Siete años del inicio de un Paro Cívico
por Mercedes Montero
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El 2 de diciembre se cumplirán siete años del inicio de un Paro Cívico que llevó a la ruina a miles de venezolanos. La nación había pasado previamente por el trauma del fatídico 11 de Abril 2002, cuando una masa de un tamaño sin precedentes exigía la renuncia de Hugo Chávez. Ese clamor popular fue desoído por el Presidente, el pueblo fue masacrado, a partir de esa fecha el régimen consideró la libertad y la democracia como enemigas y Venezuela fue condenada al hundimiento. Después de una feroz represión por parte del gobierno la tensión se acrecentó paulatinamente, por lo tanto nada tenía de extraño que unos meses más tarde reventara otra protesta masiva.
FEDECAMARAS y la CTV, con el visto bueno de los partidos de oposición, llamaron a un Paro Cívico, y hay que recordar que Carlos Ortega, el entonces Presidente de la CTV advirtió que las cercanías del Paro con la Navidad, lo haría de difícil cumplimiento. Mucha gente que creía que la protesta duraría poco tiempo criticó a Ortega, y, aquellos que estuvieron en desacuerdo con el Paro Cívico lo dijeron desde un principio, no siete años después.
Cada uno de los miembros de la Gente del Petróleo se uniría por convicción y por principios a la protesta. Eran por todos conocidas las intenciones del régimen con respecto a PDVSA , siendo estas su transformación de una empresa que estaba al servicio de la nación y por lo tanto le rendía cuentas, a ser la fuente de financiamiento de un proyecto político continental con proyección mundial basado en una ideología castro comunista.
A fin de lograr este objetivo era necesario politizarla y cubanizarla, para que sus trabajadores tuvieran obediencia a lo que vendría como consecuencia, que no algo distinto a su saqueo, a exprimirla sin invertirle, a regalar sus desarrollos tecnológicos, a su destrozo, a la corrupción máxima hasta el punto de no soportar una auditoria. Conociendo estas intenciones los responsables de las instalaciones las entregaron con su respectiva acta para que quedara constancia de su estado de orden y buen funcionamiento. A lo largo de estos siete años se ha demostrado que Gente del Petróleo tenía la razón.
Hay que recordar que la nación le exigía a los trabajadores de la Industria Petrolera que se sumaran al Paro Cívico, de no haberlo hecho la Gente del Petróleo hubiera sido acusada en aquellos días de quien sabe que cosa.
El Paro Cívico no obtuvo los resultados esperados por muchas razones, falta de unidad, falta de disciplina en su observación, la gente no entendió el sacrificio que implicaba un Paro General y salía de unas marchas gigantes a los comercios que estaban abiertos, sin entender que hubiera sido necesaria una conducta diferente, debido a que gobierno y oposición se estaban jugando el todo por el todo. El gobierno también tenía sus acciones, entre otras estirar el Paro hasta que quienes habían participado quedaran empobrecidos.
Cuando el Paro Cívico terminó muchos comerciantes habían perdido sus negocios, muchas empresas estaban en la ruina, miles de trabajadores perdieron sus trabajos, entre los cuales estaban 23.000 trabajadores petroleros. El régimen que aplica con eficacia y eficiencia la descalificación como táctica sembró y mantiene en la opinión pública el nombre de Paro Petrolero a lo que siempre fue un Paro Cívico General, con lo cual quiere matar dos pájaros de un tiro, desunir a la oposición y tapar su crimen contra PDVSA, que maneja la mayor riqueza de la nación venezolana…
Fuente: America's Daily
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