Año III - Nº 107 - Uruguay, 03 de diciembre del 2004

 

1 Campaa Mundial Seguridad en la Red

 

 

Los "Estados Unidos de Sudamérica''
Por Andres Oppenheimer

LIMA, Perú -- En una noticia que pasó casi desapercibida, nueve países latinoamericanos --incluyendo Brasil, Argentina, Perú, Colombia y Venezuela-- firmaron un acuerdo de integración que para algunos de sus líderes es el primer paso para crear los ``Estados Unidos de Sudamérica''.

Antes de analizar si se trata de un proyecto viable, veamos los hechos. Según el acuerdo firmado el 18 de octubre por los cancilleres de los nueve países en Montevideo, Uruguay, los cuatro miembros del Mercosur --Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay-- y los cinco miembros de la Comunidad Andina de Naciones --Bolivia, Ecuador, Colombia, Venezuela y Perú-- acordaron unir los dos bloques económicos en un área de libre comercio común.

''La firma de este convenio es un claro paso hacia la Comunidad Sudamericana de Naciones'', proclamó el canciller brasileño Celso Amorim, hablando en nombre del Mercosur. El canciller peruano Manuel Rodríguez Cuadros, en representación de los países andinos, describió el evento como ``un paso concreto y auspicioso para construir el espacio económico sudamericano''.

El ex presidente argentino Eduardo Duhalde, que preside la Comisión del Mercosur, pronosticó que la nueva unidad sentará las bases de lo que llamó ''los Estados Unidos de Sudamérica''. Duhalde fue citado por el periódico argentino La Nación diciendo que ''en cuestión de meses'', los nueve países, a los que se sumaría Chile, podrán ``lograr el sueño de los libertadores de América de tener una Sudamérica unida''.

El planeado bloque sudamericano tendría un producto bruto conjunto de $800 millones anuales, el 30 por ciento de las reservas de agua del planeta, y reservas de petróleo y gas para los próximos 100 años.

Sin embargo, por lo que escuché durante una visita de cuatro días al Perú la semana pasada, el plan de integración sudamericana deberá enfrentar enormes obstáculos.

En primer lugar, el acuerdo de Montevideo fue firmado por cancilleres, que a menudo no actúan de común acuerdo con sus ministros de Economía o de Comercio Exterior. En muchos países, estos últimos son los encargados de negociar y firmar acuerdos de libre comercio, y piensan que sus colegas cancilleres no entienden mucho de estos temas.

En segundo lugar, algunos países sudamericanos, como Bolivia y Chile, tienen disputas territoriales tan aguerridas que ni siquiera tienen relaciones diplomáticas. Y las tensiones entre ambos países están creciendo, tras la demanda boliviana la semana pasada de reabrir un tratado internacional de 1904 por el cual se concedió el territorio disputado a Chile.

En tercer lugar, mientras Brasil y Argentina quieren crear un mercado común sudamericano, la idea despierta poco entusiasmo en Chile, Perú, Ecuador, Colombia y otros países que ya tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, o están por tenerlos.

Chile, la economía más sólida de América Latina, tiene una tarifa externa de un promedio del 6 por ciento, menos de la mitad de las de Brasil y Argentina. Y el presidente chileno Ricardo Lagos reiteró el jueves en un discurso televisado a empresarios peruanos que su país no va a subir sus aranceles al resto del mundo para acoplarse al Mercosur: Chile perdería mucho más de lo que ganaría haciéndolo, dijo.

De la misma manera, Perú, que tiene una tarifa externa de alrededor del 10 por ciento, no está dispuesto a aumentar su tarifa externa, como lo piden Brasil y Argentina.

''No voy a sacrificar el mercado del resto del mundo para satisfacer los requerimientos del Mercosur (de adoptar un arancel externo común)'', me dijo el ministro de Comercio Exterior peruano, Alfredo Ferrero, en una entrevista. ``Es una cuestión de suma y resta''.

Para un país como Perú, sería bueno tener un mayor acceso a los mercados de Brasil o Argentina. Sin embargo, la economía de Brasil apenas es tan grande como la del estado de Nueva York. La de Argentina ni siquiera alcanza la de Florida y la de Uruguay no llega a la de la ciudad de Miami.

En su conjunto, las economías de todos los países de Sudamérica, en un buen año, equivalen al 20 por ciento del producto bruto de Estados Unidos.

Mi conclusión: El planeado bloque comercial sudamericano es una buena idea si se lo piensa como un mecanismo político para negociar en conjunto con Estados Unidos y Europa. Y también es una buena idea si lleva a acuerdos de coordinación económica, que por ejemplo eviten que un país devalúe abruptamente su moneda, en perjuicio de las exportaciones de sus vecinos.

Pero pensar en unos ''Estados Unidos de Sudamérica'' como una alternativa económica a la firma de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, Europa o Asia, los mercados más grandes del mundo, no es realista. Tal como lo señaló el ministro de Comercio Exterior peruano, los números no dan.

Fuente: El Nuevo Herald (Miami)