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Sigue la pendencia...
por Marcelo Ostria Trigo (Perfil)
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Ya se dijo: con demasiada frecuencia el presidente de Bolivia insulta, acusa y levanta falsos testimonios contra políticos, empresarios, periodistas, dirigentes cívicos y cuanta persona institución se le ocurre que no comparten ni su política populista, ni su “proceso de cambio”. Hace lo mismo, y con igual fervor pendenciero, con gobiernos, presidentes y diplomáticos extranjeros que, a su juicio, no conservan el embrujo original con el que Morales los cautivó cuando, en una extensa gira mundial, paseó su “jersey” -así se refirieron los españoles arribados con la "chompa" a rayas- y su condición de primer indígena que llegó a la presidencia de Bolivia. Esta simpatía original parece que es la causa de la soberbia que induce a Morales al maltrato verbal. También concurre a incitar a esta violencia verbal el consejo –o la orden- de Hugo Chávez, su mentor.
Parece que los asesores nacionales y extranjeros que se encargan de aconsejar en política exterior al presidente, no le han avisado que no es serio, sensato ni prudente acusar e insultar. Hay, entre los que reciben las diatribas, supuestos enemigos que, pese a su mayor poderío, han mostrado hasta ahora paciencia y tolerancia admirables que pueden acabarse.
¿Le habrán contado al presidente que su conocida advertencia “de a buenas o de a malas” [i] no funciona en la política exterior, especialmente la de “a malas”?
En verdad, no es corriente que una nación soporte impasible e indefinidamente que se vilipendie a su presidente, que su embajador sea expulsado, que su organismo de cooperación para el desarrollo sea acusado, sin pruebas, de apoyar a subversores, que se adjudique, también sin evidencias, a los funcionarios de su agencia de lucha contra el narcotráfico del delito de disparar y matar a los cocaleros del Chapare, que se acose con cercos a su embajada y que se señale, con irresponsabilidad intelectual, a su sistema político y económico –el capitalismo- como culpable de todos los males de la humanidad. Tarde o temprano se sufre las consecuencias de los excesos y tropelías. Y ya hay una clara reacción:
"... los Estados Unidos rechazan que la conclusión del presidente Bush de que Bolivia “evidentemente no ha satisfecho” sus obligaciones internacionales con respecto a lucha contra los estupefacientes, constituya una “venganza política”, como la ha caracterizado el presidente Morales".
"La expulsión de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional)..." y de la "la DEA (Agencia de los Estados Unidos para el Control de Drogas), parecen ser parte de una política del gobierno de Bolivia de restringir el alcance del apoyo que los Estados Unidos prestaban a su lucha contra los estupefacientes". "...estas medidas bolivianas demuestran claramente la falta de compromiso de parte de Bolivia y su incapacidad para cooperar en la lucha contra el tráfico de estupefacientes; demuestran, asimismo, que Bolivia se aleja de sus compromisos internacionales para controlar el tráfico de cocaína.” “...el presidente Morales... (ha) confirmando así su falta de dedicación a esta causa (la lucha contra el narcotráfico)". [ii]
Dura respuesta la norteamericana.
Pero, ¿será que esta agresividad del presidente Morales es también el resultado de la cadena de frustraciones por sus fracasadas propuestas, acciones y políticas absurdas? Van dos ejemplos de las últimas actitudes agraviantes:
-"El presidente boliviano Evo Morales acusó este sábado a "algunos países de la Unión Europea" de pretender "dividir" a la CAN buscando una "recolonización"".
-"Todavía no he conversado con el comandante Chávez (¿para consultarle?); vamos a emprender una campaña nacional e internacional (..) de que si Cuba no vuelve a la OEA, vamos a hacer otra OEA sin Estados Unidos", dijo Morales ante una concentración de campesinos quechuas en el sudeste boliviano.”
¿Línea de política exterior independiente? ninguna. Sólo irresponsabilidad, sin nada que beneficie al país...
[i] El presidente Morales advirtió, antes de cercar el congreso, que iba a hacer aprobar la ley de convocatoria del referendo constitucional “de a buenas o de a malas”.
[ii] De la nota de la Representación Permanente de los Estados Unidos acreditada ante la OEA, dirigida a todas las representaciones de los países miembros.
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