Las elecciones municipales por Oscar Almada

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Las Normas

         El próximo domingo 9 se realizan las elecciones municipales, de sufregio obligatorio, que la última reforma constitucional separó de las nacionales aunque tan solo por seis meses, lo que prácticamente invalida dicha presunta independencia, ya que como es obvio todavía nos encontramos bajo el influjo de éstas y de su propaganda; una verdadera separación debió prever dos años y medio de margen, para que además las municipales fueran de algún modo un termómetro de la opinión pública prevalente a mitad del ejercicio, tal como ocurre en muchos países.

         Como es normal, se elige al Intendente Municipal y a la Junta Departamental.  En Canelones, en esta etapa, hay 358.666 habilitados, los que tendremos que optar entre siete candidatos para el primero de dichos cargos: Marcos Carámbula, por la reelección, por el FA; Luis Lacalle Pou y Daniel Peña por el P.Nacional;  Diego Iglesias y Sergio Perrone  por el P.Colorado; la Ing.Pamela De Lucía por el P.Independiente, y Milton Franco por la Asamblea Popular.

         Pero la novedad está constituida, en el caso, por disposición de la ley 18.567 de 2 de setiembre de 2009,  por la elección de los llamados Concejos locales, integrados por cinco miembros, que sustituirán a las anteriores Juntas Locales, y que tienen como decimos carácter de electivos; el primer candidato de la lista que resulte electa será el llamado”alcalde” y presidirá el organismo (además de ser miembro rentado). Esta elección se hace por listas separadas respecto de la de Intendente y Junta Departamental, pero dentro del mismo lema, o sea, que no se podrá elegir Intendente de un lema y concejales de otro, lo cual reduce en alto grado la autonomía de los llamados “municipios” y el alcance de los derechos de la población.  (En Las Piedras, al menos, esta dependencia queda subrayada por el hecho de que la propaganda en el caso del FA se está haciendo con el acompañamiento musical del famoso y murguero “Vamos Pepe”, que adecuado a la candidatura presidencial en su momento, nada debería tener qué ver con las municipales).  Se podrá votar sólo a Intendente y Junta, o sólo a Concejo, o a ambos, pero no se podrá cruzar listas.

         Se han formado, en efecto, en cada departamento, los llamados “municipios”, o sea, áreas de administración presuntamente descentralizada, y que incluyen, en su caso, las viejas Juntas Locales Autónomas Electivas de San Carlos, Bella Unión y Río Branco. Va a haber “concejos” en los municipios de más de 5.000 habitantes, y en los de más de 2.000 pero que constituyan unidades con personalidad social y cultural e intereses comunes. O sea,  virtualmente el límite será de 2.000 habitantes, lo que deja escasísimas localidades afuera. Se ha alcaldalizado el país, pero es más el ruido que las nueces.  En Canelones, por de pronto, existirán ya de entrada, de acuerdo a resolución de la Intendencia de 24 de diciembre de 2009 y decreto de la Junta Departamental de 30 del mismo mes y año, veintinueve municipios,   o sea:     Canelones, por ser la capital departamental; Atlántida, Barros Blancos, Ciudad de la Costa, Empalme Olmos, La Floresta, La Paz, Las Piedras, Los Cerrillos, Nicolich, Pando, Parque del Plata, Paso Carrasco, Progreso, Salinas, San Jacinto, San Ramón, Santa Lucía, Santa Rosa, Sauce, Suárez, Tala y Toledo, por tener más de 5.000 habitantes, y Aguas Corrientes, Migues, Montes, San Antonio, San Bautista y Soca, por ser “unidades con personalidad....”. En total 29 alcaldes con cuatro concejales cada uno.

         La ley referida ha sido reglamentada parcialmente por la Corte Electoral, (y debemos agradecer a nuestro amigo y lector Nelson Dos Santos el alcanzarnos el material informativo respectivo). En lo que respecta a nuestra jurisdicción de Las Piedras,  no tenemos aún el elenco total de candidatos al Concejo local, o sea, a Alcaldes y concejales, que son muy numerosos en cada lema. 
           
         La Ley 18.567 define a los “municipios” como un “tercer nivel” de gobierno y administración: suponemos que el primero sería la República, el segundo cada departamento y el tercero cada municipio. Y en el art., 3 establece que son “principios cardinales del sistema de descentralización local”, entre otros, “la preservación de la unidad departamental territorial y política, y la gradualidad de la transferencia” de atribuciones de poderes hacia los Municipios, expresión más bien enigmática. Es todo un conjunto mal elaborado y redactado, porque la descentralización aparece limitada o acotada por la preservación de la unidad del departamento y por la gradualidad de la transferencia de poderes, de tal manera que no sabemos cómo empieza ni cómo termina.  Otros elementos tampoco están definidos con total claridad, y del conjunto surge una impresión pobre, de oportunidad mal aprovechada si se quería realmente descentralizar. Esto parece más una descentralización de organismos que de facultades, y si eso era lo que se quería, habría bastado designar más Juntas Locales Autónomas y darles sistema de elección directa.

