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Año V Nro. 354 - Uruguay, 04 de setiembre del 2009
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La táctica del tándem Kirchner para esquivar los deschaves de tantas viejas y nuevas imputaciones -más los chivatazos públicos- consiste en una inusitada verónica imposible de imitar. Se necesitaría para ello forrar la piel de la cara con una sustancia similar al acero inoxidable de la mejor calidad y gozar de un poderío impune a toda prueba, sin duda los k han demostrado excelente manejo de una elaborada alquimia guiñolesca. En Santa Cruz en estos momentos están investigando periodistas, legisladores, algunos funcionarios judiciales (muy escasos) y cuanta persona se inquieta por ciertos flagrantes negociados a la vista del mundo y los videos. Jamás nadie contesta ni se inmuta. Así como Kirchner siempre respondió con burdas muletillas “los fondos de las regalías fueron empleados en obras públicas” - “fueron depositados en la Reserva Federal de los Estados Unidos” - “etc.”, la misma actitud adoptó la presidente Cristina frente a cualquier pregunta indeseable como el caso de su ya famoso pero aún desconocido título de abogada. ¿Qué le costará exhibirlo y refregárselo por la nariz a tanto mentiroso que se anima a desconfiar de algo que podría costarle la presidencia, la nueva banca a su marido como presunto encubridor o el espanto del juicio político, o un trastabillón meteórico en el abismo de la historia…? Parecería lógica la siguiente reflexión en el marco de un sentido autista de la más subjetiva y estrafalaria ética: la dignidad del cargo les impide rebajarse a adoptar actitudes pueriles como las de un Blumberg cualquiera, pensarán sus acérrimos seguidores. La estafa de los sobreprecios Es posible que la mayoría de los habitantes de la Argentina todavía no tengan noción del escándalo que significa la estafa de los sobreprecios en los contratos de la obra pública. Normalmente la víctima es el mismo presupuesto del Estado pero resulta mucho más repugnante cuando el daño recae sobre las espaldas de los propios trabajadores a los cuales los Kirchner tanto alardean defender. Viene bien el ejemplo menor de las casillas de Santa Cruz para descubrir en blanco sobre negro la perversidad de los manejos del Estado cuando no puede acudir a salvar los precios la garantía de la competencia privada ni el mercado dentro de su insobornable libertad... Por simples resoluciones fantasmales de un Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) de la Provincia de Santa Cruz, creado a imagen y semejanza de Carlos Santiago Kirchner -primo de un antiguo gobernador muy poderoso- se han adjudicado a firmas amigas de la “burguesía” kirchnerista la construcción de 72 viviendas berretas y prefabricadas, de dos ambientes, sin cloacas ni agua potable, al mismo precio unitario que costaría un departamento de similares dimensiones en Puerto Madero. El valor presupuestado alcanzó los 2.100 dólares el m2. En consecuencia, será el equivalente de 100.000 dólares lo que pagará el obrero ocupante de estas casas de emergencia con su familia. Durante el largo reinado del primo de los Kirchner este estilo de operaciones se efectúan a menudo y no se descarta -por lo afirmado en la zona- fueran uno de los tantos affaires que contribuyeron a multiplicar en parte la asombrosa fortuna “declarada” por el próspero matrimonio. Una maniobra ruin se esconde en la amortización de esas eternas cuotas que tanto obnubilan al infeliz “beneficiario”, candidato a la escandalosa pobreza que proclamara Benedicto XVI. Cada cuota mensual es gravada con IVA y otros impuestos para el sobredimensionado peculio de nación y provincias. Por el mismo procedimiento los bancos se aseguran en letra chica y escondida pagos incontrolables de gastos administrativos y pólizas de seguros mediante compañías asociadas o cautivas. El secreto de los sobreprecios se cobija en la hinchazón de estos “costos” hábilmente disfrazados por los sistemas estatales cuya complejidad impide observar la más mínima claridad. La víctima recurrente de estas maniobras anquilosadas es el propio trabajador desprevenido. Los vivillos favorecidos son la burocracia nacional, las empresas cómplices, los sindicatos y los gobernantes corruptos en todos los niveles. Las empresas en danza que se llevan tales bicocas del destino son conocidas en estos menesteres. Dentro de la burguesía kirchnerizada una es Juan Felipe Gancedo SA, que creció al amparo del primo Carlos Santiago y conocida por haber figurado con “3 millones en facturas truchas proveídas por sellos fantasmas” según dice textual la crónica periodística. A su vez la firma Gancedo aparece vinculada al célebre caso Skanska de los desmesurados sobreprecios, manejados y presupuestados sin rubor alguno desde la estatal Enargas. La otra agraciada es Gotti SA, impúdicamente mimada por contratos del kirchnerismo a través de Lázaro Báez, personaje selecto dentro del círculo áulico de la denunciada asociación ilícita con epicentro en el connubium NCK-CFK. Esta firma Gotti -además de sufrir alguna persecución por millonarias evasiones- asombró defraudando con 21 millones de pesos en facturaciones truchas, como también lo revela la nota periodística. El botón de muestra que constituyen estas operaciones clásicas de la provincia de Santa Cruz determina la abundosa corrupción ya del todo cebada tras una continuidad de dieciocho años consecutivos entre el poder provincial y nacional por parte de la DAIK (Denunciada Asociación Ilícita K.) si se la puede mencionar así por una suerte de personería adquirida en el transcurso del tiempo y no tanto por el éxito de las cuantiosas denuncias presentadas en sedes judiciales, administrativas y periodísticas. Sin contar -a todo esto- la reciente afirmación indiscutible del ex gobernador Acevedo al admitir la “cartelización” de la obra pública en la provincia de los increíbles K. Va de suyo que este inusual deschave de un ex integrante de la DAIK no deja de asombrar y demostrar que la “burguesía nacional amiga” no la componen solamente Gotti y Gancedo y tampoco se circunscribe ahora al área geográfica del territorio santacruceño… Al colocar el último punto de esta nota me sorprende en la mañana del domingo el estallido del mega-escándalo protagonizado por la DAIK junto al ingeniero Juan Carlos Relats. Debo recordar al pueblo brasileño en las calles enfurecido contra la corrupción de Collor de Mello. Por algo minúsculo en relación con lo acontecido en nuestro país las cacerolas de la nación hermana presionaron en buena ley para que las instituciones destituyeran al novel presidente descarriado. Ocurrió en 1993. Fuente: Fundación Atlas 1853
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