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Año III - Nº 202
Uruguay, 06 de octubre del 2006
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caggiani Una compra muy directa
por Javier García
 
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El control del espacio aéreo uruguayo es una catástrofe. Por nuestro cielo se vuela mucho, y nos enteramos poco. Los controles que se pueden hacer son, de acuerdo a la tecnología que se dispone, de aquellas aeronaves que tienen voluntad de ser rastreadas. Si los pilotos de estas aeronaves "apagan" este mecanismo nadie en Uruguay se entera que están volando. De allí a utilizar esto con fines delictivos hay un paso.

Para empezar a solucionar esto es necesario invertir en tecnología que hoy no se dispone en el país y que además es costosa. La necesidad de tener controlado el espacio aéreo para evitar que sea un festín para el crimen organizado o para mejorar la seguridad de la navegación aérea, nadie la puede discutir.

Cuando el pasado año el presidente Vázquez viajó a España, la noticia al retorno fue que este país donaría los radares.

Era una importante novedad por lo que supondría contar con esta tecnología, de la cual aquel país dispone y vende, pero además porque la donación nos ahorraría una cifra millonaria. Desde el año 2000 en que Uruguay comenzó negociaciones, los precios manejados rondaban los U$S 10 millones.

Sin embargo el Poder Ejecutivo incluyó en la Rendición de Cuentas que se está discutiendo un crédito por U$S 25 millones con destino a la Fuerza Aérea, para la compra de los radares, precisando detalladamente las cuotas año por año hasta el 2009 que se volcarán para ésta. Antes de saber quién sería adjudicataria ya se sabe el monto de las cuotas.

15 millones más de valor no es poca cosa, pero además la pregunta que queda rondando es ¿no es que España los iba a donar?

Astori consultado en el Senado volvió a hablar de diez millones y desde el Ministerio de Defensa se lo corrigió multiplicando por dos veces y media la anterior cifra.

Las dudas comenzaron a surgir, no como dijimos con la necesidad, sino con el procedimiento de compra y además con la modificación de los montos.

El gobierno decidió también dejar de lado un proceso licitatorio y hacer una compra directa para lo cual emitió un decreto en el mes de agosto eliminando los requisitos exigidos hasta ese momento y posteriormente otro adjudicando a una empresa española la compra.

Se contestó desde el oficialismo que todo estaba motivado por algunos presidentes, que concurrirán a la próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se realizará aquí en noviembre, que por razones de seguridad exigían la instalación de radares.

Pero resulta que los radares que se compran por ese motivo ya se sabe que es imposible que estén colocados en esa fecha y además en las condiciones que puso el gobierno nunca figuró el plazo de instalación.

Si no estarán colocados para la fecha que motivó la urgencia de la compra sin proceso licitatorio, ¿qué razón hay entonces para adjudicarlos directamente y por una cifra que es más del doble de la que se hablara originalmente?

Desde hace meses se sabe que Uruguay cubrirá la reunión presidencial con radares que le serán prestados. Sin embargo por la cumbre comprará directo lo que no usará en ésta.

Si el Frente Amplio estuviera en la oposición denunciaría esta compra como sospechosa y diría que aquí alguien se la llevó.

Como no compartimos la política chatarra que denuncia y ensucia sin pruebas, vamos a investigar esta compra, que supera el presupuesto de toda la Fuerza Aérea.

Es mucha plata, muchas dudas y mucho dedo.

"Si no estarán listos para la fecha que motivó la urgencia, ¿qué razón hay para adjudicarlos directamente y por una cifra que es más del doble?"

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