Sueldos, gastos e inversiones
	por Luis Alberto Lacalle Herrera

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            Esos son los principales rubros de un presupuesto y, por lo tanto de una Rendición de Cuentas, que no es más - o no debería ser más - que un ajuste de aquel. De acuerdo con las posibilidades de caja y en funicón de las orientaciones y preferencias de cada gobierno, estos rubros pueden variar, relativamente, muy relativamente. Sobre todo, el de sueldos, es de muy escasa elasticidad. Pero como acto de gobierno complejo, tanto el presupuesto como su ajuste, deben de ser mirados y considerados en su totalidad. Se trata de la ley instrumental de una administración, podría decirse que es la ley-programa de cada gobierno, al cual le corresponde aprobar solo un presupuesto en cada administración.

            Todas estas reflexiones vienen a cuento con motivo de las idas y venidas que se han hecho públicas con motivo de la aprobación de la Rendición de Cuentas y la crisis política que fracturó por un momento la fachada (aparentemente) monolítica del Frente Amplio.

            Dos consideraciones al respecto. La primera con relación a la extraña fascinación que ejerce sobre algunos el tema de la cuantificación del gasto. Luchas y escaramuzas de vieja data se libran acerca de si es el 3,9% o el 4,8% a cualquier otro guarismo. Típico tributo uruguayo pagado a las formas y al logro de metas en el papel. Casi nadie ha introducido en el tema el aspecto cualitativo del gasto, es decir el análisis de “cómo” se gasta en lugar del "cuánto" se gasta. Nadie plantea si lo que llega a la ANEP y a la Universidad está bien o mal gastado. Ni siquiera el saber si gastan todo lo que se les adjudica. Se ha sabido, por boca del Diputado José Carlos Cardoso, que se devuelve a Rentas Generales hasta un 20%, no utilizado, en el rubro inversiones. El Ministerio de Educación devuelve casi el 40%, la Universidad otro 20 %, siempre en inversiones. O sea que se lucha por un tanto por ciento, se libran batallas que hacen temblar al gobierno por llegar a una cantidad, para que luego los administradores le devuelvan al Ministro Astori, una tajada. Con razón el baqueano Ministro afloja, sabiendo que la incapacidad de las autoridades de la enseñanza le devuelve - de callado - una buena parte de lo que parece conceder.

            Hoy la solución frentista es bajar en inversiones para aumentar otro rubro. No se gobierna así, no son elásticas las partidas. Si no hay un mínimo de inversión, no se hace una gestión seria de gobierno. Con ese criterio solamente se pagarían sueldos con lo que se recauda, todos los funcionarios contentos pero el país en mayor crisis que la actual. Muy astutamente, el Cr. Astori ha dicho que será el Presidente Vázquez el que dirá donde se recortan las inversiones. No creemos que el primer mandatario entre en corral de ramas…

            Entre tanto, si este era el famoso cambio, ¡basta!, volvamos a los que saben…