Retomemos el Control El Corporativismo y otras yerbas por Helena Arce
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Con relación a los últimos procesamientos pedidos por la justicia uruguaya a los ex directores de los entes autónomos, tuve un enriquecedor debate con un querido amigo.
El con razón se manifestaba indignado por las defensas que los demás políticos realizan de la gestión de estos, quitando importancia a la falta de prolijidad a la hora de administrar nuestros recursos. Yo le decía que estaba harta de verlos andar tirándose las miserias unos contra otros, y la falta de coraje de nuestros políticos de buscar caminos de entendimientos para construir.
Al fin creo que ambos tenemos razón.
Nuestro país se encuentra estancado en el pasado, seguimos buscando paraderos de muertos, por los cobardes que no han dado la cara en el momento adecuado para decirles a sus deudos que los desaparecidos estaban muertos. La falta de misericordia incluso, de no informarles donde habían ido a parar sus restos.
Es cierto en este país, hubo una guerra, hubieron muertos en ambos bandos, y ninguno de los combatientes tuvo la altura moral para asumir sus culpas, y dar la cara. Ninguno, cuando digo ninguno, estoy diciendo ninguno. Los tupamaros no fueron Robin Hood, fueron unos exaltados que se creyeron dueños de la verdad y se levantaron por las armas contra la democracia. Los dictadores desde el que dio el golpe, a todos los que nos gobernaron totalitariamente en esos oscuros años, fueron ni más ni menos que lo mismo, se sentían dueños de la verdad y nos sometieron por la fuerza. Lo mismo que hubiesen hecho los tupamaros, de haber ganado esa guerra.
El pato lo seguimos pagando quienes quedamos en el medio, quienes creímos en su momento y seguimos creyendo en la no existencia de iluminados, y reconocemos como único camino válido el de la democracia representativa. Y todavía ahora deberemos resarcirlos a unos y a otros, de sus penurias, penurias en las que no tuvimos arte ni parte. Y a nosotros: ¿quién nos devolverá los años de libertad perdida?, ¿la cercenación de nuestros derechos?
Ahora llegó el momento de pedir cuentas, a aquellos que no administraron nuestros dineros con la prolijidad debida. Lamentablemente ya hemos descubierto, que no hay santos en ningún partido político, o lo que es más cierto, todos los partidos políticos están integrados por seres honestos y deshonestos.
Pero mientras tanto, todos intentan seguir sacando rédito político.
Hoy pasé por la puerta del BSE, al ver una carpa instalada allí, le pregunté a un amigo que me acercaba en su auto hasta mi casa: “y eso que es?”
“No se, me dijo, armaron una carpa y están reclamando algo, como en todos lados, es que nos fuimos de un extremo a otro”.
En un organismo público, mientras hacía un trámite, el policía allí apostado, le decía a una funcionaria:” Es una vergüenza, tener a la gente así parada tanto tiempo”. La funcionaria le contestó: “Sí, pero nosotros no podemos hacer nada, somos unas simples funcionarias, el dueño es XX porque es el Jefe”.
A mi se me escapó: “Perdón, estás confundida los dueños de esto somos tú, el policía, yo, la gente allí parada, y también, el Sr. XX, más todos los demás uruguayos aunque no estén acá. Esto no es una empresa privada donde el jefe es el dueño, aquí el Sr. XX, como tu como él, son empleados de todos nosotros y nos debe respeto”
Ni bolilla me dio la empleada, me dijo: “No entendió Sra., es una conversación privada nuestra”. El policía por lo bajo me dijo: “Tiene razón Sra.”
Y yo me callé la boca, no tenía ganas de discutir, ni tiempo, pero me fui pensando: “Tenemos que retomar el control” O mejor dicho: “Tenemos que tomar el control”
No puede ser que se nos escapen de las manos así las cosas, este país es de los uruguayos, el Estado somos los uruguayos, los funcionarios del Estado, desde el Exc. Sr. Presidente de la República, al portero que da los números en cualquier organismo público están a nuestro servicio. Y los impuestos que recaudan, no son únicamente nuestra obligación, es el pago por el servicio que nos deben prestar.
Debemos tomar el control uruguayos y uruguayas, como gusta llamarnos nuestro Presidentes. Les pagamos los sueldos a todos ellos, para que trabajen para nosotros. Y ese trabajo debe ser en nuestro beneficio. No tiene gollete que además de pagar los impuestos y tarifas públicas que pagamos, y asumir el impuestazo que se nos viene, debamos soportar los malos tratos, y el desdén por nuestras necesidades y nuestro tiempo.
Se deben terminar los corporativismos de todo tipo, de las empresas públicas, de la administración central, de la clase política.
Debemos comenzar a exigir, porque todos tenemos derechos, no únicamente los que están cerca del poder de turno, ni los empleados estatales, ni los gobernantes, ni los maleantes.
TODOS TENEMOS DERECHOS. Empecemos a reclamarlos.
Digamos a la Ministra del Interior que desde su cargo debe velar por nuestra seguridad, es imprescindible que no temamos salir a la calle. Al Ministro de Economía que su meta debe apuntar a que todos los uruguayos saneemos nuestras economías particulares, y tengamos ingresos por el fruto de nuestro esfuerzo. Reclamemos al Ministro de Relaciones Exteriores que es hora de hacer prevalecer al país, sobre sus personales creencias. A los Ministros de Industria, de Educación, de Vivienda y de Turismo que no puede ser que estén dibujados, nos tienen que dar cuentas del trabajo que realizan y con resultados favorables. A la Ministra de Desarrollo, exigirle que busque caminos de desarrollo sustentable e integrador para todos los que vivimos en este país. A los Directores de los Entes, que los servicios deben ser prestados en forma eficiente y eficaz, o sea de la mejor manera y al menor costo posible.
Para todos ellos lo que debe primar somos nosotros, a quienes nos deben el sueldo que cobran. Llegó la hora de comenzar a exigir se nos respete, de la misma forma en que se nos exige que cumplamos nuestros deberes.
Estamos confundiendo tolerancia y solidaridad, con permisividad. Nos estamos diluyendo como ciudadanos, por no ser tachados de oposición, de derechistas, y de todos los calificativos que aquellos a quienes no gustan las críticas quieren endilgarnos, nos callamos y si no nos hacemos escuchar desapareceremos como ciudadanos. Es hora de exigir, de protestar, de criticar lo que criticable. Eso será lo único que nos de estatura moral para poder alabar lo que está correcto. De lo contrario estaremos olvidándonos de ejercer nuestros derechos civiles.
Asumamos el control, pues de lo contrario este país desaparecerá junto con nosotros, es nuestra responsabilidad que esto no ocurra.
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