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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 389 - Uruguay, 07 de mayo del 2010 |
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El título es la respuesta a la nota periodística publicada el 3 de mayo en Ultimas Noticias, “Desde la izquierda promueven la eliminación del Liceo Militar”, en el cual se cita textualmente al dirigente “histórico” del MLN, Julio Marenales, que piensa hacer “una propuesta para suprimir el Liceo Militar”. Yo al título le agrego “General Artigas”, el pionero fundado en 1947, que continúa funcionando en Camino Castro 290, aunque en su momento llegaron a haber otros cinco. Tengo el orgullo del pertenecer a la Generación-1976 de dicha insigne institución, que lleva el nombre de dos de nuestros camaradas Villalba-Serrón, fallecidos en actos de servicio a la Patria.
Soy uno de los tantos egresados que no siguió la carrera de las armas, aunque la formación recibida en el Liceo Militar General Artigas ha sido muy importante en mi vida. Hoy me encuentro radicado en México desde 1991, dedicado a la docencia, el periodismo y la literatura. Después de 34 años de egresados y gracias a las “nuevas tecnologías”, nuestra Generación- 1976, vuelve a estar en contacto. Obviamente algunos están en Uruguay, otros en el extranjero y lamentablemente varios fallecieron. Volviendo a la nota periodística de Ultimas Noticias, en la misma se cita al Señor Daniel Berrutti, Secretario Departamental del PCU y miembro del Comité Central del Partido Comunista del Uruguay. “Si queremos integrar a las Fuerzas Armadas (FFAA), tenemos que empezar por el Liceo Militar”. Pobrecitos, que peso cargan en sus espaldas los 600 jóvenes alumnos del Liceo Militar, si en ellos recae la “responsabilidad” de lo que el Sr. Berrutti considera la problemática de la integración de las FFAA a la sociedad. Posteriormente dice: “Esos muchachos tienen que estudiar con el pueblo en un liceo común y después hacer la carrera militar si quieren. No hay liceos especiales para los que van a estudiar Medicina o Arquitectura. Debe tomar en cuenta el Señor Berrutti que quienes desean estudiar Medicina o Arquitectura, cursan bachilleratos con esas orientaciones, mientras que en la órbita militar sólo es posible a través del Liceo Militar General Artigas, donde el alumno/a sólo recibe un barniz de algunas actividades inherentes a la vida militar. Por otra parte es importante hacer notar, que los alumnos/as del Liceo Militar General Artigas, son parte del pueblo, los hay de todos los puntos geográficos del país, de todas las razas, sectores socio económicos citando a los mercadólogos e incluso diferentes ideologías políticas.
En otra parte de la nota periodística sostiene: “No se puede pensar en integrarlos a la sociedad cuando están separados desde el comienzo de su educación. Son como un Rottweiller que sueltan cuando lo entienden necesario”. Error de concepto, no se está separado de la sociedad, en el caso de los alumnos internos sí, la razón son de otros departamentos y se les provee de alojamiento y alimentación. Todos internos y externos, están sujetos a un sistema disciplinario en el cual se pierde derecho a salidas con licencia en el caso de cometer faltas al reglamento. Por otra parte no son “separados al comienzo de la educación”. La educación inicia en preescolar, continúa en primaria y luego llegamos a secundaria donde encontramos al Liceo Militar. Se ingresa al mismo por elección, la joven o el joven que lo hace, luego de cumplir con las pruebas de selección, está cumpliendo uno de sus “sueños” en la vida. Quizás y disculpen mi irreverencia si el General José Artigas en su adolescencia hubiese tenido la opción de concurrir al Liceo Militar, no tengo dudas habría pasado por allí. Transcribo una parte de “Artigas en su Juventud” de la Biblioteca Artiguista: “El cerebro juvenil de Artigas no se había contaminado con las ideas suicidas de los que únicamente piensan en la holgazanería, en las diversiones, en el juego o en cosas fútiles, cuando no perjudiciales a la salud física y moral del ser humano. Quería hacerse hombre, moldeado en el yunque del trabajo, para poder abrirse paso por sus solos esfuerzos en el árido sendero de la vida, a pesar de que le hubiera sido cosa fácil llevar una existencia regalada, sin el menor sacrificio ni sinsabores, al calor del lar doméstico. Retomando lo dicho por el Señor Berrutti, debo decir que me parece muy desacertada e hiriente la “metáfora” de “perros rottwailler” ¿Con ese respeto se refiere a los jóvenes estudiantes del Liceo Militar General Artigas? ¿Tiene usted derecho a hablar de educación y de querer suprimir una institución educativa, cuando en su desafortunada comparación no la demuestra? Ya que estamos en épocas de pedir disculpas, sería bueno que se las diera a esos alumnos y sus familias. En la nota periodística también se habla de los docentes, la gran mayoría de ellos, al menos en mi época, eran civiles. El legislador Bayardi sostiene que durante su gestión al frente del Ministerio de Defensa, tomó contacto con las autoridades de Secundaria para incluir al Liceo Militar entre los públicos disponibles para la selección de horas, pero no llegó a concretar un acuerdo porque se encontraron dificultades, administrativas. Aclaró que para hacer el cambio, los docentes deberían acatar las normas de la institución, que implica respetar la exigencia de no faltar, comenzar y finalizar las clases en hora y establecer una estricta disciplina en el reracionamiento con los alumnos.
Esto me da para reflexionar, visto la situación en la mayoría de las secundarias públicas y los bajos resultados de aprovechamiento, (30% de reprobación) los niveles de ausentismo en los docentes muy elevados, por qué este sistema que no es militar sino “responsabilidad y compromiso” no se “interpola” del Liceo Militar General Artigas” al resto de las instituciones de enseñanza secundaria de nuestro país. Esos maestros si educan con el ejemplo, así nos formaron. Por otra parte en lo referente al “estricto relacionamiento con los alumnos”, cito una frase de Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el Che, que seguramente el Sr Bayardi conoce muy bien: “Hay que endurecerse sin nunca perder la ternura” La relación maestro alumno en el Liceo Militar no es autoritaria, prima en ella el respeto mutuo como en Ariel de José Enrique Rodó. Una actividad docente que se identifica con el siguiente pensamiento del General Ubaldo Genta, no sólo un gran militar sino también extraordinario poeta: “En la docencia debe primar la razón sobre el sistema rígido, lejos de presentarse como un dogma debe procurar el análisis, la discusión y el sano apasionamiento” Volviendo a la nota periodística, quizás el Señor Julio Marenales es un ejecutor del plan que dio a conocer el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, sobre la eliminación del Ejército en Uruguay. O quizás es un nostálgico y quiere revivir lo que el nazismo llamó la “solución final”, ya que refiriéndose a la incorporación de los militares a la sociedad externo: “o los llevamos a todos a la cámara de gas o tenemos que aceptar que están ahí”. No me voy a poner a polemizar con los “guardianes de la idea” de acabar con el Liceo Militar, por qué seguramente la vienen guardando desde hace mucho. Sus argumentos no son válidos, es más son fácilmente rebatibles. Pero comparto con orgullo la poesía titulada Generación-1976 que ilustra las vivencias de un grupo de jóvenes orientales que comparten el orgullo de ser ex-alumnos del Liceo Militar General Artigas, y sirva la misma como el mejor argumento de por qué no se debe eliminar al Liceo Militar.
Compartir este artículo en Facebook © Lic. Washington Daniel Gorosito Pérez para Informe Uruguay
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