Hablando en plata
Las verdaderas razones argentinas

* Manuel Flores Silva

Estamos frente a un contencioso que parece enfrentar a la República Argentina, a la República Oriental del Uruguay y a la República Occidental Piquetera, la que está violando el derecho internacional y poniendo las condiciones a las otras dos, suplicantes ellas. A nuestro juicio lo primero que el Estado Oriental debe hacer es poner en su lugar a estos últimos y militarizar eventualmente los puentes que han sido agredidos. El poder es un diablo del que es tan grave abusar como el rehuir su ejercicio cuando es preciso. Pero vamos al problema de fondo.

Para entender la Argentina

Según se puede ver en el cuadro adjunto, la Argentina tuvo 37.000 millones de dólares de inversión extranjera en el trienio 1998-1999-2000 y tan sólo algo menos de 9.000 millones en el trienio 2003-2004-2005. Bajó a la cuarta parte en un mundo donde todos los países obtendrán prosperidad si tienen éxito en la licitación universal por inversiones, la pugna básica de la globalización. Por lo demás, los asesores de la banca internacional explican a quienes los quieran oír que no hay que invertir en la Argentina por los próximos 10 años. El manejo atrabiliario del poder que hace Kirchner fascina a los argentinos portadores del gen autoritario rosista/peronista- pero sólo a los argentinos. Argentina se enfrenta a un vacío de inversionistas y ese es un dato clave para entender lo de las papeleras.


En efecto, si se observa el cuadro, Argentina bajó a la mitad la Inversión extranjera por habitante en los últimos 3 años en relación al bastante buen promedio de 15 años y a la cuarta parte en relación a su mejor trienio (1998-1999-2000). Pero Uruguay, que raquíticamente tiene menos de la mitad de Inversión extranjera por habitante que la Argentina en el período de 13 años considerado, en el último trienio por primera vez pasa a la Argentina. Con las papeleras le pasaría a dar una paliza. Salvo que, como bien ha escrito en estas páginas Antonio Ladra, Argentina logre quebrar a Uruguay en lo más grave para los inversores extranjeros que es que un Estado viole unilateralmente los contratos, cosa en que incurriría Uruguay con cualquier forma de suspensión de la construcción de las plantas. Chile, a su vez, casi duplica su Inversión extranjera por habitante en el último trienio en relación al promedio de los últimos 15 años. Y México se mantiene en el último trienio mientras Brasil desciende moderadamente. La que desfonda es Argentina. He ahí el problema.

Por otra parte hay que tener en cuenta un factor que bien resumió el columnista de América Economía Gustavo Stok. El pago de hace un par de meses de la deuda al FMI fortaleció a Brasil (pagó U$S 15.500 millones) y debilitó a la Argentina (pagó U$S 9.800 millones). El Producto Bruto Inteno brasileño anual es tres veces y media más grande que el argentino.

No me resisto a transcribir algunas referencias de Stok. Dice: "Mientras Brasil redujo sustancialmente su prima de riesgo y sueña con que el pago al Fondo constituya otra señal de confianza que vaya reduciendo sus altísimas tasas de interés internas, en Argentina el golpe ahondó todavía más las dudas de los mercados internacionales y hay quienes sostienen que el país deberá convivir con un nivel de riesgo mayor en los próximos años ". Stok cita a expertos: "'Que Brasil le pague al FMI es una etapa natural de su proceso económico y es una demostración más que se graduó en algunas materias tras años de esfuerzos', dice Guillermo Mondino, economista jefe de Lehman Brothers, en Nueva York. 'En cambio, que Argentina pague es un apresuramiento, otro tropezón del presidente que tomó una decisión cuando nada desde la perspectiva económica lo sugería'.

Mientras el índice de riesgo país de Brasil medido por J.P. Morgan Chase cayó sustancialmente tras el anuncio de pago --de 330 puntos a comienzos de diciembre a 264 puntos a fines de enero, el menor nivel de la historia--, el de Argentina subió en los días siguientes de conocerse la noticia para luego estabilizarse en 480 puntos.

Para Caio Megale, economista socio de Mauá Investimentos, en São Paulo 'Mientras Brasil tendrá un superávit estimado en la balanza de pagos de 10,000 o 12,000 millones de dólares; en Argentina, en cambio, la balanza de pagos será deficitaria en 2006', 'Salir a comprar dólares puede empujar hacia arriba la inflación, el principal problema de Argentina', dice Ricardo Amorim, director de investigaciones de inversiones para América Latina de WestLB, en Nueva York. 'En algún momento el Banco Central tendrá que dejar apreciar nominalmente el peso --lo que significaría no seguir comprando dólares-- o elevar significativamente el nivel de la tasa de interés'.

No es el único temor. 'La diferencia más importante es que, tras el pago al FMI, Brasil no disminuyó la capacidad de pago para hacer frente a la deuda con los acreedores privados', dice Amorim. 'Argentina, en cambio, redujo mucho sus reservas internacionales y también su capacidad de pago a los acreedores privados en los próximos años'".

La estrategia argentina

El modo que ha tenido Kirchner de aguantar la cosa es hacerle comprar a Chávez 3.000 millones de dólares de bonos. En suma, a la Argentina, además del vacío de inversores, le espera aumento del riesgo país aleja más a los inversores-, problemas en las reservas y dificultades nuevamente para pagar a los acreedores, aumento de las tasas de interés e inflación. Contra ese desastre que se avecina Kirchner tiene un voluntarismo "monto" que le impide ser racional pues, como es para todos evidente, tiene un ojo siempre puesto en el aplauso de la tribuna. Y ese ojo está con susto.

Claro que la inversión en las papeleras pasa a ser muy importante. En su última columna a favor de Uruguay- el prestigioso Joaquín Morales Solá desliza: "Sin duda, la reunión de Kirchner y Tabaré Vázquez fue la mejor novedad de los últimos tiempos, haya sido milagro de Lagos o de la nueva presidenta chilena, Michelle Bachelet. Hasta podrían poner en estudio la propuesta de Roberto Lavagna, para que las papeleras incluyan a la Argentina con la segunda fase de la producción, la de papel y cartón.". (Fuente: La Nación, 12/03/2006).

En sentido parecido, las declaraciones de las autoridades suecas, empezando por el propio Embajador sueco Arne Rodin, cuando inauguraron la oficina comercial de ese país en Buenos Aires, hace un par de semanas, fueron muy alentadoras en cuanto a que Stora Enso, la más grande de todas, se instale en Argentina. Es decir que la acción de los muchachos de la República Occidental Piquetera es funcional a lo que en realidad es una cruda disputa por inversión papelera. Lo que Argentina busca son las pasteras de celulosa, o un pedazo de las pasteras o una compensación de los países nórdicos poniendo pasteras en Argentina o, cuando menos, una parte del proceso industrial (el valor agregado de pasar de la pasta al papel en territorio argentino). Desesperadamente inversiones. Lo demás es verso. Con música entrerriana, tradición aprendida cuando Buenos Aires hizo "cretino útil" a Pancho Ramírez contra Artigas. Y después lo derivó a la muerte. No doy un vintén por el futuro de Busti al que, luego de usar, Buenos Aires va a culpabilizar de todo.