|
Bolivia: Alcohol en la calles
por Mario R. Durán Chuquimia
|
|
|
La Ceja nunca duerme
En el día las calles del centro comercial de El Alto son gigantescas tiendas, funcionan centros comerciales y puestos de venta callejeros; todos los comercios tienen una característica en común, ninguno aporta al Estado, es decir, no pagan impuestos (con honradas excepciones). En las noches, las calles se transforman, las luces de neón anuncian la presencia de grupos musicales en locales de fiestas donde se registra un alto consumo de bebidas alcohólicas, también lugares donde trabajan las samaritanas del amor incluso alojamientos para el pernocte de parejas temporales.
En el nombre del Juan Pablo II
|
|
A pocos pasos de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), no hay luces de neón que señalen la presencia de bares y cantinas, pizarras de madera anuncian los costos mínimos de las bebidas alcohólicas. Los fines de semanas las calles se llenan de jóvenes y adultos que buscan un lugar de diversión económico, a medida que pasan las horas se registran riñas de pare a, peleas cuerpo a cuerpo, enfrentamientos entre pandillas, asaltos, en fin, una variopinta colección de delitos. Esto sucede en la intersección de la av. Sucre y la avenida que lleva el nombre del extinto Papa.
¿Donde está la policía?
Once de la noche, calle tres y avenida Carrasco, zona doce de Octubre, una joven pareja compra salchipapas, son asaltados... intentan resistir y se ganan una pateadura, la mujer pide auxilio a gritos y espera la protección de la policía, nadie responde. Los pandilleros, puñal en mano, amenazan, ¿cuál policía carajo? ¡aquí mandamos nosotros!. La pareja logra abordar un taxi y huyen aterrorizados del lugar. El resto de los transeúntes no hace nada, el temor nos domina. Hay que reconocerlo, cada cierto tiempo, la institución policial con apoyo del gobierno municipal organizan batidas... detienen a menores de edad, clausuran bares y cantinas clandestinos y se muestra el operativo con los medios de prensa.
¿Alcohol en la sangre?
|
Informe Uruguay on Facebook
|
El rítmico paso de las tropas de morenos, tinkus y diabladas que recorren las vías principales acompañadas de bulliciosas bandas folklóricas son frecuentes en la ciudad de El Alto. La dinámica es común, los fraternos van a misa católica por la mañana, bailan al mediodía y por la tarde empiezan a beber en la calle litros y litros de bebidas alcohólicas, la fiesta dura por lo mínimo tres días a cuenta del preste, en la fiesta es común escuchar “mi cariño, seis cajas de cerveza, hermano”. Se puede citar más casos donde el elixir de Baco circula, pero la nota sería interminable.
¿Qué hacemos?
En una reunión escuchaba a un vecino decir “si no cambio yo, como puedo cambiar el mundo”, así que empecemos nosotros... critiquemos y evitemos el consumo de bebidas alcohólicas en vía pública, también se debe establecer reglas claras para los jóvenes en cuanto a horarios de llegada y salida. Es necesario e importante exigir al gobierno municipal el cumplimiento de la norma que regula el funcionamiento de bares y cantinas, con horarios y días de funcionamiento; denunciar a los lugares que se anuncian como pensiones y que son bares... si la ciudadanía no toma la iniciativa se convertirá en cómplice de la degradación moral en El Alto con el alcohol como combustible.
(*) El autor es ciudadano nacido en la Republica de Bolivia, radica en El Alto.
Compartir este artículo en Facebook
© Mario R. Durán Chuquimia para Informe Uruguay
www.alminuto.com.bo
Comentarios en este artículo |
|
|
» Arriba