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Año V Nro. 354 - Uruguay, 04 de setiembre del 2009
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Éste era un cura muy, pero muy viejito, que yacía en el cuarto de un hospital, preparándose para morir en paz con Dios y con los hombres. Por años, aquel sacerdote anciano había servido con diligencia y fidelidad encomiables a la gente del barrio porteño de Caballito. Ahora, presintiendo que el momento fatal se acercaba, el viejito le hizo señas a su enfermera, para que se acercara. —¿Sí, Padre?.—Le dijo la enfermera.
Salió del cuarto y se dirigió a las oficinas del hospital. De allí, llamó de inmediato a la Casa Rosada. Pasó de telefonistas a secretarias y viceversa, hasta que alguien de la misma oficina de Cristina le atendió la llamada. Y así fue que pudo hacer el pedido. La persona que la escuchaba al otro lado del tubo, le pidió que esperara en el teléfono y se fue. Pocos minutos después, volvió y le informó que, ¡felizmente!, todo estaba arreglado. Los dos ilustres cónyuges estarían encantados de salir en unos minutos para visitar al cura en su lecho de muerte. Ya en la limusina que los trasladaba a toda velocidad y con custodia policial haciendo sonar sirenas, Cristina le dice a su esposo: —No sé por qué demonios ese viejo querrá vernos, pero estoy bien segura que este asuntito nos va a ayudar a mejorar la imagen que tenemos tan abollada a estas alturas… Además, llevamos a la prensa, y así de repente se calman las aguas con todas esas acusaciones de crímenes, malversaciones, valijas, derroches, prevaricaciones y otras pajas… ¡El drama de interés humano siempre vende bien! ¿No te parece? —Padre… De todas las personas en que podría haber pensado para este último deseo, ¿por qué nos eligió a justamente nosotros? —Es que siempre he tratado de moldear mi vida siguiendo, en cada paso, los ejemplos de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo… —Amén —dijo Kirchner, esbozando la extraña expresión de un zorro con dolor de muelas. Entonces, casi con el último aliento, el viejo cura continuó su explicación: —Es que Él murió en la cruz, entre dos ladrones infames y mentirosos. Y yo, ¿qué quieren que les diga? ¡Quería hacer exactamente lo mismo que Él!… (The End)…© Fernando Pintos para Informe Uruguay
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