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Revivir los ’70 remixados
por Raúl Seoane
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Desde hace muchos años que el comunismo y sus derivados, socialismos más o menos radicales, han intentado penetrar en América Latina. En los años ’70 fueron los grupos revolucionarios, montoneros, tupamaros, sendero luminoso, etc.
El anticuerpo de estos grupos fue la creación de gobiernos de facto, la desaparición de personas, las torturas y la ingerencia foránea en la decisión política de muchos países.
Hoy, más sofisticados, con mucha más experiencia que antes, la penetración de los grupos de izquierda continúa inexorablemente. Cambiaron los métodos, hoy no son las armas, hoy emplean la propaganda y la mentira organizada, gracias a encontrar un fértil campo en las mentes de los ciudadanos desilusionados por los continuos errores de los partidos tradicionales, en los que en muchos casos hay que sumar la corrupción política.
Desgraciadamente, la forma de penetración de la izquierda social-comunista en América Latina trae aparejado el populismo. Para poder ganar el poder, estos sectores apelan a los más oscuros deseos del ser humano y a sus peores sentimientos, la envidia, la ambición, la vagancia, y buscan potenciar el disconformismo del individuo con la sociedad enfrentando a ricos y pobres y dividiéndola en clases. El ejemplo más reciente de la búsqueda del enfrentamiento entre los diferentes estratos de la sociedad, lo demuestra el discurso de la presidente argentina cuando dijo que el paro del campo argentino fue gestado por “los piquetes de la abundancia”.
En la actualidad, con toda la experiencia acumulada durante estos últimos años, la izquierda radical, una vez vistos los pésimos resultados del comunismo cubano, ha reencarnado en el bolivariano Hugo Chávez que, con los petrodólares propiedad del pueblo venezolano, compra gobiernos como el nuestro, el argentino, boliviano, ecuatoriano, nicaragüense, que accedieron al poder en sus respectivos países y no tienen la menor idea de cómo gobernar.
Insertos en la vorágine diaria no nos damos cuenta del real peligro que encierra la reencarnación comunista en el creador del Socialismo del Siglo XXI, y su ingerencia en los distintos países en los que inescrupulosos gobernantes, deslumbrados por el brillo de los petrodólares bolivarianos, son capaces de vender su alma. En nuestro país, el gobierno frentista prácticamente vendió ANCAP al oro negro de Hugo Chávez, incluyendo el exótico y fallido programa alcoazucarero de Artigas.
Hugo Chávez está sospechado de narcotráfico. Existen denuncias para que se investiguen los buques propiedad de PDVSA porque se asegura que se transporta drogas en los mismos. Ahora, con la aparición de las computadoras del terrorista de las FARC, Raúl Reyes, el presidente venezolano aparece como muy vinculado a los grupos terroristas latinoamericanos, especialmente las FARC, al igual que su chirolita ecuatoriano Rafael Correa.
El diario El Tiempo, de Bogotá, en un artículo titulado “Intranquilos siguen Venezuela y Ecuador por revelaciones del computador de 'Raúl Reyes'” asegura que tanto Chávez como Correa tienen miedo de que se hagan públicos los documentos que los compromete con la guerrilla colombiana. Pero como se supone que muchos sospecharán que El Tiempo pueda estar parcializando la información, The New York Times revela que de las computadoras incautadas se comprueba que Hugo Chávez apoyó a las guerrillas de las FARC e incluso les proporcionó armas. La traducción de este artículo puede encontrarla en Urgente 24.
Según un cable de EFE, el ex presidente boliviano Jorge Quiroga, en declaraciones realizadas en la República Argentina, definió a Chávez como el "verdadero jefe de las FARC", e instó a "profundizar la investigación" del contenido del disco duro de los computadores incautados en el ataque en el que fue abatido el guerrillero Raúl Reyes. También dijo que "no hay que subestimar" a Chávez, que a su juicio es una grave amenaza como líder "de un proyecto hegemónico con la mayor fortaleza financiera y la mayor estructura" que se haya visto en América Latina, gracias a sus "petrodólares".
Pero Chávez y las FARC no solo transitan por Colombia, sino que también tienen, cuando menos, infiltraciones en Argentina y Bolivia y hoy intentan derrocar a Alan García cuyo gobierno elegido democráticamente ha dado un giro de 180 grados en su pensamiento socialista anterior y está sacando del pozo a Perú.
Aunque no ha trascendido ningún indicio, por el momento, es muy probable que las FARC ya estén operando en nuestro país conjuntamente con los resabios tupamaros liderados por los radicales frentistas. Y aunque esto no se comprobara realmente, sí lo está, la ingerencia de Hugo Chávez en muchas decisiones del gobierno uruguayo. Sin embargo, el pasado año los sediciosos legisladores frenteamplistas se apresuraron a aceptar a Hugo Chávez como nuevo miembro del Mercobluff, sabiendo de antemano todos los inconvenientes que esto traería por los antecedentes del dictador venezolano.
El siguiente párrafo de un artículo publicado por el portal izquierdista Rebelión me alertó: Así hemos inaugurado Cátedras Che Guevara más allá de nuestra patria (aunque dentro de la patria grande) en Chile, en Bolivia y pronto abriremos experiencias similares
en Uruguay y en Venezuela. También hemos socializado nuestra experiencia de formación política en la Escuela Florestan Fernandes del MST de Brasil. Cada una de estas iniciativas guevaristas las hemos encarado codo a codo y brazo a brazo, al lado de compañeros y compañeras radicales, antimperialistas y anticapitalistas, de estos diversos países. Esto significa que ya están operando o por operar en nuestro país los grupos radicales revolucionarios de izquierda, y muy probablemente estén en connivencia con los resabios del Movimiento Tupamaros. Lo único que falta es que encontremos “Las Casas del Alba” operando en nuestro país.
No reniego del socialismo al viejo estilo. Siempre he sostenido que los gobiernos socialistas legislan lo que los liberales o neo-liberales no hacen y que ese equilibrio entre unos y otros es lo que realmente va engrandeciendo al país y beneficiando a los ciudadanos, sin embargo estos grupos revolucionarios van a llevarnos hacia algo que no queremos, el enfrentamiento entre uruguayos y al revival de los años setenta.
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