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Irán
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por Marcelo Ostria Trigo (Perfil) |
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Se dio nomás.
Y muchos fuimos los ilusos, los que no creímos que se llegaría al disparate mayor, a la demasía perjudicial y a que el propio gobierno reconozca, con su conducta, que es un segundón del autócrata de Caracas.
Sí, fuimos ingenuos, al creer que habría un atisbo de sensatez, y que no se llegaría a la tontería de establecer relaciones con el régimen de los ayatolaes de Irán, de los que han instaurado no una teocracia, sino lo que definió Max Weber: una “eclesiocracia”, o sea un “poder político detentado institucionalmente por una casta sacerdotal” anacrónica, extremista, sectaria, intolerante y agresiva.
El imperio poderoso y floreciente de la Persia romántica hace mucho tiempo que desapareció. Vino el Irán del Chá, que intentó consolidar una monarquía constitucional, pero que no resistió los embates del fundamentalismo, para terminar en lo que hoy es: una república islámica desafiante, agresiva y, por ello, sin respeto a las libertades democráticas ni a los derechos esenciales de los ciudadanos y –aquí si cabe insistir– de las ciudadanas.
O será, “mutatis mutandi”, que se piensa instaurar en esta parte del mundo una república fundamentalista aimara –no islámica– con un consejo supremo de “amautas” –no de ayatolaes–?
Con tantos disparates que se escuchan, vaya usted a saber…
Y como el presidente de esta república islámica, Mahmud Ahmadineyad (no es el mandamás; el “líder supremo” iraní es el ayatolá Alí Jamenei) vino nomás, habría que revisar si, además de emisario y aliado de Chávez, puede comprometer seriamente a su país como socio comercial e inversor para el desarrollo boliviano, tal como se afanan en convencer los jerarcas del Gobierno del MAS. O, realmente, se trata de un obsesivo y subyacente propósito de incomodar a los Estados Unidos, enfrentado por Chávez –vaya a saber por qué–, y por los ayatolaes empecinados en seguir un sospechoso plan de desarrollo nuclear.
Hay datos que muestran que ese deseado intercambio comercial y el papel de inversor de Irán, serán difíciles de concretar. No es posible consignar aquí todos los indicadores socio–económicos, pero veamos sólo tres: Irán soporta una inflación anual del 13.5%; un balance en su presupuesto con un déficit del 23.71% (11.580 millones de dólares); y una tasa de desempleo del 11.2% (no se considera el excedente estructural de mano de obra existente en su economía). Con sólo estos tres datos, se reafirman las dudas de que con Irán, ya establecidas las relaciones, se vayan a alcanzar los objetivos en el ahora inexistente comercio bilateral, en cooperación financiera y tecnológica y en la inversión. Se trata, en verdad, de una movida política provocadora e insensata.
Las cosas no se limitan a lo anterior. Irán es una dictadura oligárquica, sectaria y anacrónica en el mundo contemporáneo. Sus acciones las justifica con la obligación de librar una “guerra santa” contra los “infieles”. Para esto viola principios internacionales. Sólo dos ejemplos: coopera en la desestabilización de El Líbano e incita al mundo musulmán a eliminar a un Estado soberano: Israel, en el empeño de lograr una pretendida reivindicación del predominio islámico en el Medio Oriente.
Irán lleva su acción al terreno del terrorismo, como el brutal atentado del 18 de julio de 1994 –el mayor de la historia argentina– contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó 86 muertos y 300 heridos, eludiendo su cooperación para el esclarecimiento de este horroroso crimen.
El régimen del Movimiento al Socialismo (MAS) insiste en que se propone, haciendo honor a su nombre, llevar a Bolivia al socialismo –hasta ahora sólo está en el populismo– sin precisar de qué tipo: democrático, chavista o marxista leninista. Se proclama, en efecto, como de izquierda y revolucionario. Pero, en este acomodo oportunista y para complacer al también autoproclamado izquierdista y castrista Chávez, abandona principios y es inconsecuente, “hermanándose” con el despotismo reaccionario y la intolerancia fundamentalista de los ayatolaes.
¡Vaya política exterior y ética que mostrar al mundo….!
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