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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 376 - Uruguay, 05 de febrero del 2010 |
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Hace muchos años que sabíamos de la grave enfermedad que lo aquejaba, pero en algunas oportunidades alentábamos la esperanza de que la ciencia pudiera equivocarse y los presagios no se concretaran. Sin embargo nada hizo el milagro y tras soportar muchos años de sufrimiento compartido por sus familiares, el Tío Mimo” emprendió su partida. Quienes tuvimos la suerte de compartir muchas jornadas a lo largo de medio siglo, podemos certificar que la frontera ha perdido a un buen vecino que se caracterizó por su hombría de bien, siendo un fiel representante de las actividades sociales, culturales y políticas de esta frontera. Consustanciado desde su juventud con las mejores tradiciones del Partido Nacional, integró el triangulo final de la histórica corriente local conjuntamente con el “Petizo” Alem y el “Penado” Ademar, poniéndole el “pecho” a las adversidades cuando el país soportaba sus años de quebranto institucional. Recordamos circunstancias muy especiales que vivieron algunos uruguayos en épocas muy difíciles para el país, donde el gesto solidario del “Mimo” otorgó seguridad a quienes cruzaban la frontera sin tener en cuenta el riesgo que esto significaba. Fue un hombre de pueblo a carta cabal integrando todas las instituciones sociales, culturales y deportivas de esta ciudad. Lo vimos en comisiones escolares y liceales, en el Club Social, en la Liga Regional de Fútbol, en el Hogar de Ancianos, en el Hospital y finalmente en le Comisión Binacional de Integración Fronteriza, trabajando sin pausa por los problemas de integración entre Chuy-Chui y una zona de libre comercio. Su desaparición física constituye una sensible pérdida para la sociedad fronteriza, entre la cual ejerció distintas actividades del quehacer local, poniendo en cada una su dedicación y entusiasmo al servicio de la comunidad y sus aspiraciones. © Julio Dornel para Informe Uruguay
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