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Año V Nro. 354 - Uruguay, 04 de setiembre del 2009
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Hace unos días el mundo se vio conmovido por la noticia de que el ex-presidente estadounidense Hill Clinton había logrado la liberación de dos periodistas de ese país que se encontraban presas en Corea del Norte. Dichas reporteras habían sido capturadas como ilegales en el país asiáticoy condenadas a doce años de trabajos forzados. En viaje relámpago Clinton logró la liberación de ambas reporteras de televisión y se reunió con Kim-Jong-il, líder y dictador supremo norcoreano. No desconozco el peso del ex-presidente Bill Clinton y el de su esposa Hillary, actual Secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama. Pero no hay dudas que en este episodio encontramos una jugada del tirano norcoreano para volver a la mesa de negociaciones sobre la temática nuclear. A Kim-Jong-il, le ha funcionado espléndidamente hasta el momento amenazar con un ataque nuclear a la “hermana” Corea del Sur y a Japón si no subsidian su economía en ruinas, ambas naciones y otras potencias entre ellas el propio Estados Unidos, están cansados de la extorsión. La liberación de las periodistas podemos tomarla como que el dictador norcoreano conciente de lo anterior pretender retomar la senda de la diplomacia. Aunque también otra lectura más pesimista que podemos darle al asunto es que se trataría de una maniobra para conseguir aún más prebendas en medio de las sanciones económicas a que está sometido el país asiático. El Presidente Barack Obama sabía desde el inicio de su mandato en el pasado mes de enero, que el tema Corea del Norte sería una de las “piedras en el zapato” de la política exterior, y así se han venido presentando los hechos. Recordemos que además de la captura de las reporteras estadounidenses, hubo una serie de pruebas balísticas y un poderosos test-nuclear, equivalente a la explosión que borró del mapa a Hiroshima de la que este año se cumplió el 64º aniversario. Estas pruebas fueron violatorias del compromiso hecho por el dictador comunista de abandonar su programa armamentista. Mientras tanto en el gobierno estadounidense se presentan divisiones en como encaminar el caso Corea del Norte. Unos piensan que hay que volver a las conversaciones sobre el desarme. Otros que hay que evitar por cualquier medio que Corea del Norte negocie tecnología nuclear a otros regímenes catalogados como peligrosos, léase Irán o la antigua Burma. Tal vez lo ideal sea regresar a la mesa de negociaciones y comprometer a China y Rusia tradicionales aliados del régimen comunista norcoreano a participar en las mismas ya que éstas a su vez quieren acrecentar su protagonismo en la geopolítica mundial. También Kim-Jong-il está usando la amenaza nuclear para fortalecer el proceso de sucesión a favor de su hijo Jong-un. De todas maneras el papel jugado por el ex-presidente Hill Clinton ha sido fundamental y quizás en la plática privada sostenida con Kim-Jong-il ya tiene la palabra del líder norcoreano de volver a sentarse en la mesa de negociaciones, lo que haría que el rescate sea visto simplemente como una cortina de humo. ¡Hasta el próximo análisis…! © Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez para Informe Uruguay
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