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Pura Consciencia...
por Andrés Bogorja
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Frente a las posibilidades siempre tenemos la oportunidad de brillar por nuestra propia existencia. ¿Somos personajes dentro de una historia mal contada o quizás pequeñas destellos dentro de un gran resplandor?... Pensamos que somos libres… Que es nuestro derecho el actuar con antojo según nuestro interés…
Buscamos ser libres… Pero nos vemos atados a las cadenas de una caverna que imita en sus muros, reflejos de lo que aparenta ser real. Somos libres en cuanto creemos en ello, y nos vemos aprisionados en conjeturas de las cuales nos profesamos jueces. Nuestras decisiones se ven marchitas, nada de lo que esperábamos se vuelve tangible…
Debemos buscar las razones por las cuales nos motivamos. Realizando el propósito nos abrimos paso a lo que no necesariamente debe ser firme a nuestra pisada, donde cada segundo es una experiencia.
No nos es posible responder a una idea fija, ya que siempre mutan por su continuo movimiento; realizando la búsqueda nos hacemos de un constante descubrimiento, y la mente que alcanza a irradiarse con un mínimo destello, no calma sus ansias hasta que ese resplandor brille lo suficiente como para iluminar la oscuridad en la que esta sumergido su pensamiento….
Entonces la mente se abre paso a las interrogantes y la imaginación formula deseos los cuales nos conducen hacia las posibilidades… Más cuando se revela el inconsciente debemos alimentarnos con frutos con sabor amargo, en cuanto ninguna de nuestras oraciones es respondida y pretendemos que el Universo conspire a nuestro favor., y perdemos las esperanzas…
¿Y es que estamos condenados a un cuerpo que se vuelve nuestra prisión de por vida, de la cual sólo el destino nos puede liberar?, ¿O tenemos cierto brillo de libertad que se escapa así como arena entre los dedos?... Pienso que si dejamos la arena caer, en vez de contar granito por granito, sabiendo que está ahí por un proceso por el cual deviene nuestro planeta, podemos entender entonces que existen razones…
Entonces seguimos el camino de nuestro arcoiris a través del espejo, y reflejemos el camino que conduce al oro y nada más que oro… Más que nunca se materialice, ya que una vez encontrado, nuestro oro opaca su brillo y deja de ser un metal precioso para convertirse en nada… Nuestra búsqueda… no se perfecciona, hasta que nuestros pensamientos se realizan y la belleza se manifiesta, hasta que nuestra alma es consumida por un principio máximo al nuestro propio.
Seremos libres en cuanto nuestra mano no contengamos una cantidad de arena, que nunca será más que un mínimo en el infinito comparado con la que existe a nuestro alcance… Sino el conocimiento, de que ese tesoro que poseemos por momentos está formado por algo más que la arena en sí… Y es nuestro entendimiento sobre lo que ahí hallamos…
Y entonces hilamos en nuestros corazones la medida justa para desarrollar nuevos destellos de luz en nuestra búsqueda, y calmar la furia de las percepciones que nos hacemos con el transcurso de nuestro andar… Para evolucionar el pensamiento… Y así realizar nuestro propio destino. Siendo conscientes de que el caminante humilde da sus pasos sobre arcilla sagrada y posa sus pies sobre el río.
Nuestros pliegues se abren con la idea de corra la tinta por sus renglones, y los renglones se desvanecen al paso de la gradación que se impregna en nuestra mente… Somos más libres de lo que éramos, y frente a nuevos conceptos de la realidad somos prisioneros nuevamente… Más al despertar la unidad que subyace en nuestra diversidad, vemos el propósito primero por el cual entendemos que ocupamos ese sitio, y al abrir el corazón nos damos cuenta que las posibilidades son las suficientes como para nunca culminar nuestro viaje. Entonces nos volvemos responsables de nuestra propia libertad y somos libres de nosotros mismos… Pues así como el cosmos es responsable del caos y viceversa nuestros pensamientos son responsables de nuestros actos y viceversa… Sin negarse el uno al otro, así como la cadena infinita en la cual cada eslabón es responsable de que esta nunca se fragmente… Ahí su libertad, cuando dentro de sí contiene el más puro metal… Entonces conscientes y responsables del amor a aquello que subyace lo aparente y se mantiene como principio…
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