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¡Que todos lean mi nuevo best seller!
por Fernando Pintos
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La editorial «Furtivo & Resbaloso Asociados» (Sociedad de Responsabilidad Desviada) acaba de publicar mi nuevo best seller, el más que imprescindible «Manual de educación sexual para toda ocasión», con el cual pretendo paliar los nefastos efectos de tanta estupidez e ignorancia que por ahí circulan sobre tan delicado tema, con grave perjuicio para infantes, jóvenes, adultos, maduros y provectos. De esta obra esclarecedora, que espero será usada a partir de ahora como texto en todos los centros educativos del país, extractaré algunos pasajes cruciales para que vosotros, fieles lectores, veáis la luz prístina de mis razonamientos antes que nadie.
Veamos, en primer término, qué se explica con relación al eterno tópico del amor: «…El amor es algo grandioso. Sobre todo, cuando se practica en compañía. Cualquier cosa que uno haga a ese respecto, en desoladora soledad y asumiendo poses estrambóticas delante de un espejo, podría estar revelando algún grave desarreglo psicológico. Pero será mucho peor, todavía, si se hace encerrado en un clóset y escuchando con frenética unción alguna ópera de Wagner…».
Ahora bien, ¿qué será lo más importante que se menciona en esas páginas inolvidables acerca de la reproducción?: «…¿Habéis observado, en alguna ocasión, esa manera errática como los pajarillos revolotean, al comenzar la primavera, exhalando un sonoro “chiru’chiru”? (En una época yo también lo hacía con bastante frecuencia, hasta que alguien amenazó con encerrarme en una clínica psiquiátrica)… ¿Os habéis fijado en que, al llegar los calores que presagian el estío, los pececillos se mueven inquietos, gorgoteando incoherencias ininteligibles dentro de sus respectivas peceras?… ¿Alguna vez, por casualidad, os detuvisteis para ver cómo vuelan las abejitas en un día de sol, murmurando ensimismadas entre las florecillas de la campiña? ¿Y qué, acerca de las mariposas, maripositas y mariposones que manifiestan una conducta marcadamente narcisista al exhibir, por aquí, por allá y por acullá, sus infinitos colores?… No os aconsejo imitar a ninguno de ellos, salvo que gustéis de veros tildados como idiotas de tiempo completo o como cretinos incurables. Pero he ahí la cuestión, si es que me explico…».
En una obra destinada a la inmortalidad, como ésta, no podía faltar algún extracto de sabiduría acerca de ese tema candente y flagelante, el matrimonio: «…Se necesitan dos para casarse, igual que para jugar tenis o ping-pong. Pero es preferible que pertenezcan a sexos opuestos. Al hombre se le llama “el sexo fuerte”. A la mujer, por oposición, se le denomina “el sexo débil”… ¡Pero sólo hasta que pasan algunos años y se transforma en suegra! Es costumbre arraigada que el matrimonio termine por unas pocas causas muy puntuales, que son por regla general la viudez, el divorcio o simplemente la fuga… Cuando esto último acontece, casi siempre corre a cargo del contendiente más débil, ¡que por supuesto es el hombre!».
Y acerca de esa tan extendida plaga posmoderna que Sigmund Freud denominó «la envidia del pene»: «…Cof, cof… Este… ¡Ejem!… Ahora, pasemos al próximo tema».
© Fernando Pintos para Informe Uruguay
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