         Pero la principal falla del sistema es que en verdad el Alcalde no debió ser necesariamente colocado, en el sistema de elección directa, dentro del mismo lema del Intendente. El Alcalde, figura que nos viene del Viejo Mundo y especialmente de la Madre España, debería ser una persona que dentro de su pueblo goza de prestigio y conocimiento en todo el entorno, por sus dotes como persona de sentido común, de honestidad y generosidad, con suficiente conocimiento propio de su ciudad como para dirigir la vida cotidiana, y propender con medidas sencillas y racionales, al progreso de la calidad de vida local, de los aspectos simples y diarios que contemplen nuestras necesidades y aspiraciones. Innecesario para ello el manejo de hondas y genéricas filosofías políticas, de ideologías complejas y globales, podría y debería elegirse libremente con prescindencia de su pertenencia a tal o cual lema o partido, aunque en los hechos perteneciera a alguno e inclusive por supuesto al mismo del Intendente. Por lo tanto, el atarlo a su coincidencia con éste, limita la libertad de elección y el derecho a ser elegido.  Pierde así valor su presencia en el andamiaje, y si parece un exceso calificarlo de “mandadero del Intendente” lo que incluso podría ser un tanto ofensivo, es perfectamente posible y lógico asimilarlo sencillamente al normal presidente de la Junta Local Autónoma del régimen anterior. Un funcionario municipal más, mejor pagado.

         Creemos que hubo un notorio apresuramiento en aprobar esta ley, que además no es conocida suficientemente por la población, no ha sido debatida lo necesario por los distintos partidos y actores, y en los hechos se puede pensar como un instrumento de creación de más funcionarios rentados.......Debió replantearse el sistema en la presente legislatura, incluso en el contexto de otras reformas que podrían haberse pensado.

         La propia propaganda que en general se puede ver, es índice suficiente de lo que sostenemos, ya que lamentablemente los candidatos son personas muy dignas y respetables pero muy atadas a los “aparatos” partidarios, por lo que mucho nos tememos que los resultados no van a cambiar para nada los que se produjeron en octubre pasado. Incluso esta propaganda cae en la “moda” de nombrar a los candidatos con sus nombres y no con sus identidades totales, lo cual refuerza su carácter de gente en verdad poco conocida dentro de la comunidad, sólo considerada dentro de su agrupación política, y las excepciones a este carácter son precisamente las de quienes menor chance tienen de ganar......... Hay en este estilo un poco “confianzudo” como se decía antes, una cierta falta de respeto por la gente.

El  hecho

         Sin perjuicio de todo lo antedicho, de cualquiera manera nos encontramos “de cara” a la elección de las autoridades municipales para el próximo quinquenio, a las que hemos de concurrir a votar obligatoriamente, y debemos  formular el comentario pertinente.  En nuestro departamento, seguramente se ha de decretar la reelección del Dr. Carámbula y la formación de una nueva Junta Departamental que de acuerdo a la ley, es necesariamente de mayoría, y que en los hechos lo será de mayoría absoluta, del F.A. Es posible que continuando aunque muy lentamente un proceso iniciado en octubre pasado, se produzca una leve disminución de su electorado,  incluso por la propia seguridad que existe de su victoria, lo que disminuye en general el esfuerzo y las precauciones de sus adeptos.  En materia de concejos locales de los nuevos “municipios”, es evidente que en la gran mayoría, y en especial en los más importantes (Las Piedras incluido)  triunfará asimismo el partido gobernante.

         Dentro del elenco de candidatos frentistas para nuestra ciudad, el más conocido,  que es el Esc. Freddy González, no representa al “aparato” mayoritario del Frente, por lo cual difícilmente logrará el triunfo,  que será obtenido por personas mucho menos notorias y de las que nada conocemos en materia de aptitudes para la función pública.  Sólo resta desear que tengan una buena gestión, lo que decimos sin hipocresía y porque nos conviene a nosotros mismos como vecinos......  pero deseos no son pronósticos.

         Y en cuanto al Intendente, hemos de repetir, sin satisfacción porque mucho lo apreciamos en lo personal, algunos conceptos negativos que en otras oportunidades hemos expresado. El Dr. Carámbula es un médico excelente, que por sus valores científicos y su manera de tratar a los pacientes y sus familiares, configura un verdadero lujo para el departamento y el país. Lamentablemente, como político, no ha alcanzado el mismo nivel, y mucho menos en su reciente gestión al frente de la Intendencia.  Elevado al cargo con gran mayoría y muchas expectativas favorables, lo hizo bajo la consigna (el slogan) del “cambio”, pero en los cinco años, no se constató ningún cambio real y de fondo, y lejos de ello, el gobierno departamental incurrió en algunos de los mismos defectos que le había atribuido a los anteriores gobernantes municipales y que los llevaron a una derrota total:  el clientelismo, el amiguismo, el nepotismo, el dispendio en los recursos municipales, la persecución de funcionarios no adictos, etc., y que se le pueden atribuir exactamente al reciente gobierno frentista, que, por ejemplo, después de reprocharle a la anterior el exceso de cargos de confianza, que alcanzaban a unos treinta, los elevó a más de cien......tratando de conformar un aparato funcional propio del Frente que le permitiera utilizar la Intendencia como recurso para el futuro. La gestión financiera fue ineficaz y floja, se ha incurrido en faltas de pago y en endeudamiento, y las obras realizadas han sido proporcionalmente muy limitadas y sin gran valor.

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© Oscar Almada y Espacio Digital para Informe Uruguay

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