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Celulares
El último grito de las comunicaciones
por Julio Dornel
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El mundo que nos ha tocado vivir a sufrido rápidas transformaciones y cambios acelerados lo que de alguna manera es saludable porque nos permite disfrutar de algunas cosas que de otra manera no llegaríamos ni siquiera a imaginar.
No dudamos que la nueva tecnología traerá muchos adelantos para la humanidad, pero tampoco dudamos que puedan crearle algunas dificultades si grupos minoritarios siguen manipulando la tecnología con otros fines, invadiendo el espacio de cada uno haciendo desaparecer la privacidad y manejando en forma indebida la vida de las personas.
Con la promesa de una vida mejor la electrónica nos ha invadido con sus máquinas conversadoras y computadoras de uso doméstico para que podamos trabajar, escribir o comunicarnos sin salir de nuestros domicilios
También queremos señalar que estos aparatos nos están desplazando lentamente de varias actividades. Han pasado siglos desde la edad de piedra y el hombre tras haber pasado por la radio y la televisión ha llegado a Internet que por el momento es el último grito de las comunicaciones.
Han transcurrido 132 años desde el momento que Alexander Graham Bell, inventara accidentalmente el teléfono, cuando en realidad estaba intentando crear un sistema de audición para sordos.
En 1876 revolucionó la humanidad con su célebre frase vía telefónica; “Por favor, venga señor Watson, le necesito”Muchos sistemas y aparatos han pasado por la historia hasta que llegamos a la telefonía celular de nuestros días, donde los alambres también se quedaron en la mejor historia de las comunicaciones.
Toda una revolución que ha culminado con el celular, los juegos electrónicos, el control remoto y las modificaciones casi diarias de los mas variados aparatos.
Nacido en Edimburgo en 1847 y fallecido en Canadá en 1922, Alexander abandonó sus estudios musicales cuando contaba con 16 años de edad.
Se encontraba en Londres cuando por razones de salud emigró para Canadá donde se dedicó a enseñar a los sordomudos el leguaje de los signos.
En 1873 fue nombrado profesor de fisiología vocal de la Universidad de Boston. Trataba de encontrar un sistema de audición para los sordos cuando logró la invención del teléfono en 1876 alcanzando un éxito rotundo y el reconocimiento mundial.
Han pasado muchos años y de poco sirven las evocaciones cuando podemos disponer de la nueva tecnología que diariamente va cambiando nuestras costumbres.
No podemos negar que los nuevos aparatos facilitan las comunicaciones desde los lugares más insólitos, desde los cuales nunca hubiéramos imaginado establecer una comunicación. Nos permiten avisar cuando estamos llegando o saliendo de una reunión, que estamos con desperfectos en la ruta y controlar otras situaciones a distancia.
Pero como todo en la vida también tiene sus inconvenientes; para los jóvenes fundamentalmente por sentirse vigilados permanentemente por los padres que quieren saber donde se encuentran, con quién están y a la hora que están regresando a casa.
También están los enamorados o maridos celosos que pretenden ejercer un férreo control mediante el celular sin tener en cuenta que nunca podrán saber lo que está sucediendo del otro lado.
Tampoco resulta conveniente dejar el celular para recibir llamadas cuando nos encontramos en el cine o durante una conferencia.
Tampoco es correcto atender una llamada en celular ajeno o mantener una conferencia cuando se está dirigiendo.
Y finalmente lo que sucede normalmente, la batería nos indica que está “baja” en los momentos que más necesitamos mantener la comunicación.
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