La Fábula del Gardel Oriental
por Jorge A. Sassón
Sydney/Australia
Por la presente, solicito al Sr. Director del diario tenga la gentileza de publicar estas líneas para ofrecer una visual diferente, más precisa, más veraz y sobre todo más comprobable para contrarrestar la bayardábula que pretende afirmar la nacionalidad uruguaya de Carlos Gardel, legitimizando una serie de falsedades, inventos, y teorías descabelladas sin asidero posible.
l primer intento, fallido desde su comienzo, comienza con Avlis cuando pretende adjudicarle a Carlos Gardel un parentesco con la tristemente célebre familia Escayola. Sus propios sostenedores le dicen que está equivocado.
Entra en escena entonces el inventor del bayardisparate. Como la fábula de Avlis no prosperó, INVENTA otro Carlos Gardel. Le inventa una madre, una escuela, una nacionalidad, etc. todo ello sin ABSOLUTAMENTE NINGÚN DOCUMENTO que pueda, aunque lejanamente, avalar tamaña aberración.
El propósito claro era, desde un principio, hacerlo uruguayo a Gardel, de prepotencia si era necesario.
Este grupo de fabuladores, para no correr la suerte de Avlis, se hizo apoyar por el propio Gobierno uruguayo, el cual, contradiciendo los dictámenes y sentencias de su propio Poder Judicial, inicia una campaña de uruguayización forzada para montar el andamiaje que hoy representa el negociado de Tacuarembó.
Con una diligencia digna de mejor causa, el Gobierno:
Por su parte el grupo de fabuladores, abre el Museo de Tacuarembó, pone una placa en la tumba de su presunta madre, nombra a Tacuarembó y Medellín ciudades hermanas, imprime una estampilla mencionando al Gardel uruguayo, piensa imprimir un billete con la misma sanata, invade los medios de prensa con una propaganda masiva, tratando de imponer una falacia por medio del atropello flagrante y todo ello, sin ABSOLUTAMENTE NINGÚN DOCUMENTO NI PRUEBA NI TESTIGO VERAZ donde basarse.
Nunca se vio anteriormente en el Uruguay tamaña diligencia, ni siquiera para problemas que realmente lo afectaron siempre, como la falta de fuentes de trabajo, la emigración masiva, la inflación descontrolada, la corrupción e ineptitud gubernamental, la miseria, la delincuencia et al.
Pero frente a la posibilidad de un negociado que les reporte dineros mal habidos a las arcas de la comuna tacuaremboense, se han movido extraordinariamente rápidos, aunque sólo se basen en una mentira repetida hasta el cansancio. Algo para pensar, no es cierto ?
Están en Internet a disposición de cualquier parte interesada, CARTAS MANUSCRITAS de Carlos Gardel, fotos y documentos auténticos, que pueden ser verificados por cualquier autoridad competente, donde Gardel reconoce a su familia francesa, se saca fotos con ellos y le escribe a la madre mandando saludos al Tío Jean y a Carlota (Charlotte).
Los fabuladores mintieron abiertamente cuando trataron de justificar su aberrante argumento con la historia del testamento falsificado. Dicho testamento fue abierto y examinado en forma oficial por las autoridades, confirmando que no sólo no tenía enmienda alguna, sino que no había sido retirado de su depósito de seguridad JAMÁS, hasta que se realiza la pericia oficial.
Mienten abiertamente cuando inventan una estadía de Gardel en Tacuarembó para reponerse del balazo que recibiera. JAMÁS estuvo Gardel en Tacuarembó.
Mienten cuando dicen que a Gardel, muy poco le interesaba la madre, la cual hasta había sido prostituta. TODOS los documentos manuscritos y mecanografiados, amén del testamento, muestran un amor filial como sólo un buen hijo puede sentir por su madre.
Mienten cuando inventan otro niño para poder dar pie a sus fabulaciones. Ningún documento, ninguna prueba, ninguna escuela, nada. Absolutamente nada. Y además caen en el ridículo cuando sugieren que doña Berta, tuvo un hijo y un entenado, los dos con el mismo nombre. Tragicómico e increíble.
La serie de pruebas irrefutables, comprobadas y documentadas con las que cuentan los verdaderos gardelianos, están a su disposición para su publicación si le parece conveniente. Se encuentran en la dirección www.gardelweb.com y parafraseando al magistral Juan Carlos Esteban, ponen punto final a la estafa.
Quisiera por este intermedio ofrecer a un público cultivado y amante de la verdad, una historia basada en hechos comprobados y no en fábulas producto de mentes calenturientas, motivadas por una estafa moral a la Historia, a Gardel, a su madre y a los millones de admiradores que hasta hoy, reverencian el recuerdo y respetan la memoria de quien se ganó por sus propios méritos, el apodo de El Máximo.
