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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 393 - Uruguay, 04 de junio del 2010 |
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Un acuerdo de remuneración extra, por productividad, acordado entre el Banco República y el gremio de funcionarios (AEBU), propiciará que el BROU destine en este año U$S 9,5 (nueve millones y medio de dólares) a tales efectos, repartibles entre los ya muy bien remunerados empleados –¿o socios?– que perciben sueldos que muchísimos trabajadores del Estado –y fuera de él– envidian. Una maestra, o un profesional de la Administración Central quisiera seguramente percibir por su trabajo aunque sea la mitad que un ascensorista de esa entidad…
Lo concreto es que Fernando Calloia, Presidente del BROU, en su visión de que el “banco de todos” es una empresa, y debe funcionar como tal, se siente dueño de la misma, y decide utilizar parte del “dinero de todos” en reforzar los jugosos ingresos de sus empleados. Manifiesta entonces que “si no hay un incentivo económico para los funcionarios, si no perciben un premio por mejorar su gestión, no se alcanzan fácilmente los objetivos trazados”, en una visión desmedida de abuso de poder y de alarde de capacidad financiera, con recursos que no son de él. Aparece entonces una “partida personal”, y otra “partida divisional”, que en un 40% y 60% respectivamente, integran el premio. La primera mide el presentismo, puntualidad, conducta, y la segunda, aspectos menos tangibles, tales como el logro de metas. Con evaluaciones, que además fácil es percibirlo, pasan por la subjetividad, por no decir por las banderías. Obviamente que los afortunados empleados del BROU ya cobran –como todos los empleados del mundo– su salario por asistir, portarse bien y trabajar en las tareas para las que fueron contratados. Como cualquier funcionario de la Administración Central, la ANEP, el INAU, Salud Pública u otras olvidadas –del punto de vista salarial– reparticiones del Estado. A las que el Presidente Mujica advierte además que “hay que ponerse las pilas”. En el BROU no se les exige, capacidad de mando y gestión mediante, que se pongan las pilas –alcalinas, claro– sino que directamente se asume que hay que colocar delante la consabida zanahoria!! Todos sabemos que el éxito de la gestión de cualquier empresa pasa por mecanismos de involucramiento –de todos– y optimización de los recursos, tanto humanos como materiales, en una ingeniería de constante análisis y evaluación. Para el BROU parecería que esto se soluciona con dinero. Que existe en abundancia, claro, pero que es, se supone, de todos nosotros.
El gobierno, que parece estar tan preocupado en jerarquizar sus recursos humanos, ya sea en lo concerniente a su ingreso a la administración como en su desenvolvimiento, ¿empezará de una vez por todas a retribuir por igual a los que desarrollan igual actividad en los distintos ámbitos de la administración pública? SABEMOS SOBRADAMENTE QUE NO. Por lo tanto, esto suena, para los que no trabajan en al BROU, a bofetada, para usar un término que puedan leer los menores. Si al BROU le sobra dinero, ¿no será que no se dan en el país las condiciones para que alguien lo pida prestado? ¿la brillante empresa de Calloia no se preocupa por ese aspecto? ¿el gobierno no se preocupa por ese aspecto? Porque se supone que los cometidos del BROU deberían tener que ver con crecimiento, con inversión, con generación y apoyo de fuentes de trabajo, de industrias, de apoyo a problemáticas sociales, como la vivienda, por ejemplo. Esto sin duda suena a enriquecimiento, y no de los que supuestamente formamos parte del “banco de todos”, sino de enriquecimiento en este caso, como en otros si nos referimos a la órbita privada, de “la patronal”. Porque en caso de que se cumplan las metas de las que habla Calloia, ¿cuál es el beneficio que percibiremos todos nosotros, que aportamos en forma coercitiva a sus planes? ¿Aparecerán en nuestras cuentas, de tenerlas, un depósito, progresivo como los sueldos de los que empezarán ahora sí a trabajar? Ninguno de nosotros sabe, al decir de su presidente cuáles son “las metas que se fijó el banco”. Deberíamos saberlo, pues seguramente Calloia pretenderá cobrar también el incentivo, y debería ser el PUEBLO URUGUAYO el que mida, o evalúe, con las tablas que él mismo inventó, su asiduidad al trabajo, su puntualidad, su conducta, su desempeño, sus ausencias por enfermedad, y por supuesto, su logro de metas, para ver si le corresponde o no cobrarlo. ¿Es así? Lo que se va a pagar de SOBRESUELDO a los funcionarios del BROU, por año, alcanzaría para construir diez nuevos liceos, construir 450 nuevas viviendas, o pagar el sueldo de todo un año a unas 2500 (dos mil quinientas) MAESTRAS!! Y más vale no entrar a analizar que la zanahoria se sostiene con un palo, y el caviar, vaya uno a saber con qué… Compartir este artículo en Facebook © Consuelo Pérez para Informe Uruguay
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