Agoniza el Foro de São Paulo por Fernando Londoño Hoyos

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         Para los no iniciados, valdrá explicar que el Foro de São Paulo se formó después de la caída del Muro de Berlín, cuando la Unión Soviética no pudo socorrer más las aventuras comunistas en esta América. Los dueños de esa herencia relicta se juntaron en São Paulo y se prometieron ayuda mutua y solidaridad hasta la muerte.

         Fidel Castro fue el primero en llegar a la cita. Lo siguieron Hugo Chávez y sus extravagancias golpistas, Lula da Silva y su Partido de los Trabajadores, Rafael Correa con sus resentimientos, Evo Morales con sus cocaleros, Daniel Ortega con sus sandinistas, Tabaré Vásquez, unos cuantos izquierdistas argentinos, los mexicanos radicales y, por supuesto, las Farc y el Eln. La combinación de las formas de lucha exigía fusiles.

         El triunfo de Hugo Chávez colmó a todos de entusiasmo. Porque no solamente era el primero del Foro en lograr el Poder, sino que el movimiento quedó prendido a la ubre inexhausta de los petrodólares. Más tarde vendría el éxito electoral del brasileño, la victoria del boliviano y se asomaban a la escena Correa y Ortega.

         Y si a ese floreciente paisaje se sumaba el maravilloso suceso de los guerrilleros colombianos, todo parecía consumado. El Foro de São Paulo gobernaría América.

         Pero vinieron los desastres de las Farc y del Eln. Se les cayó Cundinamarca, que era la antesala de Bogotá; sufrieron daños irreparables en los Llanos, en la Costa Norte y la frontera con Venezuela. En el centro del país se batían en ignominiosa retirada.

         En Antioquia, en el Tolima y el Huila, en el Eje Cafetero apenas se mantenían en pie. Les llegó la hora al Chocó y a toda la Costa del Pacífico. Pueblos inaccesibles, abastecimientos escasos, negocios camino de la bancarrota hacían previsible lo peor. Y comenzaron a perder, después de los combatientes, a los jefes mismos.

         La 'Teófilo' perdió a 'El Mocho'; de la 'Carlos Alirio Buitrago' nada se salvaría; 'Simón Trinidad' y 'Sonia' mordieron el polvo en tierra extraña; los Montes de María vieron morir a 'Martín Caballero' y a sus dos secuaces principales; 'Karina' se quedó sin 'Muelas'; el 'Negro Acacio' fue dado de baja y sus hombres se rindieron; 'Carlos Antonio Losada' escapó mortalmente herido, para fallecer días más tarde, pero 'Cristóbal' no sobrevivió al asalto de su campamento; el tal 'J. J.', secuestrador de los diputados del Valle, fue muerto; y lo que faltaba, en gloriosa operación resultó abatido 'Raúl Reyes'', y una semana más tarde, el más joven y perverso de todos los miembros del secretariado, 'Iván Ríos'.

         Con la desaparición de 'Reyes' se hizo patente la de 'Marulanda', que apenas sobrevivía en el computador de su farsante yerno.

         Los que quedan en pie la pasan muy mal y pronto les irá peor. Por eso se han ido los demás al vecindario. A rumiar derrotas y escampar aguaceros. Del sueño guerrillero del Foro no quedan más que las ruinas.

         Y todo eso pasa cuando a Chávez se le agotan el tiempo y los recursos. Lula se volvió conservador vergonzante y los Kirchner no las tienen todas consigo. En el Perú fracasó Ollanta Humala, el otro de la barra, el Polo Democrático no despegó y en Panamá andan preocupados en otra cosa. El Foro de São Paulo languidece sin piedad.

         Por eso se explica tanta virulencia. Así se entiende esa fiebre de disparates que consume a sus miembros y ese odio implacable contra Colombia y contra su Presidente.

         El Foro de São Paulo se revuelve en la arena con una estocada en la mitad del corazón. Asistimos a sus momentos postreros. Lo que exige cuidado. A Manolete lo mató un toro vencido. No tengamos otro 'Islero'. Esos moribundos tienen arrancadas inciertas, torpes y peligrosas.