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¿Financiar a los palestinos? Mala idea
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por Daniel Pipes |
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En la "Conferencia de Donantes para la Autoridad Palestina" a la que asistían más de 90 estados, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, logró compromisos de ayuda hasta el 2010 por el sorprendente valor de 7.400.000.000 de dólares. Esto equivale a un subsidio de más de 1.800 dólares por cada habitante de Cisjordania al año -- ¡más que de lo que gana al año (trabajando) un egipcio promedio!
Prodigar fondos en Mahmoud Abbás y la Autoridad Palestina con el fin de lograr la paz ha sido un pilar central de la política occidental, incluyendo a la israelí, desde que Hamas se hiciera con el control de Gaza en junio. Pero este grifo abierto ha tenido resultados contraproducentes y debe ser cerrado con urgencia.
Algo de contexto: Paul Morro, del Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos, informa que, en el 2006, la Unión Europea y sus estados miembros donaron 815 millones de dólares americanos a la Autoridad Palestina, mientras que Estados Unidos enviaba 468 millones de dólares. Al incluir a los demás donantes, la factura total ronda los 1.500.000.000 de dólares.
Los inesperados beneficios económicos siguen creciendo. El Presidente George W. Bush solicitaba en octubre un suplemento de 410 millones de dólares, mas una donación de 77 millones de dólares al empezar el año. El Departamento de Estado justifica esta respetable suma con el argumento de que "sustenta la necesidad crítica e inmediata de apoyar un nuevo gobierno de la Autoridad Palestina que tanto Estados Unidos como Israel ven como un verdadero aliado para la paz". En una audiencia reciente, Gary Ackerman, presidente del Subcomité de la Cámara para Oriente Próximo y el Sur de Asia, aprobaba la donación suplementaria.
No contenta con gastar dinero público, la Secretario de Estado Condoleezza Rice lanzaba una "Sociedad Pública de Inversiones Norteamericano-Palestina" el 3 de diciembre, que implica a pesos pesados financieros como Sandy Weill o Lester Crown, con el fin de financiar, en palabras de Rice, "proyectos que lleguen directamente a los jóvenes palestinos, que les preparen para la responsabilidad de la ciudadanía y el liderazgo que puedan tener un impacto positivo enorme”.
Un informe sugiere que la Unión Europea ha canalizado a los palestinos casi 2.500.000.000 de dólares en lo que va de año.
Anticipándose, Abbás anunciaba el objetivo de lograr compromisos por valor de 5.800.000.000 de dólares en ayudas a lo largo de un periodo de tres años, 2008-10, en la "Conferencia de Donantes para la Autoridad Palestina" a la que asistían más de 90 estados el lunes de la semana pasada en París. (Utilizando la estimación de población más elevada de 1,35 millones de palestinos en Cisjordania, esto equivale a una cifra de dinero sobrecogedora: más de 1.400 dólares al año per cápita, o alrededor de lo que los egipcios ganan al cabo en un año). Con la aprobación del gobierno israelí, Abbás lograba compromisos por el sorprendente valor de 7.400.000.000 de dólares (o más de 1.800 dólares per cápita al año) en la conferencia de donantes.
Bueno, si funciona es una ganga, ¿no? Unos cuantos miles de millones para poner fin a un peligroso conflicto de un siglo de antigüedad -- en realidad es un chollo.
Pero la novedosa investigación de Steven Stotsky, el analista de investigación del Comité para la Precisión en la Información sobre el Oriente Medio en América (CAMERA) concluye que el flujo de dinero a los palestinos históricamente ha tenido el efecto contrario. A partir de las estadísticas del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y otras estadísticas oficiales, Stotsky compara dos cifras desde 1999: el apoyo presupuestario que se brinda cada año a la Autoridad Palestina, y la cifra de homicidios palestinos al año (incluyendo tanto actividades criminales como terroristas, y tanto víctimas israelíes como palestinas). Al comparar las gráficas, las dos cifras guardan un misterioso parecido:
La correlación es aún más clara cuando la ayuda de un año concreto se superpone a los homicidios del año siguiente:
En pocas palabras, cada 1,25 millones de dólares más o menos de apoyo presupuestario se traducen en un muerto al cabo del año. Como observa Stotsky , "las estadísticas no significan que la ayuda exterior provoca violencia; pero sí que plantean interrogantes acerca de la eficacia de utilizar donaciones extranjeras a la hora de promover la moderación y combatir el terrorismo".
