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La amistad y el interés
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por Jaime Mario Trobo |
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La amistad y el interés no necesariamente van de la mano, es más, la amistad tiene su raíz en los sentimientos y el interés en un cálculo de un resultado.
Los presidentes de los países ejercen su tarea en función del interés del país; pueden tener muchos amigos aquí o allá, pueden tener muchos presidentes amigos, pero en su actividad de todas las horas, lo que debe primar es su responsabilidad y compromiso con el interés del país.
Esta reflexión viene a cuento de las expresiones de Kirchner respecto de las actitudes de “su amigo” Vázquez.
Yo no sé si Vázquez en todo el episodio de la planta de celulosa estuvo mal como amigo, eso sólo lo sabrá él o lo sabrá Kirchner, no sé que comprometió Vázquez antes de la elección que ganó con la ayuda (inédita y despreciable) del Gobierno de Buenos Aires y de la propia Argentina, no sé si la amistad que se profesaron les condujo a asumir compromisos que no cumplieron, y no sé que tan grave es el desengaño de Kirchner con su amigo Vázquez en todo este episodio.
A mí me parece que en todo este tema, a pesar de las notorias torpezas que lo adornaron en diversos pasajes como resultado de la inexperiencia o imprudencia con la que se condujo el gobierno, Vázquez actuó como Presidente, como debe ser, en la línea del “interés nacional”.
Pero lo que no hay duda, es que cuando se le reclama lealtad con sus compromisos en el plano de la amistad, se revela que Vázquez puede haber comprometido su posición en forma temeraria, más allá de sus posibilidades, para lograr los apoyos necesarios que le permitieran triunfar. Y esto puede resultar parte del gran problema que hoy día tiene nuestro país.
La ola triunfalista de la izquierda regional llevó a sus principales protagonistas a soñar con la destrucción de las matrices nacionales, tema en el cual el que siempre perdería sería el Uruguay, y nuestra inmadura izquierda fue novelera militante de la apuesta a la “amistad” de los presidentes de izquierda, que por fuera de las formalidades de la diplomacia, lograría más de lo que en la historia se ha logrado. El resultado ha sido otro muy lejano a esa trasnochada aspiración, nadie defenderá nuestros intereses como nosotros, y además muy probablemente otros puedan creer y hasta decirlo, que para defenderlos no cumplimos como amigos.
La imprudencia y la temeridad de la izquierda tienen parte de responsabilidad en el lío que tenemos con la Argentina. Los consejos que recibió Vázquez para construir su “amistad” con el presidente argentino le enajenaron la libertad que un aspirante serio a la Presidencia debe tener, por ello quizás le reclaman hoy una lealtad de amigo que le acusan no haber tenido.
Lo que se dice antes de la elección, aquí o allá, hay que cumplirlo. Pero además, antes de una elección, aquí o allá no se puede decir cualquier cosa a cualquier precio, y eso es parte del problema.
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