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Una nueva CIDE
por Hernán Bonilla
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El lunes 16, fecha del regreso al país de Wilson Ferreira luego de los duros años del exilio, el Instituto Aportes de Correntada Wilsonista presentó propuestas programáticas para el próximo gobierno.
La exposición a cargo del politólogo Romeo Pérez tocó varios temas de fundamental importancia como política económica, de inserción internacional, políticas sociales, de gobernabilidad, entre otras. Pero hay una que queremos destacar especialmente el día de hoy, así como lo hizo Juan Gabito cuando hizo su intervención por el Instituto Manuel Oribe: la de crear una nueva CIDE.
La Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) fue creada por el colegiado nacionalista de 1958-62, especialmente impulsada por el Cr. Juan Eduardo Azzini. Su idea era coordinar los esfuerzos de los mejores técnicos del país para lograr diseñar y luego implementar un plan de desarrollo de largo plazo.
Conviene recordar que en ese momento el país atravesaba el estancamiento económico más largo de su historia, no existían estadísticas de ninguna especia sobre la economía nacional y lo que campeaba en el manejo de la política económica era la miopía y la improvisación.
La CIDE fue por lo tanto, amén de sus errores, exageraciones, pasión por el diagnostico por sobre la acción, una buena idea. Como ha destacado Adolfo Garcé en el libro que le dedicara al tema, además, la matriz de ideas de la CIDE llegó a influir decisivamente otros planes de desarrollo posteriores, como el del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y el Plan de Desarrollo de 1972.
Hoy en día la idea es buena, pero su instrumentación tiene que ser bien diferente a la del pasado.
No podemos perder largos años en diagnósticos y recopilación de datos, esa etapa en buena medida ya está cumplida. Sí debe llamarse a los mejores técnicos en todas las áreas para sentar las bases de dos o tres grandes ideas en las que debe trabajar el país en el futuro, a modo de ejemplo, política de inserción internacional, reforma del Estado, institucionalidad.
La convocatoria deberá realizarse para el 2 de marzo de 2010 y en un plazo de pocos meses tienen que existir propuestas concretas, políticamente viables y ajustadas a lo que indican las teorías modernas del crecimiento y el desarrollo económico. Naturalmente esto implica que el eje vertebrador del proyecto tiene que ser la Libertad, vale decir, la democracia, el respeto al Estado de Derecho, la iniciativa privada, la sociedad abierta, la libertad económica y los derechos individuales.
Celebramos por tanto la buena idea del Instituto Aportes y estamos seguros de que este instrumento, enraizado en lo mejor de la tradición de acuerdos de nuestros partidos políticos, será impulsado por la nueva fuerza que deberá gobernar el país en los años venideros.
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