AYUDA INUTIL
por Ruben López Arce
Era un hermoso día y desde muy temprano el sol veraniego hacía sentir su presencia.
A aquella hora de la mañana, como todas en las que el trabajo se lo permitía, Juan Angel se paró indefectiblemente en la puerta de la peluquería, y como un rito comenzó a saludar a todas las personas que por allí pasaban.
Se interesaba por la salud de los conocidos y cumplía con su muy claro concepto de la educación, saludando cortésmente a todo el mundo, incluso a quienes muy raramente no conocía.
En ese momento, dos damas desconocidas para él, caminaban por la acera de enfrente y al verlo, se acercaron cruzando la calle.
-Disculpe señor, tal vez Vd. pueda ayudarnos&
-Con mucho gusto, replicó atento el peluquero, en qué puedo servirlas?
-Es que estamos un poco perdidas, no somos de acá, sabe y buscamos la Casa del Culto. ¿Sabría indicarnos dónde queda?
Dentro de su cristalina ignorancia, Juan Angel analizó rápidamente la pregunta, y sin duda, para él la casa del culto era la Iglesia por lo que contestó resueltamente:
-Como no, señoras, es bien cerquita de acá&la Casa del Culto está allí, frente a la plaza, sigan nomás derechito y van a llegar. Uds, van a ver la iglesia&
-No, señor, no es eso lo que buscamos, queremos saber dónde queda la Casa del Culto&
Juan Angel siguiendo los lineamientos indicados, canalizó el tema hacia el lugar donde residían los dirigentes del Culto (para él, por lógica, el culto católico).
-Ah, claro, ya sé, Uds. buscan la Casa Parroquial, allí vive el Padre Sención, el Cura Párroco, está a la vuelta de la iglesia, enseguidita nomás&
-No, señor no, ¡cómo le explicamos!, vea&, nosotros buscamos la Escuela Basilio, es un centro de enseñanza religiosa&
Sus muy elementales conocimientos en materia religiosa eran guiados inconscientemente por las palabras de las señoras, por lo que al oír "enseñanza" se clarificaron sus dudas y respondió prestamente:
-Ah, ya séeeeee, caramba, me hubieran dicho, claro que si&bueno,& pegado a la Casa Parroquial, allí está el Colegio Larrañaga, de enseñanza católica&
- Mirá Julieta, dijo una de las damas a su compañera, vámonos de aquí, porque este hombre no sabe nada. Buenos días señor.
Se dieron vuelta y visiblemente molestas, continuaron su camino con paso rápido, como escapando de la prácticamente nula fuente de información que habían escogido.
Juan Angel se quedó pensativo, sin saber por qué aquellas señoras se fueron tan apresuradamente en sentido contrario al que venían, sin hacer caso a sus tan sabias como precisas indicaciones.