La locura argentina y Jaime Ross, agachadito a medias por Helena Arce

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          Sabido es que la música Jaime Ross ha sido, y será sin duda, de las preferidas de mi familia. Seguirá siendo su música pues no cometemos la locura de confundir a nuestros artistas con dioses, obvio que por mejor músico que sea, es lógico y normal que como ser humano tenga falencias.

          No hay duda que las amenazas recibidas de los piqueteros de Gualeguaychú, son “producto de la locura de estos tipos”, como  bien dice en su carta. Obviamente Jaime Ross, así como cualquier otro  artista pueden y deben presentar su música en nuestro país y en cualquier otro, donde lo estimen conveniente.

          No voy a gastar teclas ni tiempo en opinar sobre la pataleta de los piqueteros de Gualeguaychú, por el concierto que la empresa Botnia organizó para los ciudadanos de Fray Bentos en esa ciudad. El colmo de todos los colmos sería tener que pedir permiso para realizar un evento cultural en territorio uruguayo. Excede todos los límites de las impertinencias inimaginables, por ello no requiere ni siquiera un comentario de mi parte.

          Sin embargo si merece comentario, los amagues que percibo de Jaime Ross tanto en su carta, como en los trascendidos sobre su pedido de tapar el logo de Botnia en el escenario donde actuaba.

          Para empezar es inaudito que acepte participar en un concierto organizado por una empresa, y pida que la empresa tape el logo cuando el va a actuar. Imagino que al cobrar el cheque por su actuación no habrá pedido que el dinero fuera en efectivo negándose a aceptar un cheque de la empresa. Pues imagino que gratis no actuó y no tengo dudas que el dinero para pagar la actuación debe haber venido de las arcas de la empresa finlandesa. Lo cual me parece correcto, sin embargo me avergüenza que uno de los representantes de la cultura uruguaya, a quien admiramos los uruguayos por como relata en sus canciones nuestra vida y costumbres, tenga tan vergonzosa actitud.

          Estamos de acuerdo sobre el hecho de que puede actuar donde quiera sin necesitar pedirle permiso a nadie, más cuando eso sucede en su país, nuestro país, pero no entiendo bajo ninguna circunstancia el pedido de tapar el logo de la empresa en el escenario. Me gustaría como una de sus principales admiradoras, además de hija del mismo país, lograr una explicación de Jaime Ross al respecto.

          Por otro lado, en su carta donde contesta a los piqueteros argentinos poniéndolos en su lugar, el artista manifiesta: "Hemos decidido no hacer comunicados ni dar notas a la prensa argentina. No tenemos por qué dar explicaciones por tocar en nuestro pueblo", afirmó Roos. "Es un festival para la gente de allí, seguramente irá todo el pueblo (son siete artistas conocidos), se juntarán alimentos para escuelas, no es en la planta de Botnia".

          Entonces yo me permito preguntarle al Sr. Ross ¿Cuál sería el problema que el festival fuese en BOTNIA? ¿Usted se hubiese negado a tocar? Por si no se enteró el festival fue organizado por BOTNIA, y el dinero para pagarle a usted y a los demás artistas lo puso BOTNIA. Por lo tanto no entiendo o no quiero entender sus explicaciones.

          ¿Piensa usted que la fábrica contamina, que no debiera instalarse? Entonces lamento decirle que sin duda tienen razón los piqueteros argentinos, usted le vendió su alma al diablo.  Si tocó allí es porque era un concierto para su gente organizado por una empresa que le da trabajo a nuestro pueblo, y además porque le pagaron, con eso alcanza, lo demás que dijo e hizo sobra.

          No termino de entender su justificación respecto sobre la existencia de  más artistas, el juntar comida para las escuelas y la ubicación del concierto. Usted puede tocar donde quiera, estos tipos están locos, lo mismo si el artista que tocó fuese usted solo, a que hubiesen más artistas. Da lo mismo que el espectáculo fuese en una escuela, la plaza o en la planta de Botnia.

          Me parece muy poco adecuado.  Al justificarse da la impresión de no querer quedar tan mal, algo así como actúo, pero les doy la posibilidad de pensar que en el fondo estoy de acuerdo con que opinen sobre lo que sucede en nuestro país.  Y lamento profundamente que la empresa, haya respetado su deseo, hubiese preferido que le dijeran que si no soportaba el logo de la empresa no tocara. Porque eso lo hubiese puesto en su lugar, vergüenza me da su actitud.