Análisis de Actualidad |
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por Graciela Vera
Periodista independiente
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Todos los esfuerzos y preocupaciones de España están puestos en la avalancha incontrolada de inmigrantes provenientes del África subsahariana, que reciben desde principios de año las Islas Canarias.
Más de 30.000 en los últimos 6 meses y, como si la llegada en cayucos y pateras fuera una minucia; se interceptó un buque proveniente de ¡vaya uno a saber de dónde! con casi trescientos asiáticos a bordo intentando llegar a esta especie de tierra prometida en la que parece haberse convertido España.
En estos momentos comprendemos que poco pueda el gobierno de Zapatero, acordarse de nuestro país y de resolver el diferendo sobre el Tratado de 1870 y nos damos cuenta de que este alud de mano de obra barata que no es aceptada por ilegal, no favorece nuestros intereses.
Los inmigrantes llegan muchas veces exhaustos luego de varios días sin comer ni beber. Algunos mueren en el trayecto; otros, como hemos visto con aprehensión a través de la pantalla del televisor, apenas si han puesto el pie en tierra antes de perder lo más importante en aras de la ilusión de una vida mejor.
Ya no asombra ver titulares como éste:
MÁS DE VEINTE PERSONAS SIGUEN DESAPARECIDAS TRAS UN NAUFRAGIO
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Hallados 28 cadáveres en las costas del Sáhara y otros 12 cuerpos en Senegal
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Los cadáveres de 28 emigrantes ilegales subsaharianos fueron hallados en la costa atlántica de la provincia de El Aaiún, en el territorio del Sahara Occidental, informaron este martes fuentes oficiales.
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Ni fotos como ésta
Es el precio que están dispuestos a pagar, a más de mucho dinero, por llegar.
¿Pero a dónde llegan o pretenden llegar?
No todos vienen con la idea de quedarse en España. Éste es apenas el primer paso hacia el resto de Europa.
¿Pero qué Europa los recibe?
Cuando llegan, porque no todos lo logran, les reciben los centros de acogida en donde esperarán su repatriación.
Europa los rechaza; los gobiernos han cerrado las puertas a la inmigración ilegal y se aprestan a blindar las entradas.
Los intentos de ingresar son desesperados. Las rutas cambian mientras los guardacostas y radares extienden sus áreas de vigilancia.
Italia se dice agobiada. En la otra punta del Mediterráneo, España clama por ayuda para controlar el permanente empuje de una marea humana que necesita de todo.
Los centros de acogida están saturados. Los voluntarios de Cruz Roja se sienten desbordados.
Decir que en los de Canarias no quedan camas disponibles sería tentar a la carcajada irónica.
La realidad es mucho más dramática: no queda suelo libre para tender otra manta donde dormir.
En España, la vigilancia de las costas en la zona del Estrecho, el lugar donde la distancia entre el continente africano y el europeo es menor, desplazó poco a poco los intentos hacia oriente y a medida que lo hacía, el viaje se endurecía.
El control por radares cubre ahora todo el sur de la península quizás por ello este mes, por primera vez una patera arribó a las islas Baleares, frente a las costas catalanas.
Un escaso control, pero control al fin de Marruecos sobre sus costas hizo que los inmigrantes buscaran lugares de partida cada vez más al sur, cada vez más lejos, obligándose a la navegación en pleno Océano Atlántico.
Desde allí la Europa más cercana resulta ser Islas Canarias y hacia allí se encaminan las elementales barcazas sin dejar de ser intentadas otras rutas a través del Mediterráneo.
España llevó al lugar guardacostas que en realidad, más que impedir la llegada de cayucos, han contribuido a ayudar a salvar cientos de vidas humanas.
En las últimas semanas se ha iniciado un nuevo ciclo de llegadas en el este de la costa Andaluza, concretamente a las de Almería y Granada.
Los inmigrantes arribados a las costas almerienses en un mes han superado el millar y el número de pateras suman más de cien.
Un buen número de los llegados son menores, mujeres y bebes. Los primeros se acogen en los centros de menores inmigrantes pero también en la provincia éstos han quedado saturados. Granada recibió en muy pocas horas 73 menores y Almería casi cien que se suman a los que ya se encontraban internados y a los que vendrán, porque nadie duda que seguirán viniendo.
España ha apuntado a negociar con los países involucrados para acelerar la repatriación.
En algún momento se habló de evitar la emigración de africanos a partir de ayudas económicas para el desarrollo de las naciones del continente pero lo cierto es que se habla más de repatriación que de ayudas, de cierres de fronteras que de remesas y de ilegales que de desesperados.
El gobierno de España ha apostado por implicar a la Unión Europea en la lucha contra la inmigración.
Entre pedidos como el que esta semana hizo el presidente del Gobierno de Canarias, solicitando a la Comisión Europea que la misión para el control de la inmigración de la agencia europea ‘Frontex’*1 se amplíe no solo en personal y medios sino también en el tiempo.
Por otra parte y ante las acusaciones del Partido Popular*2 y ahora de sus socios de la Comunidad de haber causado un efecto llamada con la última regularización, el gobierno de España asegura que no habrá otras regularizaciones masivas.
Reiteradamente desde sus filas se vienen lanzado mensajes como que debe quedar claro que todo aquel que entre irregularmente en España, tendrá que salir.
Se ha dicho también en forma reiterada que el Ejecutivo está trabajando, en lo que será un trabajo de tiempo, para garantizar las repatriaciones, para que todo aquel que esté en España lo haga cumpliendo la ley.
La otra cara es que España se ha convertido en los últimos años como la principal puerta de entrada a Europa para los inmigrantes latinoamericanos (que en gran mayoría se quedan) por afinidad e idioma y, por cercanía para los inmigrantes africanos.
*1 – El director de la Agencia Europea de Fronteras Exteriores, Ilkka Laitinen acaba de anunciar el martes pasado que la Agencia triplicará su presupuesto y duplicará su personal en los próximos cinco años.
En cifras reales que resultan de su notificación los datos se traducen en 46.8 millones de euros y 134 funcionarios para el año 2011.
Sin embargo en lo que puede interpretarse como un freno a las aspiraciones españolas, ha destacado que la responsabilidad en la gestión de las fronteras exteriores sigue siendo de los Estados miembros y que Frontex (nombre oficial de la Agencia) puede colaborar pero no solucionarles los problemas de la inmigración ilegal.
Actualmente la Agencia participa en 28 operaciones además de la que desarrolla en las costas canarias, coordinando la labor de patrullaje de España, Italia, Portugal y Filandia.
*2 - El Partido Popular propondrá una política de inmigración alternativa a la que viene realizando el Gobierno del PSOE, la que dará a conocer y analizará en forma abierta este fin de semana a través de una serie de conferencias y mesas de trabajo.
El líder del PP, Mariano Rajoy acusó al gobierno de haberse quedado sin política de inmigración al no poder defender el slogan de ‘papeles para todos’.
¿Tendrá el PP, que durante su gobierno no lo reconoció, en cuenta el Tratado de 1870?.
Almería, el sur del norte, octubre 6 de 2006
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