El poder, la prioridad de Kirchner por Rosendo Fraga

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        Frenar a la oposición en el Congreso es un objetivo prioritario de Kirchner en la política interna. La semana pasada el oficialismo no dio quórum al tratamiento del proyecto sobre matrimonio gay, porque iba a ser rechazado. El ex presidente había decidido bajar a votar a favor, con la intención de consolidar su alianza con la izquierda. Dentro de su propio bloque, una cantidad importante de legisladores había decidido votar en contra. Igualmente presentó su primer proyecto como diputado: la solidaridad de la Cámara con el juez español Baltasar Garzón, que investigó las violaciones a los derechos humanos en Argentina y que ahora está siendo enjuiciado en España. Desde el oficialismo se insistirá esta semana con el matrimonio gay, mientras que la oposición tratará de enviar a comisión la reforma de la ley del cheque, que ya tiene media sanción de Senadores. En esta cámara, la oposición buscará aprobar el rechazo del DNU 298 del 1 de marzo sobre uso de reservas, que ya tiene media sanción en Diputados, y el oficialismo intentará llevar al recinto el proyecto de ley que autoriza dicho uso. Negociaciones con dos senadores justicialistas que suelen votar con la oposición -Verna, de la Pampa, cuya provincia recibe 690 millones de pesos, y Viana, de Misiones- dan probabilidad al oficialismo de imponerse. 

        La Justicia tiene un rol político creciente, tanto en lo que respecta a la ley de medios como en las denuncias por corrupción. Dicha ley se encuentra suspendida por varios fallos judiciales y el oficialismo presiona a la Suprema Corte para que la convalide. Esta, a su vez, ha decidido postergar su definición. La cuestión es que el mantenimiento delstatu quo en este caso juega a favor de los medios que la impugnan, dado que así sigue suspendida su aplicación. La denuncia por sobornos en los negocios con Venezuela -casi dos de cada cinco tratados bilaterales firmados durante la administración de Cristina Kirchner han sido con este país- que investiga la justicia federal, puede ser el caso de corrupción más resonante del kirchnerismo. Puede serlo por la importancia nacional e internacional del tema y porque en un contexto político en el cual el oficialismo está más debilitado, los funcionarios se animan a testificar más, la Justicia es más independiente y los medios, enfrentados con el Gobierno, publican e investigan más sobre el caso. Las causas sobre corrupción se están multiplicando y el Gobierno busca demorar los procesos. El vicepresidente Cobos decidió no apelar un fallo favorable al oficialismo en la integración de la Comisión Bicameral que convalida los DNU, al mismo tiempo que exigió el esclarecimiento del caso de corrupción mencionado y pidió que se sincere la inflación.    

        Kirchner, coherente con su personalidad política, opera para reconstruir poder, aun a costa de perder consenso. A mediados de la semana pasada, la Presidente dijo que algunos periodistas tenían que ponerse la vacuna antirrábica por sus críticas al Gobierno y su marido definió públicamente al complejo mediático como la oposición más importante. Es en este contexto político que una aliada explícita del kirchnerismo, como es Hebe Bonafini, realizó el juicio público ético contra varios de los periodistas más reconocidos. Los mismos bloques oficialistas en ambas cámaras mostraron fuertes disidencias con este hecho, que si bien puede atemorizar a algunos, genera más rechazo que adhesión en la opinión pública, como sucedió con los incidentes violentos que tuvieron lugar en la Feria del Libro, protagonizados por barras bravas de fútbol favorables al Gobierno y seguidores del secretario de Comercio (Moreno). La presencia de Kirchner en la CGT ratificando públicamente su alianza con Moyano y la de Cristina junto a Hebe de Bonafini al día siguiente que ésta realizara dicho juicio, muestran que las principales figuras del oficialismo no están dando prioridad al consenso, sino al poder. Pero fue su expresión pública de que el kirchnerismo es un proyecto para diez o quince años lo que define más acabadamente el estilo de Kirchner de siempre redoblar la apuesta.    

        En la política exterior, el kirchnerismo confirma este estilo. La búsqueda por parte del ex Presidente de la secretaría general de la Unión de Naciones Suramericanas, parece responder más a lograr un cargo para el que fue postergado durante más de un año por el veto de los Presidentes de Colombia, Perú y Uruguay, que a un objetivo concreto de política exterior, por la cual no muestra especial interés. En el caso de asumir este cargo, Kirchner ha decidido que pedirá licencia como diputado nacional y que no renunciará a su banca, reuniendo el fin de semana a gobernadores y dirigentes del PJ para dar señales claras de que no dejará la conducción partidaria. La Cumbre de UNASUR en Buenos Aires muestra a Cristina Kirchner y Chávez ratificando su relación especial, en momentos que ambos gobiernos se ven afectados por las denuncias de corrupción por los sobornos en los negocios bilaterales. El encuentro entre los presidentes de Uruguay y Argentina tras el fallo de la Corte de la Haya mostró que Argentina, por ahora, mantiene la política de no impedir el corte en el puente que une las localidades de Gualeguaychú y Fray Bentos. En la relación con China, tanto empresarios importadores de soja y sus derivados de este país, como funcionarios, han manifestado que se aplicarán acciones de respuesta o represalia a las medidas proteccionistas de la Argentina, pero el gobierno argentino ha manifestado que no modificará su política.

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Fuente: Nueva Mayoría

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