El historial palestino encaja en un patrón más general, como era observado por Jean-Paul Azam y Alexandra Delacroix en un artículo de 2006, "Ayuda [exterior] y la lucha delegada contra el terrorismo". Concluyen que "un resultado empírico bastante robusto demuestra que la fuente de actividades terroristas por parte de cualquier país se correlaciona positivamente con la cantidad de ayuda externa recibida por ese país" -- es decir, contra más ayuda exterior, más terrorismo.
Mientras que estos estudios se oponen diametralmente a la suposición convencional de que la pobreza, el paro, la represión, "la ocupación", y el malestar social empujan a los palestinos a la violencia mortal, sí que confirman mi veterano argumento de que el problema es la excitación de los palestinos. Contra mejor financiados están los palestinos, más fuertes se vuelven, y más invitados se sienten a coger las armas.
Una interpretación de la economía de guerra contraria a la realidad lleva imperando en Israel desde que comenzasen las negociaciones de Oslo en 1993. En lugar de privar a sus enemigos palestinos de recursos, los israelíes han estado siguiendo las místicas reflexiones de Shimon Peres, y en especial de su libro de 1993 El nuevo Oriente Medio, dotándoles de poder económicamente. Como escribía en el 2001, "esto equivale a enviar recursos al enemigo mientras la batalla aún está en marcha -- no es una idea muy brillante”.
En lugar de financiar aún más la belicosidad de los palestinos, los estados occidentales, empezando por Israel, deberían cortar todos los fondos a la Autoridad Palestina.
Actualización 20 de diciembre de 2007: Utilizando los datos de Stotsky y extrapolando para incluir los 7.400 millones de dólares comprometidos a comienzos de esta semana, Hal M. Switkay calcula una estimación de 4.600 muertos a causa de los palestinos al año en los próximos tres años:
Switkay también proporciona el comentario de los datos, observando para profanos que en este análisis falta un ingrediente crucial, la correlación del coeficiente [lineal], conocida como r.
Uno puede formular regrexiones lineales con dos grupos cualesquiera de datos con el mismo número de puntos, tales como la temperatura media diaria en Lhasa, Tíbet, frente al cierre del índice Dow Jones de industriales, y habría una relación lineal; sólo que la relación sería tan débil que sería estadísticamente insignificante. Esto quedaría denotado con r tendiendo a 0. Por otra parte, conforme la relación lineal se intensifica, r se aproxima a 1 o -1 (dependiendo de si la relación es directa o inversa).
Mientras que no tengo acceso a los datos originales, los estimé a partir del gráfico y obtuve puntos de corte. En este caso, r ronda el 0,88. Ésa es una correlación muy firme. ¿Hasta qué punto? Las probabilidades de que tal correlación fuera observada en grupos de datos elegidos al azar son de 1 entre 200. Dicho de otra manera, r2 representa la proporción de la variación en los datos de homicidio que se pueden atribuir a la variación en la ayuda exterior -- alrededor del 77% en este caso.
Uno tiene que ser cauto, como son los autores, y explicar que una correlación -- hasta una correlación perfecta - no implica causalidad. Tiene que plantear una explicación plausible que pudiera justificar la declaración de causalidad, y yo tengo una. La mayor parte de las personas que careciendo de formación, opinan o legislan política en relación a Oriente Medio y los jihadistas en todo el mundo, están seguras de que la pobreza provoca la guerra igual que están seguras de que la pobreza causa homicidios en casa, y de que a los terroristas se les debe dar esperanza para detener sus mortales acometidas. Sin embargo, sabemos que es al revés: los pobres pueden elegir estudiar duro, trabajar duro y abandonar gradualmente ellos y sus comunidades la pobreza; la criminalidad provoca pobreza; el terrorismo provoca pobreza; y a los terroristas se le da esperanza mediante el apaciguamiento descarado de los intelectuales occidentales cabeza huecas y los políticos que ponen sus vidas en oferta -- a expensas de las vidas de los demás, por supuesto. Mi teoría queda demostrada, estoy seguro, por la firme relación entre ayuda exterior y tasa de homicidios que tienen lugar un año más tarde.
Basándome en la fuerte correlación lineal entre ayuda exterior a la Autoridad Palestina y la cifra de homicidios cometidos por los árabes palestinos un año más tarde, he utilizado la extrapolación para predecir las consecuencias de los 7.400.000.000 de dólares comprometidos en ayuda a los árabes palestinos. Es necesario comprender que la extrapolación es mucho menos fiable que la interpolación. No obstante, mi modelo predice aproximadamente 4.600 homicidios que se pueden esperar en cuestión de un año desde de la inyección de la ayuda exterior prometida. Este es el equivalente al asesinato de alrededor de 215.000 americanos.
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Fuente: Diario de América |
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