticano con el Papa Pío XII, el 26 de junio. 15 días después de esa reunión Perón abrió las puertas de la Argentina al grupo de "ustachas" reclamados por criminales de guerra. La lista de croatas nazis que fugaron a la Argentina por la "ruta de las ratas" es extensa pero estaba compuesta por todos los principales integrantes del gobierno nazi del criminal de guerra Ante Pavelic, incluyendo a quién después sería el médico personal de Perón, el médico Branko Benzon. En setiembre de 1947 a bordo del buque italiano Andrea C, llegó a Buenos Aires el siniestro jefe croata, Ante Pavelic. Vistiendo hábitos sacerdotales y tras haber utilizado la "ruta de las ratas", utilizó para entrar al vecino país el nombre de Aranjos Pal, según figuraba en su pasaporte N° 74.639 de la Cruz Roja Internacional. Este personaje estaba requerido por haber ordenado la muerte de 800.000 personas en los campos de concentración croatas (Lobor, Jablanac, Mlaka, Brescica, Ustica, Stara Gradiska, Jastrebarsko, Gornja Rijeka, Koprivnika, Pag y Senj), en el período de abril de 1941 a mayo de 1945. El 21 de abril de 1945, sabiéndose ya derrotado y con la fuga preparada personalmente ordenó ejecutar 760 mujeres prisioneras en el campo de Jasenovac, un centro de detención creado a imagen y semejanza del de Dachau. El 8 de mayo de 1986 un despacho de la agencia noticiosa Associated France Press reveló que un documento de la Central Intelligence Corps de los EUA, fechado en 1947, se consignaba que el croata Ante Pavelic estaba en contacto con el subsecretario de estado papal de la época. Su nombre era Giovanni Battista Montini, y a la muerte de Juan XXIII se transformó en el Papa Paulo VI. Ante Pavelic se exilió al final de su vida en la España de Franco a partir de 1957, donde murió en un convento franciscano de los alrededores de Madrid el 28 de diciembre de 1959. En su testamento político designó a sus herederos políticos, todos viviendo en la Argentina, y entre ellos se incluía un cura franciscano llamado "Fray Mario Branco".
UN ITALIANO EN LA "RUTA DE LAS RATAS". Vittorio Mussolini. El hijo del Duce había tenido un importante papel en las relaciones exteriores del gobierno fascista de su padre, incluyendo seis entrevistas personales con Hitler, donde ofició de traductor el capitán de las SS Erich Priebke. La historia de la llegada de Vittorio Mussolini a la Argentina no difiere en términos generales de la de los otros "popes" del nazifascismo. Después de la captura y ejecución de su padre, los guerrilleros habían puesto precio a su cabeza y le perdieron la pista en la frontera con Suiza, cerca del lago Como, luego de los febriles días de abril y mayo de 1945. Cuarenta años mas tarde él mismo se encargaría de explicar como consiguió huir, en un reportaje concedido a una revista romana. Aunque breve, el relato de Vittorio Mussolini, es mucho más elocuente que decenas de páginas sobre la "Ruta de las Ratas". Contaba Mussolini: "..Después que mi padre fuera capturado (..) obtuve hospitalidad, primero, en un colegio religioso en Como y después, gracias a unos amigos, en un internado de niños en Rapallo. Desde este último refugio regresé a Roma por algún tiempo con un documento falso, y un año y medio mas tarde, usando un pasaporte obtenido con dinero, pude embarcarme -mintiendo- hacia la Argentina, donde ya me esperaban mi mujer y mis dos hijos: Guido y Adria.." ALGUNOS OTROS NAZIS QUE FUGARON
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