La mentira repetida se hace verdad. Viejo axioma que tuvo en Joseph Goebbels su más alto exponente y que hoy el gobierno uruguayo hace suyo para sustentar el ruin y mezquino negociado de Tacuarembó, la cuna de la vergüenza uruguaya.
El primer capítulo de esta fábula aberrante publicada en el Diario El Observador, mencionaba la extraña, sospechosa y extraordinariamente rápida campaña de uruguayización forzada llevada a cabo por estafadores morales con la increíble complicidad del Gobierno.
Para evitar correr la suerte del primer fabulador, un Avlis de triste memoria, se han realizado actos conmemorativos, colocado placas e inventado las más descabelladas teorías, para que esta vez, prenda la Gran Patraña del siglo.
Para de alguna forma, sentirse más importantes. Para emplumarse como pavos reales y pavonearse con glorias ajenas. Para aminorar, aunque sea minúsculamente, los estragos de la miseria moral que los carcome.
Porque muy poca vergüenza y nada de dignidad puede ostentar quien roba migajas de gloria ajena para engalanar su propia imagen. Se podría agregar un alto índice de cobardía, cuando el imputado no puede defenderse.
Las pruebas irrefutables, incontrovertibles y demoledoras del Gardel francés, único, eterno e inmutable, están a disposición de quien quiera leerlas, gracias al prodigio de Internet. Se encuentran en cualquier foro serio sobre el Tango y Gardel y muy especialmente en www.gardelweb.com
Fotos de Gardel con su familia francesa en Toulouse (¿qué demonios hacía un tacuaremboense por allí?), cartas manuscritas con la inconfundible caligrafía del Máximo, documentos probados y analizados por autoridades competentes, INCLUYENDO AL PODER JUDICIAL URUGUAYO, en fin, toda una parafernalia de pruebas reunida por verdaderos investigadores que echan por tierra definitivamente, cualquier intento de estafa moral por parte de los fabuladores.
Pero eso no se mira. No se ve. No conviene. Como tampoco convino el permanecer en el Congreso Quién es Gardel, cuando el agua comenzó a calentarse y las papas quemaban. En forma más que ruin y cobarde, la delegación uruguaya alegó otros compromisos para ausentarse. Las pruebas eran demasiado contundentes y efectuaron una retirada estratégica, para que nadie suponga que dispararon con la cola entre las patas.
Hasta un payaso venezolano que se hacía pasar por dotor y que les iba a proporcionar pruebas definitivas sobre la bayardábula, los dejó varados... Un triste manto de vergüenza cubrió a estos infelices estafadores morales.
Pero la vergüenza es un capítulo aparte, especialmente para los uruguayos que siempre la tuvimos y que ahora, radicados en el exterior, tenemos que sufrir el escarnio y la ignominia de que nos señalen como delincuentes o algo peor.
Ya no se hace tan difícil comprender el ruin negociado de Tacuarembó. Como entran algunos pesos mal habidos, vilmente estafados a la credulidad de los ignorantes, se pasan por alto los escrúpulos, la dignidad y como se dijo más arriba, la vergüenza.
Curiosamente, sobre el primer capítulo, la contra me trata de histérico. Ya habían catalogado a Alfredo Carlos Dighiero, figura consular del tango en el Uruguay como persona no grata. Disentir con la mentira, la falsía, el embuste y la estafa, es histerismo y no grato.
Pero no hacen mención en absoluto a las cuatro verdades que se les cantaron. No rebatieron ni una de las mentiras puestas al descubierto y mencionadas expresamente. Prefirieron explayarse acerca de la triste identidad del inventor de la bayardábula, cuyo legado a la posteridad fue la Gran Patraña del Siglo XX.
Tienen el descaro de mencionar vilipendio mientras sostienen una teoría aberrante y descabellada que califica a doña Berta, única y verdadera madre de Carlos Gardel, como una prostituta. Eso no es vilipendio. Ni tampoco una ruin cobardía al insultar falsa y tendenciosamente a una mujer que no puede defenderse. Eso es honorable.
Recuerdo que era un verdadero orgullo sentirse uruguayo en la década del 50, cuando se nos conocía por la Suiza de América, por el respeto a las leyes, una democracia libérrima y una conducta cívica por demás encomiable amén de un muy elevado índice de educación, algo extraño en América Latina. (Y por el Maracanazo, naturalmente)
Ese orgullo cede su paso hoy a la vergüenza. Vergüenza de comprobar que el máximo artista de nuestra música ciudadana es vilipendiado, el nombre de su madre arrastrado por el fango y se le pretende adosar una nacionalidad espúrea a los efectos de consumar el sucio negociado de Tacuarembó.
Quieren hacer uruguayo a Gardel de prepotencia. Sin ninguna prueba en absoluto, muy por el contrario, agobiados por pruebas que desmoronan la infame bayardábula, y aferrándose a un concepto aberrante firmemente apoyado en columnas de mentiras, falsedades e infamias.
Disculpe, don Carlos: Figuras de su calibre son usualmente vendidas por 30 dineros !!